Introducción

Capcom se sube al carro de las aventuras gráficas con este título, tras su conocida trayectoria en el género del Survival Horror (toda la saga de Resident Evil o Dino Crisis sirven como ejemplos).

Para su desvirgamiento aventurero, optaron de nuevo por repetir la maniobra que tan buenos resultados les dio en su “Onimusha”. Esto es, transportar al medio digital la imagen, la voz y la figura de un personaje de carne y hueso popular en el país del Sol Naciente. En Glass Rose el honor recae sobre Masahiro Matsuoka, cantante que vendría a ser un David Bisbal japonés.

Por desgracia, las buenas intenciones de Capcom quedaron en eso, buenas intenciones, y el juego sufre una cantidad nada despreciable de ausencias en cuanto a interactividad con el entorno, fluidez y el excesivo ir y venir de personajes demasiado típicos para quien se haya leído alguna vez una novela de Agatha Christie.

Parece que a Capcom le ha costado superar el miedo a introducirse de lleno en el género de aventuras, (no hay que olvidar que hicieron la tentativa con Clock Tower y sus secuelas, una mezcla entretenida de puzzles y acción pasiva), y este dato, se nota excesivamente en Glass Rose. Hasta cabe preguntarse si no es la “revancha” de rigor contra Konami; ellos editaron Shadow of Memories, y Capcom publica Glass Rose, ambas compartiendo mecánica, temática, viajes temporales y elementos sobrenaturales.

Por supuesto, no se puede ni debe pasar por alto el inconveniente del idioma, enteramente en inglés. Y aunque las conversaciones, (leit motiv del juego para ir avanzando en la trama), son bastante básicas y lineales -una ha perdido la cuenta de cuántas veces le tienen que decir al protagonista que se parece al hijo ilegítimo del difunto para que se lo crea-, es indudablemente un punto negativo a la hora de valorar el resultado final, al menos para los no angloparlantes.

Argumento

Takashi Kagetani es un reportero que acude a una antigua mansión, acompañado de Emi Katagari, quien le ha pedido ayuda para resolver las muertes que se produjeron allí 70 años antes y que aparecen mencionadas en el diario de su abuelo, ayudante del detective de policía que estuvo implicado en el extraño caso.

El misterio les envuelve de inmediato cuando, en la primera visita a la Cinema Mansion, Emi cae en un bucle temporal, desapareciendo ante los ojos de Takashi, que se encuentra de repente con un enorme dolor de cabeza en 1.923, justo a la mañana siguiente de que asesinaran a la primera víctima, Denemon Yoshinodou, propietario de la lujosa mansión y magnate de una empresa cinematográfica. Su sorpresa es mayúscula cuando se da cuenta de que le han confundido con el hijo ilegítimo de Denemon, Kazuya Nanase.

Es entonces cuando aprovecha la confusión para ir entrevistándose con cada habitante de la casa, tratando de hallar al asesino misterioso, mientras se las compone para sacar a su amiga Emi de ese bucle temporal donde es el único que puede verla -aunque ella a él no-.

A partir de aquí, la trama se complica, tratando de sacar información a cada personaje e incluso utilizando la capacidad de leer las mentes (Mind Points y Divine Judgement) para profundizar en las conversaciones.

El objetivo, pues, es resolver las circunstancias que nunca quedaron aclaradas de los asesinatos de la Cinema Mansion, buscando pruebas en forma de notas, fotos relevantes o documentos, sonsacar datos a las personas implicadas y liberar a Emi de su prisión espacio-temporal paralela, para regresar ambos al presente sanos y salvos.

Comentario

Para los amantes de las 2D (exceptuando obviamente las escenas cinemáticas, abundantes), los gráficos de Glass Rose serán un motivo de disfrute, agradeciendo particularmente el exquisito detalle en el trabajo puesto en los personajes, aunque éstos adolecen de una falta de definición en los rasgos, salvo el mayordomo, -rara avis, con bigote- y que no puedo evitar comparar con otro mayordomo famoso, Higgins, de la serie televisiva Magnum.

A esa dificultad para distinguir un personaje de otro, no ayudan sus nombres, y desde aquí insto a la compañía a occidentalizar los nombrecitos en cuestión para que no termine uno confundiendo a Hirositho de Matsukoke de Kikusho del sushi.

Es agradecida, eso sí, la ocurrencia, que podrían adoptar otras compañías más versadas en el género, de hacer sensiblemente transparente al personaje principal cuando desplazas el puntero por una zona que él obstaculiza, permitiéndote ver a través de su cuerpo.

Por otro lado, nos encontramos también con el error tristemente habitual en otras aventuras gráficas de tener que cazar el píxel, dando vueltas alrededor de un objeto hasta dar con el punto exacto para cogerlo y/o examinarlo. Esto lo empeora el hecho de que no controlas al personaje, sino al puntero, con el cual le indicas a dónde desplazarse y además no tienes la posibilidad de agilizar sus movimientos haciéndole correr.

Glass Rose tiene un argumento de novela negra con elementos sobrenaturales realmente interesante, pero que pierde emoción ante la falta de interactividad, y es importante mencionar lo mal equilibrada que está la dificultad. En Easy (fácil), el juego es demasiado... eso, fácil, lo que hace perder un poco de entusiasmo, y en Standard (normal), es demasiado difícil, no haciendo para nada honor al nombre del modo.

Sí son valorables, en cambio, los Eventos de Suspense (Suspense Events), donde tienes que, en un tiempo limitado, seleccionar un movimiento para evitar un peligro inminente, muy al estilo del Shenmue. En cuanto a los puzzles, si pueden llamarse así, nos encontramos con rompecabezas de una sencillez que ofende, y lo que da título al juego, una rosa de cristal, en la que nuevamente, se echa de menos la posibilidad de participar, puesto que te limitas a encontrar los trozos y un video cinemático se encarga de recomponerlo.

Ahora que está tan de moda “loquesea” versus “lodemásallá”, digamos que en Glass Rose se enfrenta jugabilidad vs. diseño. Y al parecer, ganó el diseño, lo que hace al resultado monótono y limitado en exceso.

Y me permito ahorrar palabras para usar los mismos adjetivos para la banda sonora: repetitiva y monótona.

Como juego, no acaba de crear “adicción”. Es como historia que puede despertar un interés que te obligue a encender la consola una y otra vez, porque no es un juego que te termines de una sentada. Sólo la curiosidad por saber quién será la próxima víctima, quién es el asesino y cuales son sus motivaciones, serán lo que lleven a la mayoría de jugadores a llegar hasta el final.

Conclusión

En definitiva, un juego extraño, con buenos gráficos y argumento sólido, pero que cojea en el aspecto más fundamental, la verdadera salsa de todo juego: la jugabilidad.

Y aunque pertenece a éste nuestro género, no termina de encajar en una aventura gráfica con todas las de la ley.

Pero soy una mujer de fe, y tengo la esperanza de que Capcom, que tan buenos ratos nos ha hecho pasar con otros juegos, tomen su “ópera prima” en el terreno de las AG como un rodaje previo a nuevas incursiones en el género capaces de satisfacer a los usuarios.

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