Los que teníais las esperanzas puestas en la compañía desarrolladora de aventuras gráficas alemana os podéis ir despidiendo de todo cuanto nos prometieron hace varias semanas, y que revolucionó las normalmente tranquilas aguas del género.

Wolfgang Kierdorf y su empresa Bad Brain Entertainment han sido procesados, al parecer, por utilizar material protegido por derechos de autor, como es el caso de Sam & Max 2, cuya autoría pertenece a día de hoy a LucasArts, y que el señor Kierdorf ha estado usando para la promoción de sus futuros lanzamientos cuando, según Pete Perkinson, portavoz de la división interactiva de Lucasfilms, NUNCA han habido negociaciones con objeto de la compra de la aventura gráfica que ellos congelaron en su momento.

Perkinson afirma en nombre de Lucas estar muy contento con la actuación judicial y con la multa de 2 millones de euros (que se dice pronto) impuesta a Kierdorf, así como la cancelación de la distribución de A Vampyre Story. Pero ahí no acaba la cosa, porque la empresa alemana está siendo objetivo de una inspección policial debido a la dudosa actividad de la misma, y de momento no han revelado oficialmente nada de lo encontrado en las oficinas de Bad Brain, pero sí lo que no han encontrado: ningún indicio de haber estado diseñando videojuegos.

Nos quedamos pues, sin A Vampyre Story, sin Sam & Max 2, sin The Orgastic Four y también sin I-Jet, aunque por nuestra parte nos enorgullecemos enormemente de la rápida actuación de las instituciones jurídicas para inhabilitar a estos ávidos timadores que se han aprovechado vilmente del entusiasmo de un público fiel para hacer sus negocios sucios. Una victoria más de la democracia.