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Aventuras gráficas al detalle

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La Historia más Grande jamás planeada

Título: Zelenhgorm, Episode I: Land of the Blue Moon (2002)

Desarrolladora: Moloto, Federation X and the Ten Legions

Distribuidora: Sin distribuidora en España

Lanzamiento: 2002

Especificaciones (mínimo recomendado):

# Publicado el por José María Meléndez 1

Introducción

El rancio y amargo 2002 (en cuestiones aventureras) nos trajo una verdadera sorpresa de manos de una desconocida desarrolladora sueca llamada Moloto, nada más y nada menos que un FMV (Full Motion Video) como dios manda.

Hacía bastante tiempo que por nuestros monitores no pasaba ninguna aventura realizada con actores y empleando la tecnología del vídeo como arma gráfica. Atrás quedaban primerizos experimentos como Heart Of China, que empleaba imágenes reales estáticas de actores (todo un hito por aquella época), o aventuras con una tecnología más avanzada en el caso de Under A Killing Moon de Access, pioneros que sentaron precedente. El boom del FMV no había hecho más que comenzar, y rápidamente la mayoría de géneros integraron pequeñas pequeñas (o grandes) películas, algunas como interludio entre fase y fase en el caso de los shooters (Dark Forces II: Jedi Knight) o el combate espacial (Wing Commander IV). Sin embargo el género que sacó mejor provecho de todo esto fue la aventura gráfica, ya que en la mayoría de casos, el vídeo seguía la moda para servirse del reclamo comercial sino que se integraba perfectamente en la narración y la jugabilidad. La lista es bien larga, aparte de apetitosa, verdaderos ‘bocattos di cardinale’: los dos Phantasmagoria, Gabriel Knight II: The Beast Within, The Pandora Directive, Overseer, Ripper (con un reparto hollywoodiense: Christopher Walken, John Rhys ‘Gimli’ Davies...), Harvester, Zork Grand Inquisitor e incluso rarezas realizadas con la técnica stop-motion tales como The Neverhood o The Dark Eye.

A pesar de ser un buen recurso y una forma de presentar el juego equiparable a los fondos pintados a mano o las tres dimensiones, el vídeo no tardó en desaparecer. Algunas compañías como Sierra afirmaban que el coste de realizar un juego de tales características no compensaba con las ventas, ya que básicamente convertían un estudio de realización de juegos en toda una mini-industria cinematográfica (más bien telefilmera en la mayoría de casos, viendo la calidad de actores, realizadores e incluso guionistas). Uno de los últimos coletazos fue el excelente Black Dahlia, una intriga de conspiraciones nazis con Dennis Hooper y Teri Garr a la cabeza.

Desde entonces, nuestros monitores han estado huérfanos de aventuras en FMV (salvo raras excepciones que por supuesto, no llegaron a España), hasta que en el año aventurero 2002 nos trajo de manos de una desconocida compañía sueca (éste es su primer juego) el ambicioso Zelenhgorm.

Argumento

El sueño de Arrikk Vaheirr (un sueño con tintes premonitorios) se ve alterado por la llegada de un gran y extraño navío que ha calado en su jardín. Pronto, los lugareños de Senava, el pueblo donde vive, aprovechan la ocasión para manifestar una vez más su animadversion hacia el pobre Arrikk, no sólo por la fantasmagórica aparición de su jardín, ni siquiera porque la torre del poblado ha comenzado a brillar (algo que ningún habitante del lugar había visto jamás), sino porque Arrikk es zurdo.

Perseguidos y ahogados hasta la muerte en la antigüedad, los zurdos, vistos como hechiceros y practicantes de las más oscuras artes de la magia, siempre han sido objeto de humillaciones y vejaciones por parte del pueblo. Los tiempos cambian, y los ahogamientos se acabaron. Arrikk a pesar de recibir numerosos desprecios, es tolerado en la comunidad gracias a la presencia de su respetada abuela. Pero los cambios en la pacífica aldea, sacan a relucir antiguos recelos, e incluso se tantea la posibilidad de seguir de nuevo al pie de la letra los escritos de los antiguos Profetas, que manifestaban que todos los zurdos debían morir por el bien de la orden público. Arrikk se verá forzado a averiguar la procedencia del barco fantasma (apareció casi por arte de magia, sin ningún tripulante a bordo) y emprender una búsqueda épica y una prueba de iniciación.

Comentario

Prueba que no veremos en este Zelenhgorm, Episode I: Land of the Blue Moon, ya que nuestra búsqueda quedará interrumpida al final del juego. Puede decirse que el concepto de la aventura de Moloto raya la locura. Según Michi Lantz, productora y principal impulsora del juego, la historia se dividiría en una trilogía: tres partes, y cada una de ellas constaría de tres o cuatro episodios. ¿Demasiado ambicioso? Tal vez ¿Demasiado temerario? Por supuesto, ya que según afirman, la continuidad de la serie depende sobretodo de la acogida por parte del público y del dichoso (y necesario) volumen de ventas. Gran parte del Episodio II, titulado The Voice of The Water, está filmado y casi acabado. Sin embargo, tal exceso de ambición puede pasar factura: demasiados episodios, demasiado trabajo para una veintena de personas sin ser respaldados por una gran distribuidora.

Lo dicho, de cerrar con gloria en un futuro la serie, sería todo un hito no sólo en el mundo de las aventuras gráficas, sino en el panorama informático en general. Pero todo el concepto de la serie (recordemos, tres partes a tres o cuatro episodios cada uno: de nueve a doce juegos), no deja de ser un tanto descabellado, y dado que los juegos se irían haciendo sobre la marcha dependiendo de la acogida de cada uno de los episodios, mucho nos tememos (crucemos los dedos que no sea así) que la serie acabará no con un ‘The End’ sino con un ‘Continuará’... Y es que Moloto se mueve en aguas pantanosas por culpa de

a) La vorágine del soft de hoy en día, ese monstruo que es capaz con un movimiento de barrer diversos estudios pequeños y levantar (aún mas) a las grandes corporaciones.

b) Un diseño mastodóntico, digno de un Cecil B. De Mille informatizado. De constar Zelenhgorm de sólo tres episodios (por pone un número no tan elevado), todo sería más factible (y creíble).

Sin embargo, y a pesar del pesimismo latente en torno a tal avalancha de capítulos, episodios, y trilogías, vamos a dar un voto de confianza a los vecinos de Funcom, porque ya se sabe... el mundillo del soft aparte de malas noticias, risas y vergüenza ajena, de vez en cuando nos da alguna que otra sorpresa. Ojalá que Zelenhgorm sea una de ellas. Porque realmente lo merece...

¿Eso quiere decir que estamos ante (no ya una obra maestra) sino un verdadero ‘juegazo’? Desgraciadamente, no. Pero la aventura sueca sobresale de otras con similares características y muy dignamente.

Para empezar, el guión de Magnus Welinder (un caso bastante triste, falleció recientemente sin poder ver la acogida que el juego está recibiendo), retrata una sociedad con todo lujo de detalles. El juego presenta la aldea de Senava minuciosamente: su sistema económico basado en una moneda preciada: la perla, su religión cimentada en antiguos textos escritos por crueles profetas, su sistema político, su sistema penitenciario, las siempre presentes supersticiones de los habitantes, sus leyendas... y así ante un largo etcétera. Todas estas referencias hacen que nos sintamos muy inmersos en el juego y dotan de una verosimilitud bastante creíble cada paso que damos por el poblado.

Zelehngorm también corrige uno de los defectos más acusados de las aventuras en primera persona (sí, aparte de un buen FMV, nos moveremos en 360 grados): la sensación de soledad que nos embarga en aventuras similares y citamos algunas recientes como Sherlock Holmes: El misterio de la momia o El misterio del Nautilus (tomad nota, chicos de Frogwares. De hecho, ése era uno de los puntos que en Moloto querían dejar de lado cuando se plantaron a diseñar la aventura. Y es que toda la aldea de Senava rezuma vida por los cuatros costados, no paramos de ver a gente durante todo nuestro recorrido, siempre hay una o varias personas en cada calle, el mercado está atiborrado de ellas, la taberna, curiosos, niños, etc. Todo esto hace la aventura más interesante y que olvidemos el cliché (bastante falso, a la vista está) que aventura en primera persona significa paisajes desolados y ni un mísero personaje con quien interactuar.

Por otro lado tenemos la belleza gráfica del juego, que es digna de elogio. Los grafistas se han apuntado un buen tanto en la mayoría de localizaciones, si bien no impresiona (más que nada porque a estas alturas estamos tan y tan acostumbrados a ver gráficos prerenderizados) sí que se demuestra un buen hacer artístico. Hecho que se constata nada más comenzar la aventura, con esa composición de video-3d de la calavera batida por las olas o ese extraño ataque de peculiares naves (o eso parece, esperaremos a futuros episodios para saber más de ellas) bombardeando una ciudad.

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Review de Zelenhgorm, Episode I: Land of the Blue Moon
Imagen de Zelenhgorm, Episode I: Land of the Blue Moon
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Carátula de Zelenhgorm, Episode I: Land of the Blue Moon

Nuestra puntuación

Dos estrellas y media

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