Introducción

A estas alturas del panorama de las aventuras gráficas ya no sorprenden las continuas contradicciones en las que caen usuarios y creadores cada vez que un juego de este género sale a la luz. En un lado, están los que enseguida elevan a la categoría de obra maestra una aventura incompleta promocionada con la siguiente fórmula: clásica, repleta de humor y en tercera persona. Curioso. En la otra acera, están una parte de los desarrolladores, que crean una aventura diferente, con unos objetivos distintos, que no es clásica, ni tiene humor, ni es en tercera persona y que, inexplicablemente, no promocionan. Evidentemente esta contradicción está planteada de forma exagerada ya que casi nunca todo es blanco o negro, pero lo que sí es incomprensible es que una aventura con un buen acabado, un buen enfoque y muy original se esté muriendo de asco en una estantería. Sobre todo observando lo que se mueve por ahí. Y, por encima de todo, asumiendo sus defectos, que también puede tenerlos.

In Memoriam es un ejemplo perfecto de esta contradicción. Salió a la venta en otoño sin ningún tipo de promoción. Tampoco es necesario montar una fiesta en una discoteca como si se tratara del juego del año, porque no lo es, el problema es que da la sensación de que ni la propia distribuidora ha creído en él. Si ese pálpito se traspasa a los que habitualmente compran, generalmente pensarán que no merece la pena. Y ahí es donde se equivocan.

Argumento

La empresa periodística SKL Network ha recibido un cd-rom en el que aparecen imágenes algo escabrosas de su reportero, Jack Lorski, y su compañera sentimental, Karen Gijman. Ambos llevan desaparecidos nueve meses, y la única pista con la que cuenta la compañía es el cd-rom que, además de estar encriptado de alguna forma, muestra fragmentos de la investigación del propio reportero. Jack Lorski realizaba un seguimiento de varios asesinatos cometidos en toda Europa, al parecer con varios puntos en común, cuando desapareció. Desesperada, la empresa pide ayuda a quien sea capaz de resolver el enigma, manejado por un psicópata de película, y encontrar a Jack y a Karen sanos y salvos...o no.

Comentario

Como cualquier guión cinematográfico que se base en una relación psicópata-víctima, en In Memoriam también se ha pretendido dibujar varias personalidades diferentes, con sus toques variopintos y sus distintos matices. Pero no sólo eso se ha conseguido. El que sigue la historia, el que está con el ratón en la mano, es una parte imprescindible y es en este punto donde el juego tiene su mayor mérito. Porque de antemano se sabe que la historia no va a variar, está claro que tiene un final predeterminado pero también, y a diferencia de lo que presentan otros juegos, sí tiene que parecer que el que está enfrente de la pantalla influya de manera determinante en un secuestro que es real. Por tanto, esta aventura gráfica tiene que engañarle utilizando todas las tácticas posibles. ¿Lo consigue?

Jack Lorski es el personaje principal. Es un reportero que trabaja por libre para la agencia SKL Network. Comienza a interesarse por unos asesinatos macabros a través de un vídeo doméstico de aparente insignificancia. Lo que descubre le lleva a Karen Gijman, que de alguna forma representa el componente emocional de la aventura. No sólo por su relación con el protagonista, que no héroe, sino porque todo lo que empieza a ocurrir le afecta de forma personal. Ellos son la vía a través de la que el jugador entra en contacto con el psicópata. Ésta es, sin duda, la personalidad más interesante de In Memoriam. Porque él es el que plantea el juego dentro del juego sin que se note que son dos. Sólo hay uno. Cuando presenta fragmentos de Jack y Karen secuestrados en bucle, en una imagen borrosa y con constantes ruidos de fondo, ha logrado que el jugador se evada y que centre toda su atención en un solo objetivo: averiguar quién es el loco y por qué mata y preguntarse si podrá salvar las vidas que dependen de él. El problema es que, como se verá más adelante, esta atmósfera tan bien lograda en muchas partes de la aventura, se ve interrumpida por algunos errores importantes.

Es evidente que el propio argumento no aporta nada nuevo, ni al genéro de las aventuras gráficas ni a ningún otro. La propia página web reconoce que está basado en películas como Seven o El silencio de los corderos. Sin embargo, la historia engancha al igual que lo hace cualquier thriller que esté bien planteado. En teoría, el cd-rom que se utiliza para jugar es el mismo que la empresa ha recibido del secuestrador, eso sí, con algunas variantes como los accesos directos al correo y al navegador porque, sí, sin acceso a internet no se puede completar el juego. A medida que se van superando las pruebas que el psicópata plantea, éste va dando nuevas pistas del paradero de los secuestrados y de sus fechorías, las del enfermo, claro está.

Lo que está oculto en el cd-rom son varios juegos pequeños divididos en cuatro grandes secciones que se corresponden con los cuatro elementos: aire, tierra, fuego y agua.

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