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Telón para un inventor y su perro

Título: Wallace & Gromit's Grand Adventures: Episode 4 - The Bogey Man (2009)

Desarrolladora: Telltale Games

Distribuidora: Telltale Games

Lanzamiento: 29 de julio de 2009

Especificaciones (mínimo recomendado): Procesador a 2 GHz o superior | 512 MB de RAM | 290 MB de espacio en disco | Tarjeta gráfica de 64 MB compatible con DirectX 8.1 | Tarjeta de sonido compatible con DirectX 8.1 | DirectX 9.0c o superior | Windows XP o Vista

# Publicado el por Gaspar Ruiz 0

Introducción

The Bogey Man pone fin a la serie en cuatro actos protagonizada por el inventor Wallace y su leal y apañado escudero Gromit. Un tanto distorsionada por los ecos entusiastas de Tales of Monkey Island, la saga se cerró discretamente, casi sin ruido, con su capítulo más brillante, lógico heredero de un conjunto de aventuras de primera categoría.

Argumento

El malentendido que surgió al final de Muzzled! ha tenido consecuencias devastadoras para la relativamente tranquila vida de soltero de Wallace: Felicity Flitt se ha tomado tan en serio la que ha entendido como propuesta formal de matrimonio, que ha llamado a su millonaria tía Prudence, su único pariente vivo, para que dé su bendición al enlace.

Preocupado ante el giro de los acontecimientos, Wallace, ocupado a su vez en la localización de objetos desaparecidos desde su empresa Recuperaciones Doradas, buscará la manera de desvincularse de tan enojoso trance. La oportunidad se le presenta cuando descubre que Prudence condiciona su beneplácito a que su sobrina no se case con un miembro del club de golf Pickly Ticket. Antigua fuente de desavenencias entre los McBiscuit y los Flitt, Pickly Ticket tiene reminiscencias traumáticas y trágicas para la familia de las dos mujeres; la pertenencia a dicho club es equivalente al más imperdonable de los pecados.

Wallace conseguirá, por mediación del tendero Paneer, ingresar como miembro de pleno derecho en el club, pero un nuevo problema, mucho más acuciante que el anterior, se le presenta súbitamente: el edificio en el que se ha levantado Pickly Ticket encierra un misterio secular, que supuso la desgracia y la ruina de los descendientes de muchos de los vecinos del pueblo.

Cuando Wallace descubre que su ancestro Goodman Wallace y su fiel perro Gimlet estuvieron involucrados, de forma notoria, en el misterio y el escándalo, se promete a sí mismo resolverlo. Pero no va a ser fácil, pues las escrituras están ocultas tras tres cerrojos en apariencia inexpugnables…

Comentario

The Bogey Man es el mejor de los cuatro capítulos que integran la serie. Lleva la firma de Andy Hartzell, segundo en su cuenta particular tras Fright of the Bumblebees (con lo que podría decirse que The Bogey Man cierra un círculo); esta vez, el señor Hartzell ofrece toda una lección de planificación, diseño, puesta en escena y narración, donde todo fluye con gran naturalidad y equilibrio.

El guión acentúa las personalidades de todos los personajes, basadas hasta ahora prácticamente en tics; la nueva incorporación al elenco, la tía Prudence, evoluciona en el propio capítulo de mera comparsa a secundaria con entidad, algo que corrige uno de los déficits tradicionales de la compañía californiana. Además, Hartzell se permite aportar un punto oscuro al libreto, tanto en su trasfondo —pues la de The Bogey Man es una historia de traiciones seculares— como en el carácter de algunos de los ya conocidos y respetados miembros de la comunidad de Wallace y Gromit: un ejemplo es el agente Dibbins, que manifestará una chocante naturaleza ambiciosa y vengativa.

Este cuarto episodio se ambienta en un escenario moderadamente vasto (vasto, entiéndase, según los cánones del formato episódico), en el que se esconden tres grandes enigmas con sus consiguientes claves. Estos misterios están muy elaborados en su concepción y en la presentación de sus pistas, y pueden contarse entre los mejores puzzles de investigación que ha dado el género en su última década (lo que no es, por otra parte, una tarea muy complicada). Exigen unas buenas dosis de capacidad deductiva, asociativa y de observación, los tres puntales de todo diseño destacable, llevadas a un extremo de ingenio que parecía olvidado.

Un slider es siempre una decisión de diseño cuestionable que no admite defensa, aunque en de The Bogey Man sea el pretexto para una serie de bromas logradas y para el cierre de las desavenencias que surgen entre los secundarios a lo largo del capítulo: sus piezas son todos los personajes que aparecen en él (con la excepción de Gromit, a quien se le reserva el aleluya final), lo que provoca simpáticas interacciones.

The Bogey Man enmienda la plana a The Last Resort (el episodio más flojo de la saga) al erigirse en la aventura policíaca que ésta debió ser. Para dar juego, Telltale decidió primar las connotaciones detectivescas sobre las «inventivas» que dominan las aventuras animadas de Wallace y Gromit: una trama puramente noir es más atractiva siempre que una doméstica y, además, casa bien con el formato episódico, por el suspense que genera. Aquí se certifica que las historias detectivesco-delirantes de Sam y Max, referente claro en un capítulo en el que Wallace ha montado su propia agencia de investigación, Recuperaciones Doradas, se han convertido en un modelo a seguir, y a reformular, por parte de Telltale. Por otro lado, las Wallace & Gromit’s Grand Adventures vuelven a confirmar su enorme deuda con el cine: el encargo de la búsqueda de las escrituras de propiedad del club Pickly Ticket, encomendado a Wallace por el mayor Crumb, recuerda, y no poco, a los momentos iniciales de El halcón maltés de John Huston.

Pero The Bogey Man no es sólo una trama noir: es también la catarsis de esa parodia social que se iniciara en Fright of the Bumblebees. En esta ocasión, se satirizan dos costumbres muy inglesas: el golf y la pertenencia a los selectos clubs. La amable burla gira sobre la obsesión, la deshumanización, que estos dos hábitos ejercen entre algunos sectores de la población. Con la introducción de Prudence Flitt (nombre expresamente deliberado), se da protagonismo a una especie de «voz de la conciencia» crítica, que considera estas actitudes como producto de las más bajas e irracionales pasiones. La sociedad inglesa queda elegantemente retratada y, en cierto sentido, también ridiculizada, si bien la denuncia es tan sutil que no pasa del puro matiz.

Conclusión

The Bogey Man es la guinda a una saga muy satisfactoria, que ha sido un campo de pruebas para la experimentación técnica. Menor en lustre y quizás en carisma, pero no en calidad, respecto de las grandes creaciones de Telltale (Sam & Max; Tales of Monkey Island), Wallace & Gromit’s Grand Adventures quedará como un conjunto de aventuras dignas de ser jugadas.

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