Callejones oscuros, tugurios regentados por individuos de dudosa categoría, así como ambientes emblemáticos sacados de los libros como la Universidad Invisible, el palacio del Patricio, y otros, son algunos ejemplos de los ambientes que visitaremos. Borrachos, delincuentes de poca monta, ricachones mentirosos, y sujetos corruptos de toda calaña serán los elementos con los que tendremos que lidiar para hallar la verdad.
Aunque por lo general mantiene una calidad visual más que aceptable, algún que otro plano deja bastante que desear (algún plano cercano a dos personajes hablando que recuerda a esa monstruosa imagen de Guybrush y el pescador en Monkey 2), y los vídeos no gozan de una espectacularidad destacable. Lo que no quita que el juego esté impregnado de una iluminación muy trabajada, y otros detalles que hacen que nos encontremos con imágenes muy buenas.

Uno de los aspectos a mencionar con especial interés es la interfaz del juego. Por supuesto, no es sistema scumm (sería absurdo a estas alturas), pero tampoco se contenta con el simple click de acción + click de observar + inventario empleado en las anteriores entregas de la serie. Perfect innova en este aspecto añadiéndole más elementos además de los ya citados. Lewton llevará consigo una libreta en la cual irá apuntando las pistas que va encontrando, cada una de ellas ordenada correctamente en su apartado (“Sospechosos”, “Contactos”, “Asesinatos”, etc…). Y estas pistas podrán “cogerse” de la libreta, y “usarse” con objetos o personajes del escenario, para que nuestro detective reflexione en la relación entre ambos. Por supuesto, podremos también usarlas entre sí. Se nota que los chicos de Perfect intentaron que el sistema de la libreta fuera fácil de usar, pero pese a ello, muchas veces acabaremos explorando las distintas páginas de la misma, buscando una pista en concreto, sin recordar en qué apartado estaba, y en poco tiempo nos hartaremos de hacer clic para pasar de página (o golpeando el RePág).
Este no es el único nuevo tipo de “inventario” que nos encontraremos en el juego. Posteriormente hallaremos otro de bastante interés a su vez, pero dado que requeriría desvelar piezas clave del argumento, dejaré que los que no hayan jugado lo descubran por sí mismos.

A la hora de dialogar, la libreta volverá a ser una pieza clave. Podremos elegir entre charlar acerca de algún tema en concreto (que variará dependiendo de la persona a la que se interrogue), o de abrir el cuadernillo, y pasar a preguntar pista por pista (algo que puede llegar a ser tedioso, cuando la respuesta es una y otra vez “No sé nada acerca de eso.”).
Pocos objetos se recogen en esta aventura, pero eso no significa que los puzzles sean fáciles de resolver. No nos encontraremos muchos del tipo “distraer a tal individuo”, o “dar objeto para que nos dé otro a cambio”. Más bien habrá que estar atentos para conseguir sonsacarle información a los montones de mentirosos que nos encontraremos, usar la extorsión, la intimidación, el chantaje, y otros recursos propios de todo detective de bajos fondos, y puzzles de combinatoria habrá a montones, pero no sólo con objetos materiales.

La banda sonora se lleva también bastantes elogios, aunque tiempo tendremos para cansarnos de algunos de sus temas, sobretodo cuando nos encontremos en algún atasco sin saber cómo avanzar, y escuchemos la melodía que suena en el mapa una y otra vez. En cualquier caso sigue siendo agradable de escuchar, quizá no tan pegadiza como la de otras aventuras más emblemáticas, pero cumple bien su función de ambientar al jugador.

Conclusión

Las previas adaptaciones de Mundodisco, si bien conocidas dentro del mundillo aventurero, no han llegado nunca a recibir las mejores notas de la colección. Sus desarrolladores nunca han mostrado falta de entusiasmo, pero tampoco puede decirse que estén entre las grandes. Los muchachos de Perfect Entertainment aprendieron la lección, y decidieron darlo todo para su mejor y última aventura.
Discworld Noir es un juego que si bien puede que no perdure como los clásicos de Lucasarts, es un ejemplo perfecto de una excelente aventura gráfica, con una historia que engancha desde el principio, que rebosa de humor por todas partes, y que no se queda corta en sus aspectos técnicos. Los pequeños fallos citados que pueden molestar no llegan a enturbiar este grandísimo título.

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