Entre fantasmas
Título: The Blackwell Legacy (2006)
Desarrolladora: Wadjet Eye Games
Distribuidora: Wadjet Eye Games
Lanzamiento: 23 de diciembre de 2006
Especificaciones (mínimo recomendado): Procesador a 800 MHz | 256 MB de RAM | 249 MB de espacio en disco | Tarjeta de vídeo compatible con DirectX 8.0 | Tarjeta de sonido compatibe con DirectX 8.0 | DirectX 8.0 o superior
# Publicado el por Edorta Trinidad
Introducción
El avance en complejidad de una industria dada motiva cambios y novedades que modifican el panorama sobre el que ésta se sustentaba hasta el momento. La industria del videojuego en concreto ha crecido hasta un nivel tal que ha permitido la floración de un núcleo de desarrolladores dispuestos a ganarse un hueco en este mundillo, trabajando, recurriendo al símil cinematográfico, al margen de los grandes estudios. Dejando atrás una etapa donde sólo parecían contar los títulos supuestamente triple A, los nuevos sistemas de distribución auspiciados por Internet dan alas a todos aquellos que quieran lanzarse al complicado mundo del videojuego. Poco a poco se ha ido fraguando una escena independiente, similar a la ya existente en otras parcelas culturales, que recuerda en cierto modo a aquellos tiempos en los que prácticamente en soledad se podía sacar adelante un proyecto medianamente decente y colocarlo entre títulos de mayor renombre.
En el género que a nosotros nos atañe, son varios los ejemplos de aventuras sacadas con cierta parquedad de medios y personal, como aquel myst-like que era el Harvest de Michael B. Clark o el más reciente, y con mejor forma y fondo, Scratches, pero podríamos apuntar al Dark Fall: The Journal del inglés Jonathan Boakes como punto de inflexión para las aventuras gráficas indie. Con esta historia de fantasmas realizada mediante una labor de desarrollo artesanal, Boakes llamó la atención de The Adventure Company, que terminó editando y comercializando dicho título, así como la de todos aquellos aficionados que vieron en él un ejemplo a seguir.
Paralelo a este movimiento se encontraba Dave Gilbert, diseñador independiente que se hizo un hueco tomando el conocido parser AGS como su principal herramienta de trabajo. Mediante la abierta estética añeja y el cuidado puesto en el desarrollo de las historias, Gilbert ha hecho de su nombre y de la empresa que fundara, Wadjet Eye Games, un sello de calidad. Títulos como The Shivah o la saga Blackwell son parte de un currículum envidiable del que más de uno tendría que tomar nota. Y es del primer juego de dicha saga del que vamos a hablar.
Argumento
Rosangela Blackwell no tiene mucho tiempo para el duelo. Recién esparcidas las cenizas de su difunta tía, la joven periodista debe encargarse de cubrir el suicidio de una estudiante para la gacetilla de Nueva York en la que trabaja. Aquejada por súbitos dolores de cabeza, pronto descubrirá que estas migrañas son las primeras manifestaciones de Joey, un espíritu guía que lleva atado a los Blackwell desde hace dos generaciones y que la llevará a entrar en contacto tanto con espíritus como con su propio pasado.
Comentario
Con bastante frecuencia se leen por la red de redes diversos comentarios que se podrían resumir en el adagio «todo tiempo pasado fue mejor». Se ha discutido largo y tendido sobre las aventuras gráficas clásicas, sobre LucasArts, sobre Sierra, y, en definitiva, sobre ese periodo que se dio entre principios y mediados de los noventa y que se nos aparece cada vez como más lejano y borroso. Y, sin embargo, las opiniones sobre qué es lo que conformó dicho periodo suelen ser bastante dispares y, en ciertas ocasiones, algo inexactas. Puesto que ya ha llovido desde entonces y nuestras ideas sobre aquellas aventuras pueden estar distorsionadas por el tiempo y la edad con que las jugamos, debe haber algo que nos permita establecer que, verdaderamente, Monkey Island, Day of the Tentacle o Gabriel Knight eran y son obras colosales del género. Teniendo por vitales tanto guión como diseño, y por hasta cierto punto accesorios y meros vehículos de éstos interfaz o aspecto visual, podríamos llegar a la conclusión de que lo que hizo a esas aventuras tan magníficas fue, simplificando, la combinación de unos buenos argumento y diálogos mediante unos puzzles pensados no como obstáculos, sino como puntos reveladores de la trama y que nos alientan a seguir escarbando en la misma. Por lo tanto, de aquí se extraería que sólo el 2D y el point & click no hacen buena una aventura. ¿A qué esta disertación? A que esto es algo que Dave Gilbert tiene muy claro, y se nota en su propuesta.
Si hay una palabra con la que se podría definir el primer capítulo de la saga Blackwell ésa es «suavidad». Lo que diferencia a las buenas historias de aquellas que no lo son no es el argumento en sí, que podría ser más o menos atractivo según el jugador, sino la forma de plantearlo y desarrollarlo; y en ello Gilbert se destapa como un notable conductor. Con un sencillo inicio, la trama va armándose poco a poco, dándose tiempo a introducir los personajes y su contexto, esperando a que el jugador interiorice la situación de Rosangela para introducir un giro de guión que profundice en los avatares de la joven escritora y nos inste a seguir jugando. The Blackwell Legacy va más allá de la investigación paranormal de entidades fantasmales, tejiendo varios niveles que lidian con temas como la muerte, los problemas familiares o la locura. En este sentido, recuerda a la saga Gabriel Knight (con cuyo primer juego comparte varias concomitancias: personaje relacionado con el mundo de la literatura, aquejado de molestias y que carga una curiosa herencia de familia) donde la trama no se limita a ser el bonito escenario de una caza de fantasmas, sino que ahonda en lecturas de mayor calado.
El librero de Nueva Orleans también acude a nuestra mente cuando hablamos de los protagonistas, uno de los puntos fuertes del juego. Rosangela, enfrentada a un cambio radical en su vida, y Joey, un veterano del mundo fantasmal, establecen una peculiar relación en la que el segundo recuerda constantemente que están obligados a entenderse y la primera ha de afrontar que tal vez semejante fantasía no sea fruto del estrés. Pareja de gran química, dicha elección se demuestra cercana a la perfección en el intercambio de diálogos, otra de las grandes virtudes del juego. Ágiles, inteligentes, con información sobre los personajes y el mundo que les rodea, las líneas de The Blackwell Legacy evocan esas aventuras donde los personajes realmente conversan y viven, empujándonos de lleno a meternos en la trama.
Por otra parte, The Blackwell Legacy cuenta con unos puzzles que respaldan con firmeza la narración. Aprovechando la facilidad de integrar enigmas en una aventura volcada por naturaleza a la investigación, Gilbert saca buen partido a las posibilidades del motor AGS. Principalmente, nos vamos adentrando en ella a base de hablar con los primeros contactos que conseguimos y de atar cabos en las conversaciones que tenemos. A tal efecto, llevamos una libreta en la que aparecen los temas a dialogar, combinables entre sí cuando consideremos oportuno. Naturalmente, también contamos con otro tipo de puzzles como los de distracción o los de interacción con el entorno. Para la solución de algunos de ellos se ha tenido a bien darle un papel activo al propio Joey. Aunque no podremos controlarlo directamente, el compañero forzoso de Rosangela servirá de ayuda para intervenir en los escenarios, tratar con otros fantasmas y aclararnos la mente, cuando no para hablarnos sobre nuestro propio pasado. Con él, no sólo se amplía el margen de actuación, sino que se nos permite profundizar en los personajes de la forma más sutil posible.
Aunque no es óbice para disfrutar de la historia, el austero aspecto de los escenarios, más que deliberadamente old-school, es ciertamente raquítico. Si bien las animaciones, aunque de uso moderado, son una gran muestra del eficiente uso de sprites, la presentación general es irregular, alternando localizaciones decentes con otras que rayan lo simple e incluso en algunos casos lo tosco, con una paleta que carece de matices y que podría causar recelos en ciertos jugadores. En cuanto al aspecto sonoro, lo más destacable es que está encabezado por un doblaje con un dúo protagonista convincente (una Rosangela algo sobreactuada en ocasiones y un Joey bien medido en sus cambios de la amabilidad al cinismo y del cinismo al mal carácter) y unos secundarios más que solventes; desde luego, es de agradecer la implicación de los actores, que con su interpretación apoyan la verosimilitud de lo narrado.
Conclusión
The Blackwell Legacy es un título más que notable y satisfactorio. Muy bien medido, con un argumento que se desgrana con un ritmo muy acertado, que nos hace partícipes de una historia en la que deseamos seguir indagando y con una pareja protagonista digna del cine más clásico. Habrá quien crea que ello se debe al homenaje que paga en gráficos y control, pero no nos engañemos, Dave Gilbert va más allá de lo superficial y nos entrega una genial historia de fantasmas en el mundo moderno. Independientemente de la razón por la que se acerque cada cual, The Blackwell Legacy no defraudará a quien se anime a probarlo.
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