Introducción

La saga Police Quest es una de las más características de Sierra, y quizás una de las más personales: basadas en experiencias vitales de su diseñador Jim (o James) Walls, sus juegos parten de un escenario y unos personajes típicamente americanos para introducir en ellos elementos de thriller y terror, con una intención supuestamente realista. Walls llegó a diseñar hasta el tercer juego de la serie, y estos tres comparten el mismo protagonista, Sonny Bonds. Por si no habéis leído las anteriores reseñas o no queréis hacerlo (de todas formas los juegos de Police Quest son independientes entre sí, pese a seguir cierta línea argumental) os resumo lo importante: Sonny comienza siendo un policía bastante eficiente en el condado de Lytton, una de esas zonas suburbanas que se anunciaron en su día por sus grandes zonas verdes y ambiente familiar, y que se echó a perder con la afluencia de la inmigración ilegal (o legal, que tampoco quedan las cosas muy claras en estos juegos) y la entrada de las drogas. En el primer juego Bonds tenía su momento de gloria enfrentándose a un capo de las drogas y psicópata potencial llamado Jesse Bains. En la segunda parte el señor Bains se le escapaba e iba provocando una masacre a su paso; Bonds, junto con un fiel compañero, tenía que apresarlo de nuevo y hacer otras muchas cosas en el camino: detener el secuestro de un avión, aconsejar a compañeros sobre el abuso de la malvada droga, conseguir que Marie, una prostituta heroinómana que se rehabilita gracias a su enamoramiento de Bonds (vaya usted a saber por qué) se case contigo, hacer submarinismo...

En la tercera parte, tras la acelerada segunda entrega, se vuelve un poco a los comienzos de la saga: todo transcurre en un Lytton lleno de calles hechas con escuadra y cartabón, y en ese ambiente tan familiar es donde van a darse asesinatos rituales que afectarán al bueno de Sonny Bonds mucho más de lo que él desearía.

Argumento

Sonny Bonds puede respirar más o menos tranquilo. Bains por fin está muerto, y ahora está felizmente casado con Marie en un hermoso chalet (qué envidia dan las casas de las películas americanas), y siendo el jefe de policía de Lytton, repartiendo instrucciones todas las mañanas y coordinando a sus hombres de azul. Sin embargo, este día comienza de una forma rara: te encuentras patrullando y encontrándote a gente más loca y extraña de lo normal, con más situaciones de peligro que lo acostumbrado, y una oficial empieza a darte problemas.

Es una señal de lo que está por venir: dos hombres intentan atracar a tu mujer a la salida del trabajo, y aunque no la llegan a matar, dejan a Marie en estado de coma. ¿Quiénes eran esos hombres? ¿Qué querían realmente? ¿No es una pauta en una serie de asesinatos en Lytton? Sonny Bonds, llevado por la adrenalina que alienta la venganza, llegará hasta el final para averiguar quién ha sido el desgraciado que se ha cruzado en su vida, y se vengará. Aunque la investigación será arriesgada hasta extremos casi mortales un buen número de veces.

Comentario

Police Quest 3 es, vaya por delante, el mejor juego de la saga y uno de los que mejor están escritos de la historia de Sierra. Salió en un buen momento, cuando las aventuras gráficas estaban en mejor forma que nunca (a la vez en el mercado juegos de Lucas, Kyrandias, muchos de Sierra, varios de Coktel...), gracias a la gran labor de distribución y traducción de Erbe (y en especial dos o tres traductores anónimos a los que admiramos por su creatividad a la hora de traducir frases hechas y chistes localistas). Pero aparte de ser el primero y único de la serie en traducirse al español, destaca sobre el resto de juegos de la saga por tener una historia mucho más rica, mucho más sentida, mucho más negra... y con muchos más fallos de diseño que piden a gritos más betatesting.

Ya que es el único juego traducido, hablaré de él como un juego independiente al resto, pero mencionando una cosa a los que conocen o están interesados en los juegos anteriores: Police Quest 3 tiene prácticamente el mismo esquema que el primero, a diferencia de su segunda parte. El juego parte de la clásica segunda versión del motor SCI de Sierra, es decir, aquel que unía gráficos VGA en 256 colores con una interfaz de iconos, sonidos digitalizados dispersos y música durante el juego. Lo que distingue a Police Quest 3 sobre el resto de las aventuras de la compañía es lo más antipático: una interfaz de conducción entre diversos escenarios del juego, que para colmo, se dispara en ordenadores modernos, haciéndolo impracticable a no ser que tengas instalado el DosBox o similar. El resto del juego es una aventura gráfica de lo más clásica, con uso de objetos, observación, diálogos y similar.

Otra de las cosas que distingue a Police Quest 3 de la mayoría de aventuras gráficas es su ambición por el realismo. Jim Walls, diseñador, guionista, y coordinador del proyecto, usa un escenario real y personajes y situaciones inspirados en lo que se cruzó en su carrera de policía para contar una clásica historia que bebe de los thrillers de serie B que proliferaron durante la década de los 80. Lo que tiene Police Quest 3 es que todo eso está muy bien medido, muy bien dosificado, en la narración de la historia: comienzas el día con una rutina normal y ya te encuentras con un loco en un parque en pleno ataque de histeria con cierto peligro, a la luz del día. A medida que pasa el día te encuentras con policías agresivos, conductores egoístas y egocéntricos, y poco a poco Bonds va entrando en contacto con la sordidez, a medida que la historia va virando a derroteros más terroríficos.

Excepto por las secuencias arcade de conducción, el diseño de puzzles del juego es absolutamente de libro. Entrando en un pequeño destripe, ya puedes darte cuenta de la riqueza de este durante su primera dificultad, el loco en el parque. Tienes la opción de pegarle un tiro, con lo que te arrestan. Tienes la opción de acercarte a él, con lo que te matan. Tienes la solución correcta, que es un puzzle encadenado con cierto punto divertido... pero no debes dejar de estar atento: hasta un hombre en calzoncillos puede esconder algo peligroso. Son detalles que, si bien en otros juegos molestarían por ser causa de muertes súbitas, en este se ven justificados por la tensión y riesgo que conllevan ser un policía en uno de los países más violentos del mundo, Estados Unidos.

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