Mirar hoy por hoy el sello de Legend es como mirar una runa maldita en el complejo alfabeto de los videojuegos: históricamente, la que fue sucesora de la antológica Infocom se ha visto obligada a causa de las más variopintas barreras a tener que transitar los más azarosos derroteros sin que nadie se haya prestado a sacar su obra del pantanal idiomático. Aunque por desgracia ya es demasiado tarde, de cuando en cuando es menester del staff de la página practicar la sana arqueología aventurera para desenterrar y desempolvar, tras luengos años de inmerecido abandono, clásicos que en su fecha no tuvieron el trato más apropiado, bien por el público, bien por el medio, bien por la localización.

Hoy se rinde en Aventura y Cía el merecido homenaje a Death Gate una de las muchos productos ejemplares que salieron la década pasada con la estampa del escudo en sus portadas. Basada, así como Blackstone Chronicles, Callahan Crosstime Sallon, o Shannara en una exitosa licencia fantástica (que edita en España Timun Mas), Death Gate supone una nueva incursión de la compañía en el intrincado de las aventuras con tinturas rolisticas, que más adelante explotaría con mayor decisión en Shannara de la experta mano del matrimonio Cole, inauguradores del subgénero. En ella se hace una recopilación de la serie de novelas de Tracy Hickman y Margaret Weis pasándolas por el acostumbrado tamiz de coña fina y de ingenio formal de la casa y dotándolo de un aspecto técnico más que aceptable para su momento.

Se hacía pues obligada su revisión y es Carlos Jürschik el encargado de analizar la aventura tal y como es de rigor, a la par que se refresca la memoria de aquellos que en su día miraron de soslayo el juego y no se atrevieron a hincarle el diente a fuerza viva o, quién sabe, se despierta en interés de los no pocos aventureros con inquietud por indagar más en las maravillas del género.

Imágenes relacionadas