La regresión de los checos
Título: Nibiru: El mensajero de los dioses (2005)
Desarrolladora: Unknown Identity, Future Games
Distribuidora: Friendware
Lanzamiento: 19 de diciembre de 2005
Especificaciones (mínimo recomendado): No disponible
# Publicado el por Víctor Martínez
Y para colmo de males, trata exactamente el mismo tema que Martin Mystère, con el que además también comparte el nombre del protagonista.
Visto pues que la originalidad escasea en las reuniones de braimstorming de los checos de Unknown Identity, veamos cómo han acometido el segundo apartado más importante junto al argumento: el diseño de los puzzles y enigmas. Si bien aquí tampoco podríamos otorgarles un notable, sí se les nota algo más avispados a la hora de elaborar retos de inteligencia para el jugador. No nos engañemos: no es nada que no hayamos hecho ya mil veces, y hay puzzles que directamente están cogidos de otras aventuras, e incluso otros que suponen un tributo a clásicos como Monkey Island 2 (la caza de la rata); algunos de ellos están excesivamente rebuscados y rompen con la seriedad con la que al parecer pretendían dotar a la historia, pero el resto los resolveremos con facilidad y, si bien no con el uso de la lógica en algunos casos, sí con nuestro viejo amigo el sistema de prueba y error.
De todos modos, en general los enigmas consisten en coger y utilizar objetos con otros objetos o puntos del escenario, con la particularidad de que los hotspots que no sirvan para nada desaparecerán una vez inspeccionados, cosa que facilita la resolución de los enigmas que, sin esta función, nos darían verdaderos quebraderos de cabeza.
Además, durante buena parte del juego los amantes de los puzzles clásicos se verán satisfechos por la ausencia de combinatorias. Que no se lleven a engaño porque los checos tienen preparada una traca final compuesta por un lote de paneles con ruedecitas, numeritos y símbolos de todo tipo para gozo de los licenciados en matemáticas, con conversiones del sistema decimal al sistema numérico maya y viceversa inclusive, dedicado, esperemos que con cariño, a los que se quejaban del puzzle del zodiaco de The Black Mirror.
Criticar en demasía el apartado gráfico de Nibiru implicaría no tener conciencia sobre nuestro género favorito. Por todos es sabido que ésta, al igual que Martin Mystère, Agatha Christie o el reciente Ankh, es una producción de bajo presupuesto, una serie b que tanto desarrolladora como productora y distribuidora nos intentan vender como producto de serie a, sobretodo debido al desorbitado precio con el que lo ponen en la estantería. Estamos pues, ante un título de carácter semi-independiente, y es por ello que quien busque lo último en tecnología no podrá ir más desencaminado.
Tampoco supone una mejora considerable respecto a Black Mirror, cosa que sí habría sido de esperar, y entre sus defectos se encuentran la escasez de animaciones, la baja calidad de los videos prerender y el abuso del “fade in/fade out” para realizar acciones ahorrándose la animación. Las texturas de los modelos 3D también dejan bastante que desear, y en la mayoría de ellas destaca la simetría de los personajes, con las manchas de las camisas perfectamente calcadas de un lado a otro entre otros detalles no demasiado atractivos.
Por otra parte, el diseño de los escenarios sigue siendo uno de los puntos fuertes, y aunque se puedan apreciar algunos autoplagios de la otra aventura de la compañía, en general el prerender sigue funcionando a la perfección y cargando de detalles la pantalla, aunque luego estos detalles no se vean consumados con la correspondiente descripción que ayudaría a enriquecer la experiencia de juego.
La banda sonora se compone de poco más que de ruidos que conforman melodías que pretenden crear una atmósfera de misterio, cosa que consigue a duras penas, aunque acabe por repetirse demasiado. En cuanto al doblaje, como siempre agradecemos que se tomen la molestia de poner las voces en nuestro idioma, pero una vez más debemos dar un tirón de orejas a Friendware por encargar esta labor a los mismo incompetentes de siempre, con una dirección inexistente, y unos actores que leen sus líneas con las mismas ganas que un fontanero arregla una tubería.
Conclusión
Si habéis leído todo lo anterior, la conclusión es obvia: Nibiru nos ha decepcionado. Una vez dicho esto, también hay que apuntar que no se trata de un juego nefasto ni mucho menos. Contiene horas de entretenimiento, y en general nos mantendrá más o menos intrigados. Casi toda la aventura se juega sola, con excepción de algún puzzle demasiado rebuscado y alguna combinatoria que le sobra, y es por ello que no está de más echarle un vistazo si tenemos la paciencia necesaria y las suficientes ganas de jugar a una aventura de estilo clásico.
Por lo demás, es innegable que Future Games necesita mejorar muchísimos aspectos si no quieren defraudar en un futuro próximo con los esperados Reprobates y Tale of Hero.
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