Se contrató a Bob Siedenberg, un ex-componente de los Supertramp, que hizo unas variaciones pop muy ochenteras al tema original de la saga que no sonaban nada mal. Aunque eso sí, tampoco es que pegasen demasiado. Con todo, la labor musical es intachable, digna de mención y recordatorio. La única pega que le veo es que sonaba cuando le apetecía, cosa que no sé si será cosa mía o de la poca experiencia con este tipo de soportes de los programadores, pero que me repatea bastante.

Lo único que se mantuvo inamovible fueron las tortuosas muertes, la gran lacra (para algunos, yo particularmente no me muestro demasiado reacio) de las aventuras de Sierra. A pesar de que el tema del diseño está revisado, limado y suavizado en comparación a los anteriores, Space Quest 3 no deja de tener algunas fugas: En primer lugar nos encontramos con la típica aventura "ahí estás ahora búscate la vida"; Por ejemplo: nada más empezar tenemos claro que debemos escapar del basurero interestelar, pero ¿cómo? buena pregunta. El dilema no es nada sencillo y más teniendo en cuenta que debido al pésimo control -sí sí, en el SCI0 se puede usar ratón pero no hay un "buscador de caminos" decente, por lo que el personaje se está trabando continuamente, con lo cual es más práctico utilizar el teclado- encontrar los recovecos inaccesibles en los que tendremos que entrar está muy cerca de ser tarea milagrosa. Las pistas son escasitas (más bien inexistentes) y hay algunos puzzles en los que hay que hacer un auténtico esfuerzo adivinatorio, para los que no se me ocurre otra solución que la táctica prueba-error. Nos encontraremos con alguna que otra pequeña encerrona, pero al menos, NO hay muertes súbitas, algo que en SQ2 abundaba ingentemente y que en esta entrega pareció haberse olvidado; si hay algo que te hayas dejado en determinado lugar, se puede volver a por ello. Eso sí, morir forma parte de la vida y más aún si se trata de la de Roger Wilco, que se "jartará" de muertes, muy creativas eso sí, a veces de forma sádica para con el jugador (por no decir con el pobre Wilco) a veces de manera injustificada como tropezándose en un sitio aparentemente inofensivo partiéndote la cabeza o abriendo una puerta y encontrarte un alien agresivo con una pistola apuntándote entre las cejas.

Otra cosa muy, muy desagradable es la de meter elementos "arcade" en momentos decisivos. Dejando ya a un lado el tema de esquivar escorpiones venenosos, ratas superdesarrolladas, serpientes alienígenas gigantes, o precipicios letales, en ciertas partes MUY importantes de la aventura aparecen pequeños jueguecillos arcade ineludibles que putean el ritmo de la aventura como nada. Si solo tuviésemos que pasar la fase del astrochicken tampoco sería algo especialmente molesto, porque el jueguecillo incluso tiene su gracia. Pero hay otras dos fases algo más recalcitrantes (especialmente la batallita de los robots "estilo mazinger" allá por el final de la aventura que me recuerda a no se cuál aventurilla de monos y piratas) que si no las pasas ahi te quedas y no son precisamente sencillas.

Resumiendo, la aventura es todo un clásico recomendable para sierra-yonkis (que ya lo habrán jugado) y caníbales aventureros; la gente que tiene fobia a las muertes preferiblemente que se quede al margen. El juego no está mal diseñado, tiene unas gracias bastante ocurrentes (en especial con el mundillo del software) aunque lamentablemente no fue traducido en su día y si no dominas la lengua de Shakespeare (como es mi patético caso) se escapan muchos de los chistes.

Conclusión

Space Quest 3: Pirates of Pestulon está muy lejos de ser una aventura perfecta pero fue un buen precedente para juegos de la calidad de los dos Space Quest que vendrían después, dos aventuras bastante sobresalientes ya no sólo en lo que Sierra se refiere sino en todo el género aventurero. Como digo el argumento es uno de los más divertidos y pulidos de la saga y el final es de antología. La dificultad se les fue un poco de las manos y el interfaz de texto ni facilita las cosas, ni es de lo más amigable que se ha visto. Pero tampoco se le puede pedir más a un juego del '89 (ya quisieran otros)

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