Review de Dreamfall: The Longest Journey
# Publicado el por Javier Cadenas
Hace ya prácticamente un mes que apareció Dreamfall, la secuela del archiconocido y ultrareconocido The Longest Journey, una de las aventuras más esperadas para este año, pero también una de las que más quebraderos de cabeza ha dado al aventurero de corte clásico a lo largo de su extensa rumorología de promoción: cambios radicales en el sistema de control en relación a su predecesora, cambios también en el sistema de juego y en la concepción interactiva del título, cambios incluso en su construcción narrativa que han convertido su proceso de desarrollo en uno de los más polémicos del género que nos ocupa.
De esta manera la expectación de saber si una de las aventuras con mayor presupuesto de la historia (recordemos que el propio gobierno noruego ha financiado Dreamfall desde su Fondo Cinematográfico Nacional, hecho envidiable que no estaría mal que otros países empezaran a imitar) cumpliría o no con el nada desdeñable aunque sí inflado nivel de calidad impuesto por su primera parte se veía resuelta: crítica y público alabaron con prontitud las bondades tanto argumentales como cinematográficas y musicales del juego, pero con irregulares comentarios acerca del resto de componentes de una aventura gráfica, algunos hasta el punto de plantearse serias dudas sobre la corrección de englobarlo en el género.
Así las cosas, nuestro compañero Gabriel Sanmartín ha confeccionado este review de Dreamfall: The Longest Journey donde analiza en profundidad las cualidades y los defectos de la segunda aventura de una serie que, según todo apunta, no acabará aquí. Disfrutadlo.