La escuela inglesa de aventuras ha sido tradicionalmente y desde tiempos de las conversacionales una de las más fecundas en los que a títulos de calidad se refiere. Nombres como el de Revolution, Perfect Entertainment, Adventure Soft, Burst, Mythos Software o Magnetic Scrolls resonaban en los oídos del mundo hace algunos años, fueron en su día el ojito derecho de los aficionados al género aventurero y aún hoy muchos recuerdan sus obras con un poso de inquebrantable nostalgia.

Quizá no se recuerde tanto la modesta compañía Divide by Zero, pero es más que seguro que muchos de vosotros hayáis hecho tentativa de jugar alguna de sus producciones. Títulos como Innocent Until Caught, Guilty, o The Gene Machine quizá resulten familiares a los que de vez en cuando gustan de rebuscar en el baúl de los recuerdos para apartarse un poco de las “moderneces” contemporáneas. Saliéndose del trazo cómico que hasta entonces había caracterizado a la compañía británica, en 1995 con el boom de The Dig y en una época en la que se creía que el público había madurado lo suficiente como para pedir cosas más profundas, la compañía británica lanzó al mercado The Orion Conspiracy. La aventura contaba una historia de asesinatos, violentos alienígenas y claustrofobia espacial con un resultado bastante digno. En ella interpretamos a Devlin McCormank, un hombre que acude al funeral de su hijo, que trabajaba en unas investigaciones en una estación al borde de un agujero negro y que ha muerto en terribles circunstancias, y al que durante su estancia en el lugar, es informado por un confidente anónimo que la muerte de su chico no ha sido accidental, como en un principio se pensaba. A partir de ahí tendrá comienzo la investigación de este “padre coraje” para desenmascarar al culpable del crimen y darle lo que se merece. Pero en tanto que las pesquisas avanzan se va encontrando con que desconoce mucho la vida que su hijo llevaba, y con que ha pasado demasiado tiempo alejado de él, que la gente de esa instalación espacial parece tener algo que ocultar y que en ella hay una presencia inquietante que le acecha.

Desde luego, una buena receta para un juego que a pesar de haber pasado desapercibido merece la pena echar un vistazo, tal y como ha hecho pormenorizadamente nuestro compañero Víctor Martínez en este review y como merece la pena hacer con otras tantas aventuras que, estad seguros, iremos reseñando.

Imágenes relacionadas