Introducción

Si de algo puede presumir Sierra On-Line es de haber hecho prácticamente de todo, tanto bueno como malo. Cierto es que lo que mejor se le ha dado a la que fue compañía de los Williams ha sido las aventuras. Con ellas se dieron a conocer y, según dicen las malas lenguas, ellas fueron las culpables de la caída de la empresa. Rumores aparte, lo único cierto es que esa amplitud de miras y ese sentido del riesgo es indudablemente una virtud que hoy en día muy pocas compañías conservan.

En Sierra hay aventuras para todos los gustos: humorísticas, con tintes de rol, de misterio, de terror, de indios y vaqueros e incluso sexuales… pero el colmo de la originalidad se lo lleva la aventura que nos ocupa. Se trata, ni más ni menos, de una aventura «ecológica»…

Argumento

Adam es el hijo de un buceador ecologista, regente de un centro veterinario para animales marinos. El chaval no es muy sociable, y para que se entretenga su padre le dice que «trabaje» con un delfín convaleciente que ha llegado hace unos días enredado en unas redes. Adam se pone a jugar con el animal, siguiendo las instrucciones de su padre, y después de unos minutos de cucamonas y saltitos el cetáceo le sorprende iniciando una conversación.

El bicho dice llamarse Delphineus y asegura que hay una civilización sumergida en las aguas que necesita la ayuda de un campeón, ya que su rey, una enorme ballena de nombre Cetus, ha desaparecido. Cetus filtraba el agua, mantenía alejados los residuos e imponía el orden en la ciudad de Eluria. Ahora, la metrópoli subacuática está llena de las porquerías que al ser humano se le antoja tirar al mar y los habitantes empiezan a temer por su subsistencia, que además de por la contaminación se ve amenazada por una enorme y siniestra manta-raya a la que han apodado «el Carnívoro».

Adam se compadece del pueblo de Eluria y se une al delfín en su búsqueda (de ahí lo de EcoQuest) que, como habréis podido imaginar, no estará exenta de complicaciones.

Comentario

A simple vista el de éste juego no es un argumento especialmente llamativo: una historia ñoña e infantiloide más propia del capitán Planeta que de una aventura gráfica. El motivo es obvio: EcoQuest es una aventura gráfica educativa, dirigida a un público infantil-juvenil de entre ocho y doce años, todo lo más, que pueda identificarse con el protagonista. Partiendo de esta premisa podríamos decir que EcoQuest: The Search for Cetus es una aventura notable. Que hayamos decidido reseñar una aventura de corte educativo, en contra a nuestra tendencia común, se debe a que ésta fue la primera aventura gráfica de la que podríamos calificar sin mucho miedo a equivocarnos como la mejor diseñadora (con a) y guionista de aventuras que ha visto el mundillo en toda su historia: Jane Jensen, que años después trabajó en el magnifico King’s Quest VI: Heir Today, Gone Tomorrow —eclipsando por completo a Roberta Williams, por si alguien se había apresurado a señalarla como superior— y, lo que es más importante, creó la gran saga Gabriel Knight. Además, para quienes asocien «juego educativo» con cosas como Aprende con Pipo, Adibú o similares, el componente educativo de la aventura está lo suficientemente integrado como para pasar desapercibido.

Los enigmas a los que nos enfrentaremos en este juego son de lo más variado: desde puzzles (en el sentido más común en el género, no de los tradicionales) a ínclitas combinatorias que, aunque lastran un tanto el diseño, si hay aventuras donde puedan perdonarse es precisamente en las educativas. Pero, eso sí, todo muy, muy sencillito, porque evidentemente si le das un puzzle como el de las gemas de The Legend of Kyrandia a un chavalín de ocho años, se corre el riesgo de que padezca un brote esquizofrénico en un futuro. La aventura está impecablemente guionizada y diseñada precisamente para eso, para que sea afable a toda la familia, cosa que un tiempo más tarde la citada Roberta Williams intentó hacer con King’s Quest VII, obteniendo un resultado bastante mediocre. Las descripciones y los diálogos, que son mejores que los de bastantes aventuras de más enjundia, tienen en ocasiones, bajo las capas más obvias y accesibles, un cierto poso de humor destinado a jugadores más creciditos, mientras que el plantel de secundarios satisfará a unos —niños— y a otros —adultos— por igual, si los últimos tienen en cuenta que no era menester profundizar demasiado en las personalidades.

Nuestro cometido será encontrar a la ballena Cetus, para lo que se nos irán mostrando objetivos muy concretos: curar y liberar a Delphineus, hablar con el oráculo y el jefe de los verdes, sanar a los animales, etcétera.

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