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Salido de la chistera…

Título: Simon the Sorcerer 4: Chaos Happens (2007)

Desarrolladora: Silver Style Entertainment

Distribuidora: Virgin Interactive Entertainment

Lanzamiento: 16 de abril de 2008

Especificaciones (mínimo recomendado): Procesador a 2'0 GHz o equivalente | 512 MB de RAM | 4 GB de espacio en disco | Tarjeta gráfica de 64 MB compatible con DirectX (serie GeForce MX no compatible) | Lector de DVD | Tarjeta de sonido compatible con DirectX 9.0c | Windows XP o Vista

# Publicado el por Paco García 5

Introducción

Si a alguien le diese por diseñar un escudo de armas para el noble género de la aventura gráfica, no cabe duda de que a juicio de muchos en el lema de tal enseña debería aparecer aquel verso manriqueño que decía «cualquiera tiempo pasado fue mejor».

Ya os hemos hablado del desengaño que nos supone muchas veces ser aficionados a este género que en otro tiempo fue tan insigne y que tristemente se ha ido corrompiendo y perdiendo identidad a lo largo de los años, por una serie de numerosos e intrincados motivos que no tienen mucho que ver con las explicaciones que tanto se repiten por el mentidero «internaútico». Nosotros, los aventureros devotos, no perdemos la esperanza en un tipo de juego con tanto potencial, y aunque estemos de acuerdo en que las cosas podrían hacerse mejor, anclarse en el pasado solamente lleva a no progresar. Quedarse suspirando por lo buenas que eran las aventuras de antes fomenta que el género esté como está hoy por hoy: falto de originalidad, de frescura y de ingenio.

A causa de esos pocos que nos roban la palabra a los aficionados auténticos a fuerza de gimoteos, parece que todos queremos vivir en una espiral revival que nos lleve una y otra vez a jugar siempre al mismo juego, con el mismo patrón de acciones, con la misma clase de diálogos estúpidos y con el mismo humor sin gracia. Que nos mostramos reticentes a alabar las virtudes de aquello que no tenga el llamado «aroma de los clásicos». Estamos seguros de que eso no es así ni de lejos, pero en el inmaduro mercado del videojuego la información y las corrientes de opinión se mueven más por el canal del escándalo, del populismo analfabeto y del hype, ese término de nuevo cuño que utilizan cada vez más propios y extraños, y que recordemos que no quiere decir otra cosa que «exagerar», vamos, la quintaesencia del sensacionalismo.

Teniendo en cuenta esto, no es difícil imaginar porqué generalmente se olvida al aficionado aventurero (que no olvidemos que es el que compra y el que sustenta al género con su dinero) y se estima más a quienes gritan más alto. Así, en lugar de potenciar la creación de nuevas franquicias, unos avezados productores han decidido dejarse llevar por esos instintos necrófilos, y armados de su talonario y su pala han desenterrado el consumido cadáver del mago Simon para devolverlo a la vida después de un descanso que muchos hubiéramos deseado eterno.

Argumento

Durante una típica discusión familiar por el mando del televisor, el joven Simon cae inconsciente victima del testarazo de su neurótico hermano. Durante el desmayo tiene un sueño en el que Alix, la sobrina pechugona de su mentor en el mundo mágico con la que estuvo tonteando en juegos anteriores, reclama su ayuda para evitar una desgracia en la dimensión de más allá del armario.

Cuando despierta, parte decidido en ayuda de sus necesitados amigos, pero al traspasar las fronteras de la realidad mágica no se encuentra el paisaje de devastación que se esperaba, sino más bien lo contrario: todo parece ir como la seda y todos con los que se encuentra le muestran un respeto inusitado, como si se tratase de un miembro servicial y ejemplar de la comunidad. Hay algo que falla en todo eso, especialmente porque Simon no ha sido jamás un ejemplo de nada. Y teniendo en cuenta que además hace años que no hace ningún viaje interdimensional, los interrogantes se multiplican. Así, el joven hechicero no tardará en descubrir que durante su ausencia hay alguien que se ha dedicado a suplantar su personalidad para hacerle pasar por una persona honorable, quién sabe con qué oscuros motivos.

Comentario

En el cine, en la literatura, en el teatro y, en definitiva, en todos los medios narrativos, siempre hay personajes u obras que son aclamados y queridos por el gran público, aunque los motivos de tal cariño sean tan inexplicables que ni los propios incondicionales son capaces de concretarlos. El caso de la aventura gráfica, como medio puramente narrativo que es, no iba a ser menos y quizá el personaje de Simon el Hechicero sea uno de los ejemplos más claros. Simon the Sorcerer apareció en las tiendas en 1993 en plena ebullición del género, cuando hablar de «aventura gráfica» era hablar de éxito. Avezados estuvieron por entonces Simon y Mike Woodroffe, que cambiaron diametralmente de imagen y planteamientos para adaptarse a la rentable oleada que estaba por venir, trasformando su compañía Horrorsoft en Adventure Soft. Del seno creativo de la primera nacieron unos sobresalientes, divertidísimos y muy aventureros juegos de rol que aún hoy siguen siendo dulcemente recordados: Elvira: Mistress of the Dark, Elvira II: The Jaws of Cerberus y más especialmente Waxworks sentaron una base de humor grotesco, picantón y gore, para el goce y disfrute de aquellos que los jugaron. Una base que fue tristemente olvidada para posicionarse en las antípodas de todo aquello con la reestructuración de su empresa, siendo Simon the Sorcerer la piedra de toque para su nueva andadura.

Capitular ante el mercado masivo fue una jugada que les salió bastante bien a los Woodroffe, y durante años fueron un bastión aventurero estimable, pero claudicar ante el público más adolescente se llevó consigo buena parte de las virtudes que habían adquirido con su experiencia anterior, pasando de la sana comedia negra y de las sencillas pero originales premisas argumentales, a la parodia tontorrona y fácil, al humor infantiloide y a una historia que lejos de fijarse en todo el acervo por redescubrir que uno puede encontrarse a poco que busque, hacía uso de las más repetidas y conocidas referencias, para que nadie se atragantase.

El resultado de todo aquello, sin sal ni pimienta, fue una trilogía de juegos bastante sositos, cuyas dos primeras partes tuvieron una encomiable aceptación por parte de unos jugadores ávidos de aventuras. La tercera parte tuvo un desarrollo de lo más accidentado que se recuerda dentro del mundillo y finalmente, tras una pugna por encontrar una distribuidora que pusiese a la venta su engendro, el juego salió a las tiendas obsoleto, descastado tras años de olvido y con muchísima más pena que gloria. La serie se dio por finiquitada hasta que sorpresivamente, los Woodroffe cedieron el relevo de su más rentable creación a una desconocida empresa alemana, culminando en una cuarta entrega que nadie esperaba. Así las cosas, superado el estupor, empezaron las razonables reticencias, pero lo cierto es que una vez jugada la producción de Silver Style hay que reconocer que han sabido imprimir en su Simon buena parte de la esencia de sus antecesores, lo que no es decir mucho partiendo de la base de la que hemos partido…

Simon the Sorcerer: Chaos Happens sigue siendo una aventura igual de anodina y pueril como lo fueron sus antecesores, con lo que se entiende que sus más acérrimos seguidores encontrarán en esta nueva entrega una continuación digna. Por nuestra parte, hemos de subrayar el hecho de que sea digna como aventura gráfica, algo que es todo un hito en el panorama descompuesto del género hoy en día. Los germanos han diseñado un juego point & click a la vieja usanza, aunque a lo mejor deberíamos utilizar estrictamente la palabra «bien» antes que otros formalismos.

El caso es que tenemos a un personaje que se mueve adecuadamente con un doble clic para agilizar las cosas, con la existencia de un mapa con el que poder desplazarse por las localizaciones sin darse interminables y absurdos paseos, con una distribución de personajes, puzzles y eventos que entra dentro de los cánones de lo razonable, y ante todo, sin la adhesión de elementos perniciosos para la rítmica del juego como son las mefíticas combinatorias, sliders, y demás fauna que nos tenemos que ver obligados a oler en muchas de las aventuras que salen a la palestra hoy por hoy. Entonces, ¿qué es lo que falla? Pues pequeñas deficiencias que se van concatenando para convertir este Simon the Sorcerer 4 en una aventura aburrida. No podemos ensalzar el diseño del juego como la panacea de la singularidad, porque no lo es, y es que aunque por un lado siga una arquitectura de puzzles muy clásica y moderadamente bien fijada al argumento y acontecimientos del mismo, falla en sus planteamientos ofreciendo al usuario un escaso incentivo para que no caiga en el tedio. La rítmica del desarrollo es propensa a no recompensar como debería al jugador, es decir, el progreso en el juego se hace lento por estar mal dosificado con lo que para llegar a avanzar un poco es necesario hacer muchas cosas y, una vez resuelto el puzzle en cuestión, al final nos quedará ese poso áspero de «¿tanto rollo para esto?».

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Imagen de Simon the Sorcerer 4: Chaos Happens
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Imagen de Simon the Sorcerer 4: Chaos Happens
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Carátula de Simon the Sorcerer 4: Chaos Happens

Nuestra puntuación

Dos estrellas y media

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