Una de las empresas más prometedoras de su tiempo cuando se anunció, que aglutinó talentos procedentes de compañías de producción audiovisual e interativa, como Industrial Light & Magic o LucasArts (David Fox y Brian Moriarty trabajaron en los inicios de Rocket Science). La célebre revista Wired llegó a dedicarles un larguísimo artículo elogiando sus sistemas de producción, sus ideas y su visión del videojuego, e incluso se atrevió a pronosticarles un futuro brillante. Wired se equivocó: Rocket Science quiso alcanzar las estrellas, pero se quemó en el intento. Lanzaron cinco títulos (entre ellos una aventura gráfica), por lo general vapuleados por la crítica, y poco más se supo de ellos.