Por mucho que se intente maquillar, la autentica cara de la verdad no se puede ocultar. Así, mientras hace no muchas semanas el actual y provisional presidente en funciones de la archiconocida LucasArts, Michael Nelson afirmaba en el mismo comunicado en que anunciaba el paso a mejor vida del por todos esperado Sam And Max 2: Freelance Police, que el cancelamiento de la producción no iba a ser causa de despidos, hoy salta la noticia de que el pasado viernes fueron 29 los finiquitados en un recorte de plantilla que algunos esperaban. Es indudable que las cosas ya no son como antes eran en el Rancho Skywalker y la subrogación de los experimentados desarrolladores que tantas y tantas alegrías nos dieron en años pasados con su buen hacer por estudios externos, es algo cada día más patente. Al parecer es más rentable y desde luego mucho menos engorroso el pagar para que otros hagan juegos que hacerlos uno mismo y la política de Nelson, que recordemos era y sigue siendo el máximo encargado de las finanzas de la empresa, es la de austeridad desmedida. Convertido ya por todos los aficionados a la aventura gráfica en el Rasputín de la industria del videojuego, el regente de LucasArts, que en un primer momento iba a pasar brevemente por la poltrona presidencial tras la inesperada marcha del anterior mandatario, Simon Jeffery, parece haberse acomodado en su despacho y con sus controvertidas decisiones está enturbiando el buen nombre de la corporación de cara a los jugadores que empiezan a estar más que hartos del abuso que se esta haciendo de la franquicia Star Wars y de los productos de dudosa calificación que se han puesto en el mercado en los últimos meses con el sello del hombrecillo dorado.

Pero lo triste, aparte claro está de los exonerados que se quedan sin sustento, es que uno de ellos escribió su nombre con letras doradas en la historia de la Aventura Gráfica. Según parece el genio creativo de Sean Clark, responsable del aclamado The Dig y codiseñador de Sam and Max Hit the Road o Escape from Monkey Island es prescindible precisamente ahora que la firma está tan necesitada de buenas ideas. Clark que tuvo que sufrir el escarnio público de un comentado comunicado de prensa que decía que el último proyecto en que estaba envuelto no cumplía los mínimos de calidad establecidos por la compañía (que como ya hemos dicho otras veces, debe de ser lo más ínfimo de lo ínfimo vista la despreciable estofa de alguno de sus reciente títulos) fue uno de esos 29 citados en la reunión de la tarde del pasado 23 de Abril, en la cual les fue notificada la decisión de ponerlos de patitas en la calle. Y así poco a poco, Lucas se queda sin la que fue su vieja guardia, tan solo Mike Stemmle del que también se rumoreaba que había sido cesado, sigue en plantilla. El resto de los factorums de las grandes aventuras que grande hicieron a la entidad están ya recolocados y ninguno actualmente está vinculado directamente a nuestro amado género. Ahora, solo cabe esperar que Clark rompa esta fea costumbre y vuelva pronto al candelero con buenas nuevas para los que hacemos y visitamos esta página.

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