Revolution vuelve a sus inicios
# Publicado el por Paco García
Aunque la recién terminada feria del E3 no ha sido particularmente estéril en cuanto a títulos aventureros quizás alguno haya sentido haciendo retrospectiva sobre la misma un cierto desazón más por las ausencias que por las presentaciones. Y es que, oficialmente, el género aventurero vuelve a estar en crisis y son muchos los que como ratas se apresuran a abandonar el barco antes de afrontar ya no el riesgo del fracaso, sino la posibilidad de que el beneficio no reconforte su agudizado sentido de la codicia. Y decimos oficialmente porque son otros los motivos los que se esconden tras este manto y que son lo suficientemente vergonzosos como para sacarlos a relucir públicamente: No es que el género no rente, es que no vende todo lo mucho que algunos quieren y que otros prometen y lo cierto es que no es algo de lo que nadie se deba extrañar dada la intrascendente calidad de las aventuras que han venido apareciendo últimamente. No se puede esperar recibir millonarios dividendos de un producto realizado en seis meses, descuidado y con unos escasos atractivos, en los que dudo que confíen ni sus propios desarrolladores. Hacerlo es simplemente una ilusoria expectativa de empresarios demasiado optimistas que piensan que en cualquier momento se les puede presentar el negocio del siglo a costa de comprar mercancía de saldo para vendérsela como si tratase de una panacea a unos entusiastas seguidores que responden a las ficticias llamadas de auxilio de su género favorito.
Por desgracia son los "hombres de negocios" los que manejan el cotarro, y es a sus caprichos y designios a lo que está supeditada la industria. De este pasado año, las dos apuestas más importantes, URU y Broken Sword 3: The Sleeping Dragon, no han sido consideradas precisamente como un 'éxito' por sus benefactores y distribuidores, aunque han despachado un prominente número de ejemplares. Las consecuencias de esto no se han hecho esperar y Charles Cecil, ha dicho en la E3 que la compañía en la que lleva trabajando desde su fundacion, Revolution Software, iba a decantarse por una línea de producción más modesta de lo que hasta ahora nos tenia acostumbramos. Esto se traduce, hablando en plata y sin eufemismos, en una siempre triste reducción de plantilla. Parece que es complicado sostener una compañía que se dedique exclusivamente a desarrollar aventuras triple A contentando los muchos intereses que con ellas se pretenden obtener. Así pues, la única manera de hacer que no se vaya todo a pique es volviendo a la humildad de los comienzos.
Cecil ha declarado a la revista Computer and Videogames que se piensa liberar de las ataduras que supone estar trabajando bajo la presión de la innovación técnica y afirma que ahora se centrará mucho más en lo tocante a temas de diseño, decisión que nosotros aplaudimos efusivamente, siempre y cuando, claro, no nos esté contando una milonga para endosarnos más "puzzles sokoban". Desde luego, la última correría de George Stobbart se podría considerar bastante interior a las anteriores precisamente por la exagerada tendencia por reinventar el género que destilaba. Por el momento se desconoce en qué repercutirá la delicada situación al todavía temprano proceso creativo de Beneath a Steel Sky 2 anunciado hace un par de meses, pero ardemos en deseos de saber cual será el resultado del mismo una vez soltado el lastre de la experimentación consolera. Esperemos pues que con este cambio de aires, Revolution reverdezca sus laureles en base a los conceptos que antaño le dieron tantos buenos resultados.