Femme Fatale
Título: Broken Sword 4: El Ángel de la Muerte (2006)
Desarrolladora: Revolution Software
Distribuidora: THQ
Lanzamiento: 22 de septiembre de 2006
Especificaciones (mínimo recomendado): Procesador Pentium 4 1,4 GHz o superior | 256 MB de RAM | 2,6 GB de espacio en disco | Tarjeta gráfica de 128 MB compatible con shader model 1.1 y DirectX 9.0c | Lector de DVD 2X | Tarjeta de sonido compatible con DirectX 9.0c | Windows XP | DirectX 9.0c
# Publicado el por Javier Cadenas
En cuanto a los puzzles, la sabia decisión de eliminar toda aquella recopilación de errores —muy innovadores, desde luego— que acabaron con El sueño del dragón (y con Revolution como desarrolladora) y volver a los orígenes completa un apartado creativo que consigue brillar como no lo ha hecho ninguna otra aventura desde hace mucho tiempo; entre los puzzles de uso de objetos, priman por encima de todo los enigmas basados en lógica deductiva, de realización brillante y perfecta inserción. De hecho, la primera mitad de la aventura está orientada completamente a terminar en el puzzle estrella del título: una cadena de pruebas de progresiva dificultad, destinadas a impedir el paso al precioso tesoro, cuyo descubrimiento desencadena la segunda parte del juego; y es que Broken Sword: El ángel de la muerte se divide claramente en dos búsquedas, una material y otra personal, que están abocadas al amargo final (tranquilos, no se impide un futurible quinto episodio).
No se abusa de puzzles de cajas —sí un poco de subirse por cornisas—, pero cometen errores nuevos que hacen perder lustre al resultado final; han incluido un minijuego que estaría bien un par de veces pero que repiten hasta la saciedad, incluso en mitad de otro de sus fallos garrafales, un puzzle temporal donde se muere irremisible varias veces, por culpa de un tiempo disponible mal calibrado, hasta que se resuelve el dichoso minijuego. Afortunadamente, siempre que se muere (y no es ésta la única posibilidad que hay) el juego devuelve al momento inmediatamente anterior al puzzle, sin pasar por los diálogos previos como ocurría en Broken Sword 3, algo muy de agradecer teniendo en cuenta que las conversaciones no pueden saltarse. Existen además otros deslices puntuales: una combinatoria de palancas, salvable por facilísima, un puzzle gratuito y mal diseñado (que pasa otra vez por el minijuego), sin pistas que indiquen qué es necesario hacer y que lleva a un parón brusco en el desarrollo, un pixel-hunting bastante absurdo y uno que requiere excesivas dotes de observación.
El sistema de mapa que se ha implementado no pasa por ser el más adecuado, porque obliga otra vez a darse paseos innecesarios, esa tónica repetitiva en las aventuras de hoy en día, que en este caso no es tan molesta porque son pocas caminatas y relativamente cortas, pero que esperemos que algún día acabe por solventarse.
Por último, han hecho uso del mismo sistema que utilizó Jane Jensen en Gabriel Knight 3, el del ordenador (aquí PDA) del que sacar información necesaria para resolver enigmas en base a una serie de artículos enlazados de historia —verídica—, y que además compendia un diario de todo lo que se ha ido descubriendo.
En la parte técnica Broken Sword 4 es correcto; desde luego no puede competir con la fantástica ejecución de Dreamfall ni con su tecnología, pero representa con bastante detalle los escenarios, si bien se han realizado de manera irregular: la fábrica de salamis Mamá Martino está muy cuidada tanto en texturas como en atrezzo virtual, mientras que el hotel de lujo Pasha Palace es bastante pobre en todo ello. Lo que sí es magnífico es el diseño estructural de los escenarios, que de haber contado con un sistema de cámaras que no abusara de los planos abatidos de la nuca del personaje (y de un sistema de control —mixto, se puede elegir entre teclado o point & click— más preciso), hubiera lucido más. Se han solventado en cierta medida los fallos gráficos de la versión demo y el rendimiento ha mejorado, pero aún pueden aparecer superficies transparentes donde no habría de haberlas o el famoso error de clipping, que permite a los personajes pasar por encima de otros.
También se nota la falta de sonidos en ciertos momentos importantes, que provoca que los golpes de efecto del guión no tengan el mismo impacto que se pensó. En cuanto a música, se sigue la tónica que marcara Barrington Pheloung en Broken Sword 1 y 2, que supo continuar Ben McCullough en la tercera entrega y que mantiene en esta: melodías suaves sobre todo empleadas para el realce de tensión o cuando se resuelve un puzzle.
En cuanto al doblaje, no vamos a entrar en debate sobre la conveniencia o no de la versión original; no obstante es cierto que el nivel general del mismo es muy superior al que nos tenía acostumbrada la versión española. No es la interpretación más importante de Rolf Saxon e incluso se echa en falta en instantes clave mayor emoción, pero escuchar un George Stobbart de ricos matices es una experiencia notable en comparación con la plana y nasal voz de Tomás Rubio.
Conclusión
Sería una pena que por un mal recuerdo de su antecesora se dejara pasar esta aventura, muy superior en su diseño de puzzles que todo lo que se ha lanzado en los últimos tiempos y con un guión fabulosamente hilado que mantiene el misterio hasta el desenlace. Sería una pena perderse este juego por razones ajenas a sus cualidades intrínsecas.
Broken Sword: El ángel de la muerte, aunque tiene fallos importantes en sus desarrollos secundarios, es lo que hubiera debido ser El sueño del dragón. Mucho más inteligente en su escritura y en su planteamiento, menos precipitada en su narración, es más que recomendable, es fantástica.
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