Una tímida y renqueante “despedida”
Título: Simon the Sorcerer 3D (2002)
Desarrolladora: Headfirst Productions
Distribuidora: Sin distribuidora en España
Lanzamiento: 2002
Especificaciones (mínimo recomendado):
# Publicado el por Facundo Ortiz
agacharse. Cual Solid Snake, Simon tendrá que arrastrarse en ciertos momentos por el suelo, ofreciéndonos una visión a primera persona al igual que hacía el título de Konami.
Tres recuadros dorados nos acompañarán en la zona superior derecha de la pantalla. Uno de ellos mostrará el objeto que tengamos seleccionado, pudiendo pasar de uno a otro con la tecla C, cual Manny Calavera en busca de un utensilio en concreto. Aunque podamos hacerlo más rápido que en la referencia, una vez tengamos acumulada gran cantidad de cosas, más sencillo nos será entrar en el menú de inventario y seleccionarlo a mano (con el ratón). Este menú será necesario también a la hora de combinar objetos entre sí, o para acceder a las opciones gráficas, de sonido, etc…
El segundo recuadro nos mostrará un icono con el objeto o personaje que Simon esté observando en ese momento, permaneciendo vacío cuando el protagonista esté observando la nada. Es un pequeño detalle que hace más fácil saber qué está mirando Simon exactamente, en vez de tener que guiarnos por su mirada (como se hace en Grim Fandango). El tercer y último recuadro nos indica la cantidad de dinero que llevamos encima.
A todo aventurero que haya probado los clásicos del género, puede que esta última frase le haya hecho llevarse las manos a la cabeza exclamando gritos de horror. Y no es para menos. El componente económico será bastante importante: Necesitaremos las monedas para hacer apuestas, para comprar ciertas cosas o para hacer funcionar máquinas expendedoras. ¿Y cómo obtenerlo? De la manera más honrada y molesta: Trabajando. Con pequeños minijuegos de los que Simon 3D está plagado, como cazar mariposas que venderle a un coleccionista o echando una partida de dardos contra un soldado goblin de descanso, iremos acumulando los tan preciados doblones hasta alcanzar una suma que nos permita dejar de realizar tan supinas actividades.
Afortunadamente, no todo es aburrimiento y horrendos gráficos en este mundo de Oz. El componente cómico sigue estando presente, con diálogos ágiles, divertidos y la mala leche de siempre, que harán pasar unos cuantos buenos momentos. La historia acabará llevándonos en busca del tan cariñoso y agobiante Swampling, que se convertirá en esta entrega en elemento fundamental para la trama. También nos relacionaremos con otros seres como un caballero gay, un vendedor de aspiradoras fracasado (que recuerda a aquel depresivo individuo que transitaba en la casa de los Edison) o unos arrogantes concursantes de un sádico juego de “Disparo de gnomo” (en el cual para ganar ha de acertarse en una diana, usando como bala a los congéneres del ecológico David), entre otros. Las situaciones y personajes paródicos siguen estando a la orden del día, con la ridiculización de Jack y sus alubias mágicas o el de la batalla de unos enanos propios de Tolkien contra un gigantesco dragón.
Simon seguirá valiéndose del subterfugio y de tretas maquiavélicas para alcanzar sus fines, y aunque el humor general del juego parezca haber sufrido un proceso de contención, nuestro mago con coleta seguirá insultando o humillando con sus palabras a todo aquel que se encuentre, aún si sus interlocutores son el doble de su tamaño. Después de todo, si muere, revivirá.
Efectivamente, amigos, Simon puede morir. Pero no os preocupéis, al igual que le ocurriría a Stobbart al año siguiente en Broken Sword 3, la muerte solo conllevará un viaje atrás en el tiempo. A lo largo del mapa se encuentran repartidas por el suelo ciertas placas cuadradas con símbolo egipcio, puntos en los que Simon revivirá en caso de morir, así que la muerte no es el final, solo es una de tantas molestias para el jugador.
Por lo menos los puzzles del juego siguen manteniendo un importante contenido aventurero, pero los minijuegos mencionados anteriormente serán casi siempre necesarios para completar los capítulos de los que consta esta secuela. Preparaos a rebanaros los sesos, a cazar mariposas y a correr, correr y correr por este universo en 3D de Simon the Sorcerer.
Conclusión
Con esta aventura visualmente lamentable que pone en conjunto puzzles clásicos con minijuegos paupérrimos propios del Larry Magna Cum Laude, Adventure Soft se despide por ahora del género que la vio nacer. La familia Woodruffe nos deja con un final que claramente indica secuela, pero que con poca probabilidad veremos en los años venideros. Demasiado enfrascados están en proyectos de mayor remuneración, como los juegos de rol de Call of Cthulu.
Aún pudiendo achacársele tantas críticas negativas a esta última aparición de Simon en nuestro PC, su mayor baza, el guión, sigue teniendo la suficiente calidad como para brindarnos buenos y entretenidos momentos de diversión, pero para ello tendremos que estar dispuestos a tragarnos los otros elementos que hacen de este un juego con buenas intenciones, pero no por ello menos mediocre.
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