...Y ya solo quedan Mike Stemmle y Sean Clark. El que fuera escuadrón de oro del Rancho Skywalker se acerca cada vez más a la disolución absoluta. Primero fue Ron Gilbert del que tomaron ejemplo Noah Falstein, Dave Grossman y Brian Moriarty. Años más tarde el genial Tim Schafer marchó dejando como legado Grim Fandango y una otrora gran plantilla de diseñadores bastante coja. Hasta hace unos días solo quedaban de aquellos fructíferos tiempos los artífices de Sam and Max Hit The Road y el viejo Hal que ha estado fuertemente arraigado en la que fuera Lucasfilm desde incluso antes de que esta se dedicará a juegos. Por eso sorprende que Barwood, ligado mucho más que cualquier otro a Spielberg y Lucas, colaborador de ambos y empleado de postín dentro de la casa, haya abandonado la compañía precisamente ahora, sin tan siquiera esperar a ver los resultados de su último trabajo. Quizá esté buscando darle algo más de vidilla a su carrera (nunca ha sido especialmente considerado de puertas para adentro y es bastante desconocido de puertas para afuera) o, aunque ha confesado que siente predilección por el videojuego, dedicarse a su primigenia vocación, el cine. No en vano, ya hizo sus más que considerables pinitos en el guión de 'Encuentros en la Tercera Fase' de Spielberg o en esa desconocida pero recomendable producción de la factoría Disney, El Dragón del Lago de Fuepo. También dirigió una película de claustrofobias, histerias y peligrosas armas bacteriológicas futuristas a mediados de los ochenta, Alerta: Virus Mortal, que pasó altamente inadvertida.

Ya es un hecho: Barwood ha dejado la compañía que le vio nacer creativamente en esto de los videojuegos y en la que fue participe de laureados logros y algún que otro relativo fracaso. El primer y más prominente fruto de su valiosa imaginación fue Indiana Jones and The Fate Of Atlantis muestra de formidable talento que se convirtió en referente obligado en el género y una de las cumbres dentro del increíble palmarés de éxitos de la compañía. Más adelante se dedicó a la desapercibida versión arcade del juego, y dirigió las escenas no interactivas (es decir, la gran mayoría) de Rebel Assault II haciendo gala de sus conocimientos en el campo. Su currículo se rellenó con un arcade rolero para consola llamado Big Sky Trooper y con las curiosas y simpáticas, pero siempre insignificantes, Yoda Stories y Indiana Jones and His Desktop Adventures. Más adelante se involucró en proyectos que sorprendentemente no llegaron a cuajar como Indiana Jones and the Iron Fenix o un proyecto de aventura con escenarios prerender y personajes en 3D ambientado en el universo de la archiconocida saga galáctica de su colega George. Después llegaría Indiana Jones and The Infernal Machine, un hibrido que decepcionó bastante, especialmente a los fans tradicionales del arqueólogo que se encontraron con un sucedaneo de Tomb Raider en lugar de con una aventura pasable del Doctor Jones. A pesar de todo, Hal Barwood defiendió su trabajo echando la culpa de la calidad más que discutible de los resultados a la tecnología. Recientemente ha puesto su rubrica a la última producción in-home de LucasArts, RTX: Red Rock un juego de acción para consola, con el que ha dicho 'adiós muy buenas'. Su salida de la empresa ha sido tan inesperada como discreta, y así parece que seguirá siendo pues nadie relacionado con alguna de las dos partes ha dicho nada al respeto. Esperemos que le encuentren pronto recambio aunque ya se sabe, la experiencia ni se compra, ni se vende...