NUEVA YORK ESTÁ A PUNTO DE E-X-P-L-O-T-A-R
Título: Fahrenheit (2005)
Desarrolladora: Quantic Dream
Distribuidora: Atari
Lanzamiento: 15 de septiembre de 2005
Especificaciones (mínimo recomendado): No disponible
# Publicado el por Facundo Ortiz
Nos las encontraremos a lo largo de todo el juego, sea en una persecución o un combate de boxeo, y en algunas ocasiones también habrá este tipo de Quick-Time Events en las secuencias tranquilas (tocando la guitarra o bailando).
Es en estos aspectos donde vemos esa hibridez de géneros que tanto altera a los más puristas (o a los amantes de productos decentes en general). Además de los ya mencionados, el juego nos presentará otros tipos de minijuegos: Avanzar en primera persona pulsando derecha-izquierda para que un personaje respire poco a poco, pantallas de infiltración (evitando que nos vean unos guardias), una escena de disparos a dianas… Nada nuevo bajo el sol. Estos elementos de los que David Cage tanto parece enorgullecerse dado que son “innovadores” los llevamos viendo desde hace siglos, recientemente en Broken Sword 3, cuyo director, Charles Cecil, comparte política publicitaria con este hombre: Ambos defienden que su juego es revolucionario y que su título supone un paso más en el género de la aventura.
¿Pero es esto realmente una aventura? Probablemente este tema sea polémico en los días próximos a su lanzamiento. Antes se ha mencionado la falta de inventario. Gran parte del juego se basa en esos minijuegos, o secuencias de acción en las que prima más la habilidad que la reflexión. ¿En qué consisten los puzzles entonces? Consiste en que apenas los hay. El puzzle más complejo de todo el juego se basa en encontrar un libro en concreto en una librería, y nos dan tantas pistas para hallarlo que se convierte casi en un insulto. Y es que en este juego no hace falta demostrar inteligencia. El jugador no podrá nunca “bloquearse” porque no encuentre un objeto o no consiga un dato. No hará más que avanzar en la historia de forma totalmente lineal. Si se atasca, sólo podrá deberse a que no consigue superar una de las escenas de acción, y bastará con seguir intentándolo hasta superarla. Si no se explora lo suficiente un escenario y nos olvidamos de un objeto importante, no importa, o nos obligarán a recogerlo para continuar, o llegará un personaje secundario y hará el trabajo por nosotros (“Hey, encontré esto.”).
Gran contradicción con lo que se ha publicado en todas partes. En palabras de David Cage, “las decisiones que tomemos repercutirán en la historia y la cambiarán dependiendo de lo que hagamos”. Fahrenheit no es el primer juego que dice poseer diversificación argumental, y al igual que sus predecesores, tiene más de apariencia que de realidad. Efectivamente, dependiendo de las acciones que realicemos, varios eventos se producirán de manera distinta. Pero sólo habrá diferencias superficiales, nada variará en la sustancia. Lucas se irá de la cafetería con paso tranquilo o saldrá corriendo. Si esconde el arma del crimen y el cadáver, o si no lo hace, serán encontrados por la policía igualmente. Si se reconcilia con su novia o si no lo hace, el argumento se desarrollará de igual modo. Así que los cambios sólo serán pequeños detalles que no repercutirán en el guión. Cierto es que habrá más de un final, pero las decisiones para llegar a unos u a otros serán bastante obvias y se producirán en los últimos minutos del juego.
Esta historia tan lineal que nos obligan a seguir tiene sus altibajos. Con un comienzo prometedor (ponernos en la piel de un asesino incapaz de controlar lo que hace) y personajes interesantes, el jugador se engancha bastante desde el inicio. La verdad de lo ocurrido va descubriéndose poco a poco. El guión se nutre bastante de “Matrix” además de otros títulos, hasta el punto que veremos escenas y escenarios casi idénticos a la producción de los Wachowsky. Esto no tiene porqué ser malo, de hecho, toda la primera mitad es interesante. Atrapa al espectador, y el que se controle alternativamente a Lucas y a Carla/Tyler, los policías que le siguen el rastro, le da aún más alicientes a la jugabilidad. El carisma es más o menos equilibrado entre los personajes (lo que no quita su principal protagonismo al asesino por accidente), y los diálogos están bien escritos. Los datos acerca de ellos mismo, o del misterio que va resolviéndose, se nos da en pequeñas porciones sutiles. No nos veremos ante diálogos con información embutida a machete, sino conversaciones lógicas de las que se deduce todo lo necesario sobre la personalidad de los individuos que controlamos. Por otra parte, si bien nada hasta aquí es realmente innovador, el hecho de que estemos interactuando hace que todo resulte mucho más emocionante. Las persecuciones, los combates, los momentos tristes o felices, todos están bien realizados de forma que transmitan sentimientos al jugador y se quede pegado al teclado esperando ver cómo continúa la historia, por no hablar simplemente de lo magníficas que son algunas escenas (como la persecución policial). Desgraciadamente, el guión va decayendo desde la mitad, y el misterio resulta ser tan poco interesante y tan típico que defrauda.
Y no es lo único que decepciona. La duración del mismo es otro batacazo de este juego. Puede terminarse en apenas 8 horas. Que dure más o menos dependerá de la habilidad en los minijuegos. Para un jugador experimentado, Fahrenheit será una diversión de un día, y para alguien que llegue fresco a este mundo, puede que le dure algo más.
Esta profecía Indigo promete mucho más de lo que ofrece.
Conclusión
Fahrenheit, si bien contiene elementos de exploración, de diálogos y de importancia argumental propios de las aventuras gráficas, contiene a su vez tantos aspectos que lo alejan de las mismas que hace que su puesto en este género se tambalee. No obstante, aún por las grandes críticas que puedan hacérsele, las 8 horas de juego ofrecen una suficiente dosis de emoción e interés como para jugar hasta el final y disfrutarlo mucho en el proceso. Eso no evitará desesperarse en ciertos minijuegos ni borrará el sentimiento de decepción. Por mucha publicidad que nos echen encima, jugar por segunda vez a este juego equivaldría a ver la edición de “Terminator 2” con escenas añadidas, justo después de haber visto el montaje original.
La gran revolución que nos propone David Cage no supone una clara evolución. Fahrenheit es un interesante título de aspecto cinematográfico, muy cuidado visualmente y muy emocionante, que vale la pena disfrutar, pero sin esperar de él que vaya a ganarse un lugar entre el podio de las aventuras.
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