Introducción

Hace tres años, una compañía francesa llamada Lexis Numérique presentaba un juego claramente influenciado por parte de la filmografía del cineasta David Fincher, en el que, al igual que en Seven, un criminal castigaba a sus víctimas torturándolas y asesinándolas en un juego con un entorno sucio, desgastado y macabro; y al igual que en The Game, el jugador se veía inmerso en la trama, obligándole a resolver los rompecabezas utilizando herramientas fuera del juego: en este caso eran buscadores, mapas, enciclopedias y correos electrónicos (por suerte o por desgracia, no llegaban al punto de visitarnos a nuestra casa, o dispararnos con armas de fogueo al ir a comprar el pan).

Ahora llega la secuela, con una propuesta prácticamente idéntica al original, y con la inclusión de algunas mejoras y unos puzzles más desafiantes que los ávidos amantes de los acertijos a lo 7th Guest sabrán apreciar, y que el resto de jugadores encontrarán en él una nueva experiencia de juego que no está de más en un mercado tan saturado con clones del Quake y aburridas aventuras de acción al estilo Tomb Raider.

Argumento

Jack Lorski, el principal persecutor del asesino apodado El Fénix, ha muerto el pasado mes de julio. El temible homicida ha inaugurado así una serie de nuevos asesinatos con un propósito desconocido, y que además no obedece al patrón que años atrás siguiese a rajatabla en su pérfido ritual. La ICPA (El Comité Internacional para el Arresto del Fénix) te envía el nuevo CD interactivo (aunque en realidad se trata de un DVD) que el peculiar criminal ha elaborado en un alarde de superioridad para desvelar sus secretos al agente que tenga la suficiente materia gris como para resolver los acertijos que se incluyen en el disco.

Una vez empezamos a dar nuestros primeros pasos por el juego, nos daremos cuenta de que El Fénix está especialmente interesado en mostrarnos dos historias paralelas, una de ellas la de las investigaciones de sus nuevos asesinatos por parte de Jack Lorski antes de perecer él también, y la otra un documental grabado por Jess y Sharon, dos jóvenes norteamericanas, mientras buscan el paradero del hermano desaparecido de la primera, quien parece haberse afiliado a una peligrosa secta.

¿Pero por qué el Fénix mata a inocentes esta vez? ¿Por qué está tan interesado en Dante y los templarios? ¿Se trata de él mismo, o de un imitador suyo?

Comentario

Al poner el juego por primera vez, lo primero que reconocemos es que estamos ante algo muy diferente a lo que predomina en el mercado, y sobretodo muy alejado de lo que parecen ser los gustos de los casual gamers. Y es que In Memoriam 2, al igual que la primera entrega, está dedicado a un público especial, un público que busca algo más en los juegos a parte de tiros, explosiones y conducción temeraria; incluso a un público que necesita alejarse del propio género de la aventura gráfica para meterse en algo, no diremos más profundo, pero sí más inmersivo.

Pero hay investigación, hay rompecabezas y hay un argumento de fondo que se va desgranando a medida que avanzamos en el juego, así que por definición, In Memoriam 2 se viene derecho a nuestro dominio, y nosotros que nos alegramos, pudiendo jactarnos de una mayor diversidad que en su vida habrán probado los redactores de ciertas publicaciones que tildan de “carcas” a los aficionados a las aventuras gráficas.

De hecho, In Memoriam 2 no tiene parangón en ningún otro juego del mercado (a excepción de su precuela, por supuesto). En definitiva se trata de un pasapuzzle al más puro estilo Castle of Dr. Brain, pero a la que superemos los primeros enigmas nos daremos cuenta de que para resolverlos no necesitaremos solamente la fría lógica (que también), sino indagar más profundamente, intentar comprender lo que el asesino nos está contando, e informarnos sobre los temas de los que habla, preferiblemente mediante el uso de Internet y Google.

Esta premisa, que en principio podría resultar repetitiva y tediosa, está llevada a cabo de una forma notable, obligando al jugador a adaptarse a cada puzzle metódicamente siguiendo tres pasos básicos: primero intuir la lógica del enigma y averiguar qué nos está preguntando, después buscar información sobre el tema en cuestión para encontrar la solución, y por último introducirla en el juego, cosa que en algunos casos puede ser tan fácil como escribir en un campo de texto vacío, y otras veces tan complicada como arrastrar ristras de cifras y pasarlas por campos que eliminan las pares, las impares o los múltiplos de 3 hasta quedarnos con la correcta. Es solo un ejemplo ilustrativo de lo retorcido de algunos enigmas que nos encontraremos, y ni que decir tiene que serán muchos los que no sigan ese esquema.

A medida que avancemos, la cosa se complicará más. Se nos empiezan a desbloquear nuevas herramientas como decodificadores de cifras, analizadores de imágenes, detectores de intrusiones de Spyware, decodificadores de video e incluso editores que nos permiten cambiar el contraste, la saturación y el zoom de los fondos de algunos escenarios para hallar pistas. Son tantas las opciones (¡hasta el Google Earth!) que casi se convierte en un handycap para la investigación, generando ocasiones en las que no sabremos qué herramienta utilizar cuando posiblemente la respuesta se encuentre nada más introducir una palabra clave en Google.

Y el principal defecto de In Memoriam 2 viene atado a los puzzles, y es que da la sensación que el juego está dirigido a un público superdotado (que personalmente dudamos que abunde) debido a la dificultad de algunos de los más de 60 rompecabezas que tendremos que resolver. Si el juego se divide en 8 niveles, ya en el tercero nos daremos de bruces con ciertos enigmas que requerirán de intervención divina (o de una buena guía) para sobrellevarlos, desde encontrar la obra concreta de un pintor concreto con la única pista de que perteneció a una sociedad secreta, a averiguar el nombre de un culto que supuestamente se ha mencionado en alguna parte del juego. O quizá no, porque otro de los fallos es que muchas pruebas requieren resolver primero otras del mismo nivel antes de desbloquear el video que nos dará la respuesta, por lo que muchas veces estaremos perdiendo el tiempo intentando adivinar el acertijo de marras en vano.

Este fallo se podría haber subsanado con la inclusión de un sistema de ayuda vía e-mail más eficaz del que incorpora. Sinceramente, las decenas de correos electrónicos que nos envían nuestros compañeros de investigación virtuales, en la mayoría de los casos no sirven para nada.

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