Problemas en el paraíso
Título: Sam and Max Episode 202: Moai Better Blues (2008)
Desarrolladora: Telltale Games
Distribuidora: Telltale Games
Lanzamiento: 11 de enero de 2008
Especificaciones (mínimo recomendado): Procesador a 800 MHz (con tarjeta gráfica T&L) ó 1'5 GHz (sin tarjeta gráfica T&L) | 256 MB de RAM | 230 MB de espacio en disco | Tarjeta 3D de 32 MB | Windows XP o Vista
# Publicado el por Víctor Martínez
Que nos hagamos estas preguntas en este episodio no es gratuito, sino que responde a un pequeño bajón en la calidad global del mismo, posiblemente porque ni los personajes que aparecen en él nos han parecido especialmente originales ni divertidos, ni los enigmas están a la altura de lo que nos han presentado anteriormente. Pero más que un apartado en concreto, lo que nos desconcierta es el resultado global, o más bien el camino que ha tomado la serie hacia lo que parece ser una sucesión de acontecimientos completamente surrealistas sin demasiado que ver con nada, y que no acaban de dibujar con precisión un universo identificable para unos protagonistas tan carismáticos como son Sam y Max.
En Moai Better Blues se cometen varios errores que lo alejan un poco de anteriores entregas. Para empezar, siguen desperdiciando a Flint, el violento detective y vecino de los policías, sentándolo en el bar sin mucho que hacer ni que decir. Stinky toma nuevos matices que apuntan a una personalidad psicótica bastante peligrosa, lo cual está muy bien, aunque el personaje en sí no acaba de convencer. La relación entre Abe y Sybil aburre, y los nuevos… en fin, son versiones infantiles (literalmente, porque se han pasado bebiendo de la fuente de la juventud) de personalidades de la pop-culture americana que posiblemente ni nos suenen, eso si no tenemos en cuenta que oír a bebés conversar dejó de tener gracia en Mira quién habla. Y una vez más, los protagonistas se llevan la palma, con lo que estaremos más interesados en escuchar (y ver, porque son de lo más expresivos) las conversaciones entre ellos dos que en cualquier otra cosa que pase o deje de pasar.
Los puzles en esta ocasión son más bien irregulares. Los hay completamente lógicos (dentro de la lógica del juego) y divertidos, y otros verdaderamente impensables, difíciles de sacar sin la ayuda del sutil sistema de pistas. Y encima están mal repartidos, y esta dificultad no va in crescendo a lo largo de la aventura. No obstante, predominan los de mayor calidad por encima del resto (entre los que se encuentran un par de mini-juegos más o menos divertidos), y en conjunto continúan dando «sopas con hondas» al entramado jugable de cualquier otra aventura gráfica actual.
El apartado artístico también ha experimentado un tenue descenso respecto a anteriores entregas. Si Ice Station Santa lucía un aspecto plástico bastante notable y bien ambientado, con multitud de detalles en su escenario principal (el taller de juguetes de Papá Noel), en Moai Better Blues no encontramos ninguna localización que merezca la pena recordar por su buen diseño gráfico. Rapa Nui se nos antoja demasiado sosa, sin apenas detalles, con unos personajes casi clónicos unos de otros (aunque admitamos que sean bebés, esculturas moais y una suerte de híbridos entre monos y caballos de mar como excusa) y apenas variaciones en el resto de escenarios que ya habíamos pisado en el primer capítulo. Con excepción de la oficina de los policías, exponencialmente más cargada de recuerdos de anteriores hazañas hasta límites absurdos. De nuevo los gestos y expresiones en los diálogos de los protagonistas son los que se llevan la palma, y no podemos dejar de sorprendernos de cómo son capaces, a pesar de su relativa humildad tecnológica, de transmitir más emociones que el protagonista de cualquier «revienta-PCs» tipo Crysis. Por último, los ritmos tribales del compositor de Telltale no llegan a calar tan hondo como antiguas piezas suyas escuchadas capítulos atrás, y lo más salvable puede ser el tema que debemos ayudar a crear a uno de los personajes con la ayuda de —¡spoiler!— una tetera y una bocina.
Conclusión
Pequeño bajón el que pega este capítulo, aunque quizá no tan dramático como me he empeñado en describir, pero sí lo suficiente como para que merezcan un toque de atención los chicos de Telltale. Al fin y al cabo, ellos se lo han buscado empeñándose en armarla desproporcionadamente más gorda en cada capítulo, y obviamente la cosa tenía que desinflarse en algún momento. Pues ha sido con este Moai Better Blues, que no por ello deja de ser tan recomendable como las primeras entregas de la serie, si bien no brilla tanto como las últimas. O quizá es que ya nos estamos cansando de tanto Sam & Max, quién lo iba a decir…
Página 2 de 2
« Anterior | 1 | 2 | Siguiente »

Imágenes relacionadas
Nuestra puntuación