Alcachofa Soft abre su tienda online con The Abbey a 17,95 euros
Dráscula disponible de regalo con contenidos extra
# Publicado el por Javier Cadenas
Si hace sólo unos días os informamos de que The Abbey fue elegido mejor juego español del año 2008 en los premios Desarrollador_Es durante la pasada Campus Party, hoy nos llegan más noticias relacionadas con Alcachofa Soft: los toledanos han abierto su tienda online, con la que pretenden situarse en el mercado de la distribución digital y dar salida ellos mismos a sus futuros proyectos.
La tienda, AlcachofaShop, queda inaugurada con una interesante oferta: The Abbey a 17,95 euros —en formato descarga, claro—, incluyendo cómo no todos los materiales extra de la edición española: desde un making of de más de una hora de duración hasta un storyboard animado jugable, pasando por bocetos de toda clase y grabaciones preliminares de la banda sonora (que podéis descargar ahora completa desde Aventura y CÍA).
Además de su última aventura, en la tienda también podréis encontrar la primera, Dráscula, de regalo. Recordaréis que desde hace casi un año se distribuye de forma gratuita desde la web de ScummVM, pero Alcachofa se ha encargado de recopilar una serie de extras inéditos, similares a los que incluyen con The Abbey. Dráscula es el primer título de la serie Alcachofa Essential, que se irá completando con otros como Mortadelo y Filemón: Una aventura de Cine (Edición especial) o El Tesoro de Isla Alcachofa, todos con contenidos adicionales y a un precio que prometen asequible.
«Si el sistema de venta funciona bien, lo usaremos para vender nuestros productos directamente, sin ningún publisher de por medio, por lo que tendremos total libertad creativa a la hora de plantear nuestros proyectos —nos comenta Emilio de Paz—. Si funciona, todo son ventajas, para nosotros y para el usuario». Esperemos, pues, que funcione: en un mercado en el que para conseguir financiación hay que amoldarse a imposiciones y caprichos de productores que la mayoría de las veces perjudican el producto final, en una industria donde el mecenazgo hace mucho que dejó de existir, es la única manera de asegurarse de que si hay quejas al menos son por culpa de uno mismo.