Vivendi Universal Publishing llevaba ya un tiempo intentando deshacerse de su división de videojuegos, pero debido al que suponemos pésimo estado de las cuentas no encontraba comprador. Así las cosas, la compañía (cuyo exdirector y alto cargo, Jean-Marie Messier está, por cierto, detenido por culpa de unas operaciones fraudulentas) ha decidido que lo mejor para reducir gastos y para potenciar su crecimiento (!) era cerrar los entrañables estudios antaño propiedad de los Williams, así como despedir a los 350 empleados que trabajaban en la sede de Seattle (sede de la desarrolladora tras el cierre de la original de Yosemite, donde se fraguaron la mayoría de sus aventuras, por parte de Cendant).

Sierra nació en 1979, cuando Roberta Williams quedó anonadada ante las aventuras conversacionales que podía jugar con su flamante Apple II, regalo de su marido Ken, y decidió que iba a utilizar sus conocimientos como programadora para realizar juegos de ese tipo. De esta forma, funda con su marido la mítica Sierra On-Line, y diseña y programa la que dicen que es la primera aventura conversacional con gráficos, Mistery House, en la cocina de su casa. Impresionados por su trabajo, en IBM se interesaron por Roberta y la ofrecieron la tarea de programar para ellos una aventura nuevamente revolucionaria, la primera en color, que se distribuiría para incentivar a los compradores del IBM PCjr y mostrarles su potencia. Esta aventura fue King’s Quest. A raíz del éxito obtenido con ésta, el matrimonio incorpora más personal a su floreciente empresa. Al Lowe, los Dos Tipos de Andrómeda (Scott Murphy y Mark Crowe), Josh Mandel, Lorelei Shannon, Jim Walls, Corey y Lori Ann Cole y Jane Jensen, pasaron entonces a formar parte de una de las responsables de la época dorada y de la evolución de la aventura gráfica. Con su equipo de talentos, Sierra legó al género innumerables títulos, desde las sagas conocidas por todos, Gabriel Knight, Leisure Suit Larry, los Quests (King’s, Space, Police y Quest for Glory), pasando por los Laura Bow, los Dr. Brain y los Phantasmagoria, hasta los menos conocidos Shivers o LightHouse (gran joya olvidada este último), entre otros.

Aunque en la actualidad ya sólo existía la sombra de lo que otrora fue Sierra, que ya no se producían más aventuras en el seno de la compañía (a excepción del hijo bastardo de la saga Larry, Magna Cum Laude), la noticia de su cierre es sin duda triste para todo aventurero que haya disfrutado con sus juegos. Para los que estuvieran esperando los que se anunciaron últimamente, no se han cancelado los proyectos encargados a terceros, de los cuales sólo uno roza (y creemos que muy tangencialmente) el género de la aventura gráfica, el mencionado Magna Cum Laude.

Y así, finalmente las luces de la sede de Seattle se apagaron, dejando atrás el recuerdo de los artesanos que allí trabajaron duro para dar al mundo las más grandes sagas de videojuegos en toda la historia.