Aventura y CÍA Aventura y CÍA

Aventuras gráficas al detalle

Reviews

Lo bueno, si demasiado breve, no tan bueno

Título: Sam and Max: Season 1 - Episode 1: Culture Shock (2006)

Desarrolladora: Telltale Games

Distribuidora: Telltale Games, Nobilis

Lanzamiento: Octubre de 2006

Especificaciones (mínimo recomendado):

# Publicado el por Víctor Martínez 6

Introducción

Cuando LucasArts cancelara, hace más de dos años, la nueva aventura gráfica de su perro y conejo más famosos y quizá por la que más ha babeado el público del género en su historia reciente, nadie hubiese apostado un duro a que en un plazo tan relativamente corto de tiempo, hubiésemos podido jugar a un nuevo título aventurero de la pareja policíaca creada por Steve Purcell.

Pero así es Internet, una herramienta capaz de satisfacer las necesidades de los amantes de la cultura más alternativa, cosa que, obviamente, tiene su letra pequeña. Y es que a todos nos hubiese gustado hincarle el diente a un juego completo, como fue esa gran obra de 1993 de la que este nuevo Sam & Max toma como máxima referencia, sin embargo nos tenemos que conformar con lo que por desgracia se les ha ocurrido inventar a los chicos de Telltale: aventuras gráficas cortas por episodios. Y viendo que Bone, una historia larga fraccionada en vete a saber cuántos episodios pretendieran sacar, no les ha ido demasiado bien (hasta el punto de cancelarse en el segundo capítulo a la espera de que éste su nuevo intento les salga más productivo), han tenido otra idea un poco más acertada pero que se sigue alejando de a lo que un aventurero de toda la vida le gusta jugar, y no es otra cosa que una temporada de Sam & Max, como si de una serie de televisión se tratase.

La temporada se divide en seis capítulos (que, por supuesto, aún no han hecho), y el episodio piloto es este que comentamos, Culture Shock, con el que los extrabajadores de LucasArts pretenden engancharnos para que les financiemos la serie entera. Si lo conseguirán o no, es algo que no tenemos demasiado claro, ni tampoco nos importa mucho. Lo que sí nos importan son los resultados, y los del primer capítulo de Sam & Max: Season 1 los podéis leer a continuación.

Argumento

Sam, el perro policía, y su pequeño compañero Max –un conejo con tendencias homicidas- llevan bastante tiempo inactivos y necesitan volver a experimentar la adrenalina que a ambos les produce salir a la calle a por el malo de turno. Tras una llamada que en un primer momento no pueden contestar porque su rata les ha robado el teléfono y no tiene intenciones de devolverlo hasta que ellos hagan lo propio con su queso, se les encomienda la misión de investigar el misterioso caso de unos niños hiperactivos (y jóvenes estrellas de un programa de televisión) que están molestando al vecindario.

Pronto se darán cuenta de que todo es obra de un nuevo megalómano que está aterrorizando a la ciudad, hipnotizando a sus efebos para llevar a cabo pérfidos planes que nuestra pareja protagonista no tardará en desbaratar.

Comentario

Y cuando decimos que no tardarán en desbaratarlos, lo decimos de un modo completamente literal, porque, y como era de suponer, Culture Shock es tan corto como el resto de títulos de Telltale (sin contar CSI: Las 3 dimensiones del asesinato), a medio camino entre Bone: Out of Boneville y The Great Cow Race, aunque, eso sí, algo más satisfactorio que sendas aventuras. Primero porque el caso concluye sin necesidad de jugar al siguiente capítulo (aunque mucho nos tememos que el antagonista de Sam y Max seguirá con las suyas en futuras entregas), y segundo porque tanto puzzles como diálogos son mucho más divertidos que la sosería remilgada de las adaptaciones de Jeff Smith.

Y quizá sea porque, a diferencia de la serie Bone, Culture Shock cuenta entre el equipo de guión y diseño con Dave Grossman (el co-autor de Day of the Tentacle, que también participó en The Great Cow Race) y Steve Purcell (que no solo es el padre de Sam & Max, sino que tiene cierto currículum aventurero en la época dorada de LucasArts). El resultado es un juego tan trabajado a nivel de diálogos como lo fue su predecesor Sam & Max: Hit the Road, juego del que se nutre más de lo que podríamos haber esperado, y al que referencia constantemente a lo largo de las dos horas que nos llevará, a lo sumo, finalizar el juego.

Hay que felicitar a Telltale por eso, no es fácil que una licencia cambie de compañía, entorno gráfico, esquema, planteamiento y diseñadores y continúe resultándonos tan familiar, como si fuera la continuación lógica del título original. De hecho, no lo consiguió ni la propia cuarta entrega de Monkey Island, que no salió siquiera del seno de su compañía madre, por lo que resulta curioso, cuanto menos, contemplar el esfuerzo puesto por estos chicos para no variar un ápice la personalidad de los dos personajes que ya conocíamos, sin caer en el amateurismo que mucho nos temíamos que iba a impregnar la temporada entera, como si de un guión de forero quinceañero que diseña su juego ripeando gráficos se tratase.

El diseño de los puzzles del juego es coherente. No obstante, también es extremadamente sencillo, y aunque en esta ocasión no contamos con las pueriles pistas que sí nos proporcionaba la interfaz de los Bone, la resolución del juego por parte de un aventurero medio puede parecer casi de risa. Básicamente son tres cadenas simples de puzzles que resuelven el nudo del raquítico argumento, y que nos conducen a una conclusión más amplia de lo que al principio se vislumbra (porque nos pensábamos que a medio juego la cosa se iba a ir finiquitando mucho más rápido de lo que nos hubiese gustado, cosa que hace, pero no tanto).

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