¿Que esto es latoso? Pues hombre, tanto como que el boina verde del Commandos no sepa conducir, disparar con un rifle precision, poner bombas y disfrazarse de nazi. Que Filemón no alcance debido a su estatura un objeto que le queda alto, y para ello tengamos que usar a Mortadelo, que es más alto, es algo sumamente lógico. Unicamente en la nefasta fase final se hará un uso algo incorrecto de esto ya que solo uno de los dos personajes es capaz de coger un objeto concreto, que por ningun motivo aparente puede dejar de coger el otro, pero que una vez resuelto se le puede encontrar cierta explicación (aunque claro, las deducciones se han de alcanzar antes de resolver el enigma, que para algo son deducciones, vaya). Salvo esta mancha, no encontré demasiado impedimento en cogerle el truco al manejo de los dos protagonistas y considero virtualmente imposible que alguien que sea incapaz de pillarle el tranquillo a este asunto. Con todo, si a cualquiera le supone complicado simplezas como ésta o destapar un yogur, os diré la clave de tal misterio: Manejar los dos personajes como si se tratase de uno con el inventario partido.

Visualmente, La Banda de Corvino da muy bien la replica, aunque puestos a sacar alguna pega se podría decir que son un poco 'neutros' en cuanto a estilo, no gozan de esa sobrecarga de elementos riduculos, de la identidad especifica que suelen tener las escenas de los cómics y no es que eso sea malo, pero en fin, siempre es más grato ver algo ‘distinto’ con un enfoque algo más personal. Quizá si se le diese algún toque de movilidad al entorno la cosa ganase, pero en cualquier caso, los escenarios están espléndidamente dibujados, son muy dignos. Sobre todos ellos se mueven los agentes de la T.Í.A y demás, que sin llegar a ser un prodigio de la animación (el aspecto de los muñecos es más cercano al de aquellos cortos que se hicieron hace ya bastantes añitos que al del cómic, aunque bien es cierto que no es lo mismo dibujar que animar) dan francamente bien el pego aunque en ocasiones el personaje y el escenario pierden el encuadre debido al imaginativo ángulo que se ha dado a la ‘cámara’ al dibujar el fondo y da el efecto de que el monigote es una pegatina que se desplaza por la pantalla. Se han incrementado el número de animaciones (algo que venía haciendo falta) e incluso la aventura se sirve de los disfraces de Mortadelo para meter unas cápsulas de humor gráfico (emblemático el de Chiquito). Un aspecto gráfico que desde luego no es lo mejor en cuanto a animación 2D que se ha visto en el género, pero tampoco tiene porque serlo, como tampoco el equipo de LucasArts en su Curse of Monkey Island manejaba el mismo presupuesto que manejan los toledanos. Desde luego, a nadie tiene porque espantar y a quien lo haga es porque le sobran unos cuantos prejuicios.

Como ya he dicho en anteriores comentarios, si algo puede atesorar Alcachofa aparte de su inconbustible sentido del humor, es su buen oído. Como en todas sus producciones, en Mortadelo y Filemón: La Banda de Corvino, los elementos sonoros son de una excepcional calidad. Emilio de Paz se vuelve a hacer cargo del 'score' de las aventuras demostrando que es uno de los músicos más habilidosos que tenemos en España en esto de los videojuegos, componiendo una rica banda sonora con diversas melodías que no acompañan, como suelen hacer los ambientes cíclicos que estamos acostumbrados últimamente a oír, si no que se prestan a ser escuchadas para disfrute de martillo, yunque y estribo. El doblaje, otro impecable 10: Alcachofa ha sabido de nuevo rodearse de talentosos actores que dotan perfectamente de temperamento a cada personaje que doblan, debido a su importante experiencia delante del micro, tanto en películas como en series de televisión (sin duda os sonaran algunas de las voces como habituales de Los Simpson). Todo un lujo para los tiempos que corren donde cada vez nos llega un menor número de aventuras dobladas.

Aunque el conjunto de Mortadelo y Filemón: La Banda de Corvino no se puede calificar de malo, hay una falta especialmente grave que quizá haga desmerecer globalmente toda la aventura a ojos del jugador, aunque realmente tenga poco que ver con la calidad del juego: Como veis estoy comentando el juego como de uno se tratase, y esto es básicamente porque así es. La Banda de Corvino no debería estar seccionado, no debería venderse por separado, por tres motivos: la pasta, la guita y el parné. Pagar 18 € por un juego es algo asequible, pagar 36 € empieza a ser mosqueante, y más aún cuando este juego apenas nos va a durar unas... 4 horas (como máximo). Los Mortadelos son juegos tradicionalmente cortos y como ya he dicho en muchas ocasiones no es algo que me quite el sueño esto de que una aventura sea más o menos larga, siempre y cuando sea divertida, objetivo que se cumple con ésta, pero vistas las engañifas de las que se sirve Zeta Games para vender un solo juego al precio de dos, que menos que un severo toque de atención, que la policía no es tonta. Por mucha fase extra que nos vendan, por mucho bijugador (que por cierto, muy curioso pero nada más. Algo anecdótico y prescindible que en la práctica entorpece la rítmica de juego) los señores de Zeta deberían plantearse un mucho este asunto, auténticamente huele a estafa.

En definitiva, una aventura que hace buen uso (aunque no el mejor, como bien sabéis, todo es mejorable) de las internacionales correrías de los dos agentes secretos, tan fácil como divertida y tan sencilla como bien hecha.

Conclusión

Bien, ¿y qué es lo que hace a la gente echar tanta peste sobre el juego de Alcachofa? Pues aparte de mal tanteada relación calidad/precio y la escasa extensión, la más supina de las ignorancias y la excesiva confianza en gente que escribe en tal Gamelive o cual Micromanía, si cabe aún más ignorante. Porque vamos a ver ¿en qué cabeza cabe una comparación de un juego de las características de La Banda de Corvino con aventuras culminantes como son Sam and Max, Curse of Monkey Island o Day of the Tentacle? Desde luego, si nos diese por comparar toda las novelas que sale hoy en día con el Quijote, en un par de meses se acabaría con la literatura. No sé qué clase de mentecato puede hacer este tipo de juicios, quedarse tan ancho y llamarse a sí mismo profesional. Bueno sí, a uno al que este juego le parece tan difícil como el Mundodisco...

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