Feliz 2011
Aventura y CÍA os desea feliz año nuevo
# Publicado el por Aventura y CÍA
Un año más ha terminado, un año más que nos ha dejado buenas y malas aventuras. El año del regreso de Jane Jensen, que ha entregado un Gray Matter que parece que en general ha gustado a crítica y público, aunque quizá podría decirse que la sensibilidad del aficionado al género está un poco oxidada por causa de productos entre indecentes y mediocres, y que la de Jensen no está tampoco especialmente engrasada… Un año donde hemos presenciado el Regreso al futuro con Telltale, aunque casi a modo de demo más que como hubiéramos deseado viniendo de una compañía que este año pasado también ha entregado episodios tan sobresalientes como los de The Devil’s Playhouse, la tercera temporada de unos Sam y Max que sobrepasan ya sin lugar a dudas a uno de los peores clásicos de LucasArts.
También en 2010 hemos podido disfrutar (y mucho, si los bugs lo permitían) del que en España ha sido el primero de los juegos de Daedalic, The Whispered World, esa bonita alegoría fantástica à la Michael Ende que por desgracia ha pasado con más pena que gloria por las tiendas. Y hemos podido comprobar con cierta pesadumbre si Lost Horizon, la promesa alemana de temática de aventuras con regusto a Indiana Jones, mejoraba la serie Secret Files con la ayuda del líder de nuestros colegas de Adventure-Treff. El remake de Monkey Island 2, mejor que el de su predecesor pero con un acabado igualmente cuestionable; el Alter Ego de Future Games y la Alternativa de Centauri gracias a Steam; la obra póstuma de Cing para Nintendo DS, Last Window, secuela del aclamado Hotel Dusk; y el polémico fangame The Silver Lining, que casi se queda sin poder ofrecer su, de momento pobre, tributo a King’s Quest después de más de diez años de desarrollo… todas completan, junto a las que se nos queden en el tintero por cuestiones de pragmatismo, el catálogo de 2010.
En este agridulce año que ha terminado, el mercado de la aventura ha sufrido, tanto en España, donde la excusas fáciles son los precios y la falta de doblajes (sin que nadie se plantee por qué no se doblan los juegos y por qué se venden tan caros), como en la esfera internacional, un cierto descalabro en cuanto al apoyo de un público otrora medianamente fiel. Un público que no precisamente se ha alejado del género porque este se haya acomodado, con obvias excepciones, en la mediocridad que permite el a veces discutible sentido crítico de su base de aficionados. Pero no nos vamos a meter en camisas de once varas: el futuro verá si la aventura resiste el envite, y aunque el panorama no es halagüeño, lo cierto es que eso es algo que se lleva repitiendo años en los medios que no se interesan en nichos ajenos a las modas tecnológicas. Lo de siempre, en definitiva.
No podemos cerrar este resumen del año sin emplazaros a ver con nosotros a lo largo del 2011 que se abre qué nuevas aventuras nos están esperando. Porque es cierto que la salud de esta casa no ha sido la mejor en 2010: hemos descuidado nuestros deberes con la actualidad, el ritmo de publicaciones se ha congelado… Somos conscientes de que la imagen de Aventura y CÍA se ha resentido, de que prometer cosas para luego incumplirlas no respeta la filosofía que hemos defendido durante los últimos nueve años ni tampoco a vosotros, nuestros visitantes. Pero no dudéis de que estamos trabajando para corregir estos problemas: pronto contaremos con un equipo de redacción renovado y habremos completado las interminables obras en la parte técnica de la web; ante la disyuntiva de no poder abarcar la redacción y los tecnicismos a la vez, decidimos terminar primero con el trabajo que no se ve para poder concentrarnos luego en el que sí lo hace. Si acaso esta vez conseguimos cumplir con la palabra dada. Sea como fuere, os deseamos un feliz 2011.