Y la nueva interfaz, aunque se agradece enormemente, hace del juego algo todavía más fácil, y rejugarlo puede proporcionarnos un par de horas, y tirando a largo, de diversión.

Como la mayoría de juegos de Sierra, las muertes imprevistas están a la orden del día. Pero a diferencia del resto del catálogo aventurero de la exempresa de los Williams, en Larry I estas muertes súbitas comportan uno de los elementos más cómicos del juego. Morir manteniendo relaciones sexual con una prostituta sin usar condón, más que molesto resulta divertido y, cuidado, también muy didáctico.

Una constante que es de agradecer en la compañía, y que también se da en este juego, es la abundancia de descripciones de las que goza. Cualquier pulsación del ratón, con cualquier acción que tengamos seleccionada, con cualquier objeto del escenario da lugar a un comentario del narrador que en la mayoría de los casos sirve para ridiculizar al bueno de Larry, o para soltar cualquier chascarrillo propio de Al Lowe, que viendo su página web parece una especie de 'humorista' frustrado, que cae muy bien, todo sea dicho.

De todos modos, hay que echarle en cara unos puzzles, aunque divertidos, hechos con bastante mala baba. En Larry I también nos encontraremos con situaciones en las que no podremos avanzar de no haber recogido algún que otro objeto en el momento que tocaba (lo peor, bajo mi punto de vista, que puede tener una aventura), pero por fortuna, y a diferencia de muchas otras aventuras gráficas de Sierra On-Line, en esta ocasión se da con ínfima frecuencia, más que nada porque el juego es muy corto, de hecho, su duración es comparable a la de algunas aventuras amateurs hechas hoy día, cosa que, reiteramos, era excusable en el 87, que no en el 91.

En el aspecto técnico, esta versión convirtió a 256 colores los escenarios que vimos en EGA en el original. El apartado gráfico es, pues, muy similar al de Larry 5, con el protagonista bastante expresivo, animaciones para todas las acciones esenciales (no abunda esa inserción de objetos en el inventario por medio de telekinesis, como se hace aún hoy) y unos escenarios muy bien dibujados, respetando los primitivos diseños de la primera versión.

El tema principal de la aventura 'For your thigs only', compuesto por el propio Lowe, resuena inequívocamente en los tímpanos de cualquier aventurero que se honre de serlo, carne de melodía de teléfono móvil para los más horteras y/o frikis, y que en esta ocasión podemos escucharla sin la imperiosa necesidad de destrozar el ordenador por culpa de esos molestos pitidos del speaker.

En lo referente a la banda sonora, por aquella época, daba exactamente igual a quién encargársela. Sierra tenía un excelente 'dream-team' de músicos, portentosos maestros que exprimían el limitado MIDI hasta cotas insospechadas. Es por ello que si se hubiera elegido a Mark Seibert (King´s Quest 5), Aubrey Hodgers (Freddy Pharkas) o Ken Allen (Space Quest I) el resultado hubiera sido igual de plausible. En este caso, Chris Braymen (King´s Quest 6, The Dagger Of Amon Ra) sigue la línea de su antecesor Mike Dana en Leisure Suit Larry III, en ofrecernos todo un catálogo de lounge music, easy listening, o sea, verdadera música de guateque hortera y ascensor, algo que junto al jazz ha caracterizado desde sus inicios a toda la saga. Destacar algún que otro tema sería menospreciar al resto, tendríamos que reseñar todos, desde esa parodia del Holiday de Madonna que suena cuando entramos en la disco, ese Beethoven meets Tony Manero (que precisamente y en realidad fue un hit setentero en las pistas de baile), el oscuro bolero que suena con Faith, la excelente música de ascensor del casino o el saltarín tema de la tienda.

Conclusión

El mérito de este juego es indudable, aún así el remake podría haberse explayado más en cuanto a duración, en lugar de limitarse a reconvertir los gráficos y la interfaz del primero.

De todas formas, este juego, en su versión primeriza, sirvió para crear a un personaje que alcanzaría cada vez más altas cotas de diversión cuantas más entregas protagonizara, culminando en Leisure Suite Larry 7: Love for Sail, la última de las aventuras de la franquicia a la que podremos jugar sin echar un revueldo de ternera, porque lo siguiente es el Magna Cum Laude del que en Aventura Y Cía, llámennos elitistas, pasaremos de comentar, e incluso de jugar.

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