Más grande, más largo, y sin cortes
Título: Simon the Sorcerer II: El León, el Mago y el Armario (1995)
Desarrolladora: Adventure Soft
Distribuidora: Erbe Software
Lanzamiento: 1995
Especificaciones (mínimo recomendado):
# Publicado el por Facundo Ortiz
Introducción
Simon vuelve en esta segunda entrega de su saga, compitiendo directamente con otro título con quien comparte mucho más de lo que sus desarrolladores admitirían. Decididos a conservar el podio en la sección de aventuras fantásticas de humor, Adventure Soft lanzó Simon the Sorcerer 2 el mismo año que Perfect Entertainment daba sus primeros pasos en la industria con Discworld.
Con un subtítulo que hace referencia a las Crónicas de Narnia (de la cual tendremos en breve adaptación cinematográfica), esta aventura lleva mucho más lejos los conceptos que hicieron especial a su predecesora.
Argumento
Ha pasado algún tiempo desde que Simon venciera al despiadado Sórdido y fuera devuelto a su dimensión de origen. Pero en un mundo donde los gusanos tienen sindicato, y Ricitos de Oro es buscada por allanamiento de morada, raro es que los muertos se queden en sus tumbas. En una pequeña aldea, un joven llamado Runt curiosea con la magia, fiel a sus megalomaníacas ansias de gloria y poder. Sus deseos son escuchados por el alma vengativa de Sórdido, quien encuentra en este rechoncho granjero la oportunidad que esperaba para volver a la vida y recuperar su puesto. Runt ayuda a su nuevo maestro a construir una fortaleza infernal, y a mandar un armario mágico a la casa de Simon, para traerlo a su reino y hacerle pagar por su previa victoria. Pero el armario, en el cual entra Simon movido por la curiosidad (no ha aprendido mucho desde su primera experiencia), es enviado por error a la casa de Calypso, el mago a quien nuestro protagonista rescató en su anterior aventura. Desde allí, consternado y furioso, Simon tendrá que averiguar quién le ha traído, por qué, y encontrar la manera de volver a su hogar de una vez por todas.
Comentario
Mucho ha cambiado la tierra mágica que conoció nuestro antipático adolescente antaño, hasta el punto de que los escenarios apenas coinciden. Pero este es un reino fantástico, y la lógica no tiene pues cabida aquí. Introducidos inicialmente en una gran ciudad con muchas localizaciones que visitar, pero sin esa sensación de no saber qué hacer que nos acompañaba en la anterior entrega, poco tiempo necesitaremos para poder llegar a conclusiones sobre el cambio visual que se ha producido desde Simon the Sorcerer. La estética del juego sigue estando compuesta por elementos caricaturescos, escenarios y personajes todavía con muchos colores, y todavía con pocos píxeles. Pese a ello, el conjunto queda más logrado que en su primera parte, y las animaciones están bastante trabajadas dentro de las posibilidades con las que los desarrolladores contaban. Aún así, situándolo una vez más en el tiempo, si visualmente Simon 1 no tenía nada que hacer contra Day of the Tentacle, en este caso menos posibilidades tiene contra The Dig, que salió a su vez en 1995.
La banda sonora es aceptable, con algún que otro tema especialmente simpático, pero sin llegar a alcanzar las cotas de calidad de muchos otros títulos de la época (o incluso anteriores). En este caso, la voz de Simon corre a cargo de Brian Bowles en la versión original, a quien ya pudimos escuchar en Beneath a Steel Sky. El resto de las voces son correctas en su mayor parte, aunque encontraremos algún que otro bug en este apartado (a veces algún personaje da su réplica antes de que su interlocutor termine de hablar). La edición española contó con un doblaje bastante más torpe, gracias a un actor que solo se creía a su personaje de vez en cuando, y a quien le costaba manifestar cualquier tipo de sentimiento.
El argumento, tan sencillo como su precuela, vuelve a ponernos en la situación de conseguir desde el comienzo un objeto importante, en este caso el blandimoco, necesario para que Simon pueda reactivar el armario y volver a su casa. Afortunadamente, esta entrega cuenta con estructuras narrativas mínimamente complejas, de las que su predecesora carecía por completo. Así será cómo veremos acontecer diversos capítulos (que sin estar marcados en pantalla como en los Monkey, siguen siendo identificables de forma clara), desde la obtención inicial del blandimoco tras habernos introducirnos en el castillo de la ciudad, a ser capturados por piratas, pasando por una isla en mitad del mar, y por último encontrando la manera de colarnos en la fortaleza de Sórdido. No por ello el juego será más lineal, ya que tanto en la primera como en la última parte tendremos varias zonas a explorar (pasando de unas a otras, esta vez sí, con la ayuda de un mapa y no cruzando campos vacíos).
La vena cínica y despiadada de Simon ha sufrido una evolución estos años, dado que ahora se ha convertido en alguien aún más irritante para los individuos con los que interactúa, pero aportándole mayor dosis de carisma al personaje. Si en la primera parte resolvíamos algunos puzzles metiendo en problemas a la gente y causándoles malestares, en esta ocasión llevaremos directamente a algunos sujetos a la ruina, tirando a trabajadores por la borda de un barco, haciendo llorar a una joven damisela, o consiguiendo un puesto de trabajo con las tretas más cobardes.
Eso sin contar con los diálogos, que han crecido a su vez en su vena ácida, llevando a Simon a ofender a todo ser con el que se cruza con chistes machistas, racistas, etc… dándole un aire al juego que muchos tildan de “amateur”, por su falta de delicadeza. No obstante, estos aspectos son los que más llaman la atención del juego, y para aquellos que no cuenten con un humor demasiado purista, agradará en mayor o menor medida.
Nos encontraremos (al igual que en toda saga) con personajes ya conocidos, como el emblemático Swampling, pero también nos serán presentados nuevos habitantes de este paródico mundo, algunos sin el menor interés, y otros con mayores dosis de humor, como un pequeño niño-cerdo absurdo que surgirá cada tanto y que repetiría aparición en Simon 3D. Al igual que también haría la saga Mundodisco, Simon the Sorcerer 2 no se contenta con parodiar el estilo fantástico, sino que también aprovecha para hacer lo propio con el cine, la televisión, o la literatura de otros géneros (hallaremos por ejemplo a Mr. T, del famoso Equipo A, o a un capitán pirata inspirado del mítico Long John Silver). Aunque estas apariciones de personajes conocidos sean curiosas, están introducidas a cajón en su mayor parte, lo que nos hace dudar de que este juego se tome a sí mismo en serio (cosa que desde un cierto punto de vista, no ha de ser malo). Este tipo de gags llega a su extremo cuando Simon se encuentra con el mismísimo Simon Woodruffe, el director del juego, que acaba perdiendo su peluquín en una escena de lo más humillante.
El interfaz ha sufrido un cambio en apariencia, que no en esencia, dado que sigue poniendo a nuestra disposición un menú en la zona inferior invitando a elegir entre diversas acciones (con iconos en lugar de verbos escritos). Hallaremos las mismas opciones que la última vez, incluso las de “Comer” o “Vestir”, que por segunda vez apenas usaremos y por ende, el momento apropiado de recurrir a ellas será bastante obvio. El apartado de los puzzles está bien trabajado, con algunos fallos (por segunda vez, nos encontraremos haciendo cosas sin saber realmente para qué, hasta que no veamos el resultado) que no llegan en esta ocasión a ser tan molestos como lo fueron en su día en la primera aventura de Simon.
Conclusión
Si bien Simon the Sorcerer 2 es una aventura que puede ser censurada en numerosos aspectos, como por su baja calidad técnica en comparación con sus competidoras, cuenta con varios aspectos que la hacen muy amena, como su humor muy alejado de aquel al cual nos tenía acostumbrados la factoría Lucas, o un guión que nos llevará muchas horas a completar.
Salpicada de gags ingeniosos, algo de mala leche, y alto contenido auto-paródico, la segunda aparición del amoral Simon es perfecta para recordarnos una época en que incluso un estudio con pocos medios era capaz de realizar un juego de suficiente calidad como para ser recordada y hasta querida por las mentes despiertas que disfrutaron durante esta edad de oro de las aventuras gráficas.
Página 1 de 1

Imágenes relacionadas
Nuestra puntuación