Viendo el correo puedes salir de casa, y todo eso. También, y es un detalle, hay muchas conversaciones y vídeos optativos; por ejemplo, durante el primer día en la oficina (y durante el segundo, y tercero...) puedes hablar con cada uno de tus compañeros. Y si aprendes algo nuevo, puedes intentar hablar con ellos otra vez, para intercambiar otro tipo de información. Vale la pena hacer todo eso para aprender un poco más de la historia, o al menos de lo que le rodea, aunque la sangre, las vísceras y los asesinatos van a aparecer de todas formas. Muchas veces, incluso, tienes ramificaciones de conversación, pero apenas afectan al resultado final del juego.

Las películas en sí son una maravilla. Quizás sea esta la aventura gráfica con mayor cuidado en este tipo de escenas, con perfecta fotografía, interpretaciones muy cuidadas, montaje certero (cómo se nota cuándo detrás de este tipo de cosas hay un profesional de la imagen, y no del diseño), e incluso algunos movimientos de cámara ciertamente notables, como es ese bellísimo travelling circular en la "bladerunneriana" consulta del psicólogo. En una aventura que se apoya principalmente en este tipo de secuencias, favorece bastante la empatía e inmersión del jugador en todo el universo del juego que estén tan cuidadas. De hecho hasta perdona las inverosimilitudes varias del guión.

Hablando del guión (y voy a explicar unas cuantas cosas de la historia en este párrafo, así que saltaoslo si pretendéis jugarlo absolutamente "vírgenes") la cosa, en realidad, tiene más pinta de ser una versión perversa de "Eyes Wide Shut" y demás películas esquizofrénicas: alguien con una vida solucionada, equilibrada, y sumamente aburrida, se mete en un mundo de perversión que transforma totalmente la realidad en la que vive. Curtis Craig no sólo empieza a ver visiones ni a ser sospechoso de asesinatos de sus compañeros, sino que es objeto de atracción por su jefa (mucho más atractiva y morbosa que su novia), que le lleva por los lugares más sórdidos que el ni imaginaba que existiesen, y para colmo, se junta un elemento de confusión emocional por un amigo suyo. A medida que se destruye su psique, se destruye su mundo y se destruyen todos los que le rodean, con lo que ni él ni el jugador pueden escapar de un destino terrible: todo es culpa de Curtis de una forma u otra. Hasta no entiendes, y lo pasas mal, viendo como su psiquiatra, la policía, sus amigos, su novia, le siguen apoyando.

Aparte de este mal rollo psicológico, el juego tiene su buena dosis de sustos gratuitos que siempre se agradecen. Y los puzzles... ¡existen puzzles! Sí, esto no es como Phantasmagoria, aquí hay uso de objetos a tutiplén, más o menos lógicos, pero lo hay. De hecho los puzzles son bastante razonables excepto tres casos contados (uno a mitad- final del juego, y toda la surrealista parte del final), y existen en casi todas sus variantes: de conversación, de combinación de objetos, encadenados... y todos acompañados por pistas. El número de localizaciones se "criba" en cada momento del juego, para que tengas bien claros los objetivos en esa etapa, aunque no existe una sensación de linealidad tan exagerada como en otros ejemplos recientes (seguramente porque el juego es bastante más fluido). Se me olvidaban un par de detallitos técnicos: el juego funciona bajo Windows 9x sin ningún problema, y utiliza miles de colores para los vídeos.

Llega la hora de el gran defecto del juego: la traca final. En principio no suena del todo mal: se combina el rollo Lynch de meter mogollón de imágenes malsanas, oníricas (casi freudianas) y mayormente incomprensibles con un rollo de flashbacks tremebundos, sádicos y dolorosos, y la cosa acaba con un universo paralelo sin ningún tipo de regla, y con un deus ex machina tan sumamente cutre que hasta da penita. Vale que el juego tampoco se toma en serio, pero es que lo del final es directamente chapucero, y da bastante rabia porque desinfla toda la tensión morbosa que ha ido acumulando. Parece apenas un parche para meter dos finales - muy divertidos, eso sí - que no pasan de variaciones.

Por último, y por si acaso, el consejo paternal: mantened este juego lejos, muy lejos, del alcance de los niños y preadolescentes descerebrados. Los primeros se impresionarían, y los segundos no lo entenderían apenas. No sólo es sangre y terror: hay mucha psicología y mucha metáfora por descifrar en este juego, y parte de la gracia está allí.

Conclusión

Defenestrada en su día por muy diversas razones y prejuicios, Puzzle of Flesh resulta ser un experimento aventurero bastante interesante, sobre todo cuando la mayor parte de juegos que se suponen "adultos" se apoyan unicamente en violencia infantil, escatología y sexo chusco (y siempre heterosexual). Ver cómo una aventura gráfica estira todos esos límites hasta el máximo, y que utiliza todos los medios audiovisuales competentes (en vez de la chapucería inherente al género gore) para rodearlo, te lleva a admirar un esfuerzo que, como gran parte de los esfuerzos innovadores de Sierra, fue incomprendido. Está lejillos de ser perfecta, pero aunque sea por insólita, merece la pena que le echéis un ojo.

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