Fin de semana, principio de Seminci en Valladolid

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Risingson
Deidad aventurera
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Fin de semana, principio de Seminci en Valladolid

Mensaje por Risingson » Lunes, 24 de Octubre de 2005 22:04

- ARCADIA de Costa-Gavras: una sorpresa. Nos fuimos de cabeza a este
flilme estrenado en nuestra querida rancia ciudad sin haber visto el
cartel, sin saber su trama, sin saber nada de lo comentado. Comienza con
un asesinato chusco, sigue con un flashback y poco a poco pasa de ser cine
negro de humor bárbaro en humor desaforado con leves toques de polar. El
argumento, por supuesto con toque social, trata de un parado, especialista
en la industria de la celulosa, que se obsesiona con una empresa líder en
el sector, y que ve en el asesinato de cualquier candidato mejor que él -
o comparable - su contratación en esa empresa - a la que tanto puede
aportar- y, por tanto, la solución a sus problemas. Bien, ese argumento -
basado en una novela de Donald Westlake, y por ahora la mejor traslación
que se ha hecho del universo de ese hombre - daba para una especie de
tragedia previsible con toques feístas y, lo dicho, humor bestia, pero es
que casi ninguno de los asistentes nos esperábamos que el griego este
fuera tan cachondo mental. Primero te bombardea con simbolismos, que en la
mayor parte no tienen ningún sentido; luego te bombardea a falsas pistas
sobre posibles alegorías del relato; más tarde te va citando absolutamente
todos los temas de crítica social posibles despachándolos en 5, 4 minutos
o a veces menos de 1 sin volverlo a mencionar - ni falta que hace - y,
sobre todo, consigue un equilibrio alucinante, admirable, entre denunciar
malos de la sociedad, reirse de la obviedad de esas denuncias, hacer un
suspense hitchcockiano, una película más francesa que un Chabrol, y no
disminuir nada de la creciente tensión en una hora y media magistral.
Lástima que el tramo final ya huela forzado, exagerado, y ligeramente
aburrido, porque si no estaríamos ante la muestra más genuina y conseguida
de "noir" subestilo "cul-de-sac" de los últimos 10 años, al menos. Por
cierto, habrá que quedarse con el nombre del actor principal.

- EL BOSQUE DEL LOBO, de Pedro Olea. Aprovechando los 50 años de este
festivalete, apareció Olea en una minisala de menos de 100 butacas para
presentar su primera película importante, todo esto después de tener que
tragarnos un insufrible corto de animación medio futurista medio
surrealista llamado "la fábrica", lleno de niños feos y tristes, mujeres
embarazadas con el pelo largo y sedoso, y malvados con capucha reciclados
de pelis de bergman. Volviendo a la peli, Olea ya avisó que estaba algo
viejecita, pero hay que ver el interés que sigue teniendo el cine español
rarito de la época. José Luis López Vázquez (me encantan estos nombres tan
españoles, oigan, y no como el mío) interpreta a un buhonero, un vendedor
ambulante de estampitas metido a mensajero, un hombre al que todos
consideran humilde, razonablemente bueno y tontorrón, y que de vez en
cuando, cuando pisa cierto bosque, se le va la olla y mata a la hembra que
ande por ahí. Durante una hora y media cuenta la historia criminal de este
desequilibrado Benito Freire, personaje conseguido y excelentemente
interpretado, pero lo más interesante es lo que rodea a este relato: la
sociedad de entonces. Olea se esforzó una barbaridad en recrear el
ambiente de entonces, el de finales de nosesabequésiglo aún tremendamente
feudal, con vírgenes cuarentonas, dominio casi caciquista del poder
eclesiástico, freaks de toda edad y condición, muchísima pobreza y
muchísima ignorancia. De todo esto lo más sorprendente es la recreación
del español de la época y lugar, lleno de saludadores, alobados,
lobishomes y demás construcciones y términos insólitos. Lo malo es que
resulta algo premiosa, pesada, lenta, pero caray, para ser una primera
película no está nada mal.


- LOS LADRONES, de Techiné. La segunda película mejor considerada del
franchute de marras, es un polar mezclado con la típica peli francesa de
personajes intelectuales, en una mezcla desordenada de tiempos, puntos de
vista, relatos y sordideces varias bastante hipnótica e interesante.
Daniel Auteil se podría considerar el protagonista, un policía íntegro
pero con valores morales nada empáticos, que conoce a una morbosísima
francesa que resulta ser el rollo habitual de su hermano, un delincuente
al que practicamente odia, y para el que trabaja el hermano de la morbosa,
uno de sus detenidos habituales. A todo eso se le añade un rollo de la
morbosísima, Catherine Deneuve metida a catedrática de filosofía
aburridísima en sus clases, y el hijo del hermano delincuente. Vamos, dos
familias de lo más desmembrado e insalubre, y relaciones de
amor-sexo-desprecio que se triangulan y cuadrilaterizan. Lo alucinante de
Techiné es que consigue que todos los personajes sean verídicos y
conseguidos, humanos, metidos en situaciones un tanto extremas, y que como
en toda buena obra de cine negro, lo que cuenta es lo esperable pero
dentro de una coherencia y un desarrollo no pevisible. Muy buenas
interpretaciones, escenas tiernas y morbosas, simbolismos habituales y no
tan habituales, esteticismo de la ciudad, bares de la esquina y muchísima
observación en una tragedia que no termina en tragedia desgarrada, pero
que deja imaginarla.

- BROKEBACK MOUNTAIN de Ang Lee, también conocida como "En terreno vedado"
o "por ese agujero no". Una pasada. La previsible historia de amor
imposible entre dos cowboys de los años 60 no tiene nada de western ni de
reivindicación del oh amor sublime entre dos bellos jóvenes machos. Es
mucho más que eso. Podría ser también un perfecto resumen de todas las
historias de armarización escritas y rodadas hasta ahora, pero también lo
trasciende. Es un relato de soledad, una alucinante tragedia griega con
catarsis incluida, de desesperación, personajes autodestructivos, pero sin
sordidez. Heath Leger está pluscuamgaláctico como un vaquero rudo de
Wysconsin incapaz de expresar sus sentimientos y condenado a hacerse daño
a sí mismo y a lo que le rodea, y Gyllenhall está al menos creíble como el
más traviesón, el de ideas más claras, pero al final la parte débil de esa
relación. Como todos sabemos, la cosa empieza con un atractivo, sigue con
una dependencia, culmina en unos extraños compañeros de cama y acaban
echándose de menos, sufriendo por ello, preguntándose por qué. El
esteticismo de la película es muy notable pero jamás gratuito: la
inmensidad de la naturaleza comparada por el espacio pequeño que tienen
para verse, simbolismos plagados por cada plano, cada encuadre, y un tono
que nunca quiere sacar la lágrima. Sólo hay una escena de sexo, apenas
aparecen dos besos, y es que no hace falta más: esa relación donde les da
miedo decirse que se echan de menos, tan asimétrica, tan condenada al
fracaso, tan sumamente pasional, esa especie de sublimación de la amistad
masculina mediante al amor tan ansiada por tantísimos armarizados de a
pie... todos son temas que, por una vez, se hacen bastante universales, de
tal forma que la película no es un retrato de personajes, sino un retrato
de sentimientos y estados de ánimo. No indignan los avatares de los
cowboys, ni enfurece su trato, sino que deja triste e impotente ¿por qué
al tener esa relación van a estar jodidos toda la vida? De hecho parece
que cae en el tópico "sé una vez sodomita y lo serás toda la vida", pero
de nuevo lo trasciende para que nos preguntemos por qué eso no es válido.
Toda la película es esa sucesión de porqués ¿por qué tiene que acabar mal?
¿por qué tienen que ocultarlo? ¿por qué tiene maldita la razón Heath Leger
al ser discreto, parco, hermético? Ver a Gyllenhall desesperar mientras su
amado se agarra desesperado al trabajo para no pensar en él, ver como la
relación entre los dos se llena de taquicardias sentimentales... ver cómo
se reencuentran incapaces de aguantar un morreo... ¿por qué? ¿o por qué
no? Ójala gane todos los óscar, coño.

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