Aventura y CÍA Aventura y CÍA

Aventuras gráficas al detalle

Reviews

Un soplo en el corazón (de hojalata)

Título: Machinarium (2009)

Desarrolladora: Amanita Design

Distribuidora: Amanita Design

Lanzamiento: 16 de octubre de 2009

Especificaciones (mínimo recomendado): Procesador Pentium 4 o superior | 1 GB de RAM | 380 MB de espacio en disco | Windows XP, Linux, Mac

# Publicado el por Carlos Jürschik 17

Introducción

Amanita Design sorprendió a todos cuando reveló que su próximo juego sería una aventura gráfica comercial. Jakub Dvorský y Tomáš Dvořák habían realizado varios pequeños juegos para promociones de diversas empresas, llegando a la casi perfección en Quest for the Rest, aquel que promocionaba el segundo disco de The Polyphonic Spree y que popularizó tanto a ellos como al grupo (y que hizo parecer ese disco mejor de lo que realmente era). Junto con los dos Samorost, eran juegos sencillos hechos en Flash, que constaban de «puntos calientes» que debía averiguar el jugador para poder avanzar por los escenarios viendo bonitas animaciones y escuchando música con gran sentido de la melodía. Juegos muy bonitos, divertidos y cortos, pero que estaban en una liga distinta a lo que es una aventura gráfica convencional, con su uso de objetos, escenarios recorribles y una historia general que sostiene todo el juego. Pero sí, Machinarium prometía tener todo eso, y tras varios años de desarrollo lo tenemos disponible a un precio muy ajustado y tras una oleada de críticas positivas que prácticamente coronan al estudio europeo como los salvadores del género. ¿Es para tanto?

Argumento

Poco se explica en el prólogo, pues aparte de ser un juego con una trama muy sencilla, ésta sólo se revela a medida que avanzas en él. En un comienzo se ve cómo una nave recolectora de basura, en un mundo de metal oxidado a medio camino entre el futurismo del Juez Dredd y el steampunk clásico, deja caer parte de un robot, a quien controlaremos. ¿Qué hace ese robot ahí? ¿Qué debe hacer? ¿Cómo podemos ayudarle?

Poco a poco veremos una historia de malvados muy malvados que no sólo molestan a todos los habitantes de ese mundo, sino que quieren destruirlo. Es la labor de nuestro protagonista impedir esos planes, salvar el mundo y quedarse con la chica (robot).

Comentario

Hemos llegado a un punto donde parece que, con el nuevo tópico de que el videojuego es arte, se ha creado un panorama indie no muy diferente al que ya había en otros entornos como el cine y la música: juegos a los que se perdona menos espectacularidad y menos medios a cambio de aspectos insólitos. Estos aspectos insólitos suelen ser los estéticos, y de ahí que los juegos independientes baratos (para el comprador) tengan casi siempre un aspecto similar, que haya tantos aspectos que tanto recuerdan a la new age, que puedan caber experimentos muy raros como The Path, y que existan tantos ejemplos de la resurrección de las dos dimensiones y de los gráficos coloridos (World of Goo, Braid, Aquaria…). Machinarium parece el epítome tanto de esta filosofía como de esta estética: plásticamente es impresionante, el motor es mediocre, y el juego, en sí, nada nuevo.

De hecho el juego recuerda, en muchísimos detalles, a la saga Gobliiins de Coktel Vision de hace tanto tiempo, juegos que, irónicamente, fueron criticados por ser una sucesión de puzzles sin demasiado sentido y con ausencia de diálogo. Machinarium tiene algo de las anteriores propuestas de Amanita Design, como un creativo pixel-hunting que funciona como un reto de qué se debe activar exactamente, pero se adapta mejor a las aventuras gráficas adoptando esa narrativa muda. Se parte de un robot que no se sabe exactamente por qué está desterrado, y a medida que el jugador avanza en la historia con el personaje robot, ésta se va desvelando hacia el (precipitado) final.

El aspecto positivo es, por supuesto, el plástico. La imaginación que hay en Amanita Design para los personajes y decorados y la estética de éstos es absolutamente abrumadora y tremendamente original. En una mezcla de steampunk, futurismo sucio y fantasía infantil se muestran robots antropomórficos (o en forma de otros animales) magníficamente expresivos, animados, integrados perfectamente con los fondos dibujados, todo con un aspecto de dibujos hechos a lápices de colores y acompañado de música futurista (algo de ambient, algo de dubstep/broken beat, algo de idm preciosista, algo de música de ascensor) que usa los samples y los sintetizadores de forma tan perfecta que su banda sonora podría estar reseñada en los magazines más elitistas. No se puede negar la conclusión de todo esto: Machinarium es un juego muy bonito y entra maravillosamente por los sentidos.

El motor que lleva al Machinarium es Flash. El mismo Flash que utilizaron en Amanita Design para Quest for the Rest o Samorost, ahora utilizado como motor de aventura. Por lo general funciona correctamente, pero tiene dos aspectos muy discutibles en su implementación: es absurdo haber dejado el botón derecho utilizable (pulsar en él abre el menú del Flash), y los objetos de la pantalla sólo se pueden seleccionar desde una posición determinada. Es decir, el personaje no podrá ver que puede usar una cuerda hasta que esté en cierta posición que indica el juego. Aún así, eso es un mal menor comparado con el gran defecto del juego: los puzzles.

No es que los pasapuzzles sean malos de por sí, ni que Machinarium dependa únicamente de ellos (hay, sobre todo al principio, alguno de combinación de objetos). Pero cuando estos puzzles (los de tablero) son los mismos que llevamos resolviendo en (malas) aventuras durante años, mezclados con reciclaje de puzzles antiguos como hace El Profesor Layton, y todo ello sin prácticamente ninguna unión con la historia principal (ni siquiera la leve unión que podría haber en un Ripper), la fluidez se resiente.

Continúa en la página siguiente

Página 1 de 2

« Anterior | 1 | 2 | Siguiente »

Review de Machinarium
Imagen de Machinarium
Imagen de Machinarium
Imagen de Machinarium
Imagen de Machinarium
Carátula de Machinarium

Nuestra puntuación

Tres estrellas y media

Machinarium

Inicia sesión o regístrate… y síguenos:

Recordar la contraseña