Mar en calma
Título: Tales of Monkey Island: Chapter 2 - The Siege of Spinner Cay (2009)
Desarrolladora: Telltale Games
Distribuidora: Telltale Games
Lanzamiento: 20 de agosto de 2009
Especificaciones (mínimo recomendado): Procesador a 2 GHz o superior | 512 MB de RAM | 290 MB de espacio en disco | Tarjeta gráfica de 64 MB compatible con DirectX 8.1 | Tarjeta de sonido compatible con DirectX 8.1 | DirectX 9.0c o superior | Windows XP o Vista
# Publicado el por Javier Cadenas
Introducción
Tales of Monkey Island se inició con un capítulo que no quedó sepultado por las enormes expectativas levantadas, y perfiló la serie como otra prueba de que en Telltale saben bien lo que se hacen. Si no se han desviado del camino es lo que trataremos de dilucidar en esta review, que, advertimos, sólo deberían leer los que ya hayan terminado Launch of the Screaming Narwhal.
Argumento
Después de liberar accidentalmente la horrible Peste de LeChuck —una aterradora enfermedad que corrompe tanto el cuerpo como la mente de los piratas que la padecen— sobre el Caribe y enfrentarse a un enemigo debutante que le iguala con la espada, Guybrush llega a Spinner Cay siguiendo la pista de Elaine y de la Esponja Grande. Su intención es la de rescatar a la primera de las garras del ahora humano LeChuck, al tiempo que busca lo segundo, el mítico artefacto que pondrá fin a la terrible infección vudú.
Spinner Cay es el centro de la civilización Vacayliana, con la que Guybrush debe contar si quiere encontrar la Esponja Grande. Pero una vez se asegura de que Elaine está a salvo y obtiene la ayuda de los vacaylianos, un nuevo obstáculo le impide proseguir con su búsqueda…
Comentario
Tales of Monkey Island: Chapter 2 - The Siege of Spinner Cay da la misma impresión que el capítulo anterior: por sí solo, aislado, no tiene entidad suficiente. Y esta vez, como es lógico, es una historia sin principio —aunque comience con un resumen de lo sucedido en Flotsam Island narrado por la Señora del Vudú— ni final. Mientras que consigue su propósito de mantener al jugador expectante, el capítulo es más una misión que un cuento. Una vez se toma conciencia de que lo que pretenden es precisamente eso, contar una historia a lo largo de una serie de capítulos y que el jugador se pregunte entre cada uno cómo habrán resuelto la situación final del anterior, la decisión de jugar la temporada capítulo a capítulo o esperar a que esté completa depende del ánimo de cada uno y de su entendimiento de un concepto de juego que aún no ha calado del todo en el gusto del aficionado acostumbrado a que le den algo completo. Un concepto de juego acerca del que quizá dentro de unos años se diga lo mismo que sobre las series de televisión: «las series de hoy en día son mejores que las películas».
Lo que está claro es que el formato episódico permite ir puliendo los detalles que no terminan de cuajar, como demuestra la mejora del sistema de control por ratón; también la del plantel de secundarios, en tanto que ahora tienen más carácter, si bien no llegan a cobrar fuerza: son sólo pinceladas de lo que podrían ser. Teniendo en cuenta que la duración de este segundo episodio es similar (quizá ligeramente inferior) a la del anterior, es posible que no sea realmente un factor determinante para conseguir desarrollar los personajes de forma satisfactoria, sino que más bien sea cuestión de saber utilizar unas pocas líneas de diálogo para crear un personaje memorable. Al fin y al cabo, todo el mundo recuerda al tendero de The Secret of Monkey Island, que tenía la misma presencia que cualquier secundario de esta serie. Si el equipo de guionistas de Telltale logrará o no un caso semejante aún está por ver, pero al menos hay una progresión.
Los principales, que sí tendrán tiempo de sobra para terminar de perfilarse (los que no vinieran perfilados de serie, ya veremos los que han cambiado de papel…), siguen contando con unas líneas de diálogo si no graciosas al menos divertidas, con chistes blancos pero ingeniosos y hasta bromas que se atreven a parodiar características de los originales de LucasArts casi anecdóticas pero intocables para el aficionado medio. Como la lucha de insultos; hubiera sido más fácil reeditarla por aclamación popular en lugar de reírse de ella, y nos alegramos de que ni se lo hayan propuesto. En general, se va forjando una nueva personalidad para la franquicia, respetuosa con el icono del que parte y que perpetúa una agradable sensación de familiaridad.
De Singe da paso en este episodio a Morgan LeFlay, el nuevo personaje anunciado en el epílogo de Launch of the Screaming Narwhal: una caza-recompensas a la que el demente doctor, siempre en la sombra, ha encargado la misión de capturar a Guybrush para poder proseguir con sus experimentos. Para su desgracia o su regocijo, porque da la casualidad de que idolatra al ya Poderoso Pirata y siempre quiso navegar con él, pero los negocios son los negocios. Por otro lado, y para terminar de romper moldes, el regreso de LeChuck a la condición humana no ha tenido consecuencias solamente en su presencia física…
El diseño de puzzles se mantiene en líneas generales tan mesurado como en Launch of the Screaming Narwhal, cabal y con multitud de pistas —ya sean visuales o narrativas— pero no trivial, atractivo pero no frustrante. Un ejemplo: en un momento dado unos piratas quieren robar un ídolo de oro. En el escenario hay un molde del ídolo y una barbacoa que genera unas temperaturas muy altas. En el inventario, un loro de pirita, el oro de los tontos… La solución está servida. El puzzle inicial puede resultar un tanto monótono si no se intuye desde un principio la solución, y hay una parte concreta en la que habremos de explorar sin ningún tipo de guía otra jungla con varias bifurcaciones hasta llegar a ciertos lugares (esta vez no hay mapa por exigencias del diseño, pero realmente ni es un laberinto ni recurre al concepto de «caminata» de Syberia) con la rutina que puede suponer para el que no recuerde que en Monkey Island 2, uno de los paradigmas del diseño de aventuras, ya había algo parecido y no desmejoraba la aventura.
Las animaciones vuelven a ser lo más destacado de un apartado gráfico que, artísticamente, es superior al anterior título y en el que la notoria repetición de modelos de personaje ya no es tan patente. En los que son seres humanos (casi todos, si no la totalidad, son distintos en este The Siege of Spinner Cay aunque alguno sea primo hermano de los del episodio previo), porque, por primera vez en un Monkey Island, hace aparición una especie distinta a la nuestra: la de los sirénidos (los citados vacaylianos), cuyo aspecto es muy similar entre ellos, hasta el punto de que Guybrush se ve en dificultades para discernir géneros.
Conclusión
Si uno consigue abstraerse del hecho de que cada episodio de Tales of Monkey Island dará la impresión de ser un recorte de un juego completo que se pone a la venta aislado, si supera la sensación de coitus interruptus que genera, encontrará que este The Siege of Spinner Cay ofrece lo mismo que el primer capítulo y que además lo hace bien. Quizá el concepto de «serie» no ha calado aún en la mente de los jugadores; habrá quien quiera esperar a tener la temporada completa para jugarla de seguido. Una cosa es segura para el que se arriesgue a probar los capítulos por separado: se va a divertir.
Página 1 de 1

Imágenes relacionadas
Nuestra puntuación
Juegos relacionados
Tales of Monkey Island: Chapter 2 - The Siege of Spinner Cay