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Presuntamente desaparecidos (V)

La andadura en LucasArts de Sam & Max fue larga y tortuosa: esta es la historia de las cancelaciones de Freelance Police y Plunge Through Space

# Víctor Martínez | 0

Presuntamente desaparecidos (V)

Dan Connors, ahora líder de Telltale y entonces productor de Freelance Police, también dio cierta información en su momento, cuando le preguntaron en The International House of Mojo: «Mi parte favorita del juego era el tercer capítulo, donde Sam y Max se habrían enfrentado a los archinénemsis que nunca pensaron que tenían. Estos archinémesis eran dos humanos que eran también imitaciones de Sam y Max. En cualquier caso, estábamos haciendo el casting para el doblaje cuando Stemmle tuvo la brillante idea de contratar a los Sam y Max de la serie de animación para doblar a los archinémesis. Pero bueno, las limitaciones presupuestarias nos impidieron contratarles, aunque habría sido genial. Lo que hicimos al final fue que Nick Jameson y Bill Farmer [Max y Sam, respectivamente, en Hit the Road, cuyos papeles se habrían mantenido en Freelance Police] doblaran a los archinémesis, pero cambiándose los papeles [de manera que el doblador de Max pusiera voz al archinémesis de Sam, y viceversa], lo que también era divertido».

Se supo además cuáles habrían sido algunos de los diecinueve minijuegos: «Jump, Jive and Flail», que consistía en un desafío de Sam y Max a la banda callejera antes mencionada, al estilo de las películas sobre bandas de los sesenta como West Side Story, durante el que se revolvía una lucha de bailes; «Rink-a-Dink-a-Doom», en que Sam y Max se enfrentaban a una bella concursante en unas carreras de coches ambientada en un lugar congelado, llamadas precisamente como el minijuego; «Back-a-Rat», una especie de continuación «indescriptiblemente extraña» del «Whack-a-Rat» de Hit the Road; y un último de nombre desconocido en que habría que sacudir a una rata de laboratorio alterada genéticamente.

Con los nuevos datos —que incluían unos vídeos in-game publicados por el animador Joe White— redoblaron las protestas, pero Freelance Police nunca se retomó. Y, cuando todos creíamos que el asunto Sam & Max había quedado finiquitado y bien finiquitado, surgió la bomba: en diciembre de 2004 un alemán avispado reveló en los foros de cierto sitio su intención de traer de vuelta el juego de Mike Stemmle, bajo el auspicio de su recién creada empresa, Bad Brain Entertainment, dedicada a la distribución y producción de aventuras gráficas. Lo hizo de forma velada pero evidente, arguyendo la firma de un acuerdo de discreción con LucasArts, lo que parecía dar cuenta de que realmente se estaba moviendo algo: para muchos supuso la prueba fehaciente de que las negociaciones no solo eran reales, sino que además parecían ir por buen camino. La gente (nosotros incluidos) se volcó hacia la nueva «chica de la oficina» del mundo de la aventura gráfica, que también prometía la financiación de otra esperada aventura, el A Vampyre Story de Bill Tiller, y la producción de al menos otras dos aventuras originales.

Fueron muchos los meses durante los que estos señores se encargaron de vender la moto una y otra vez, en las muchas entrevistas que sucedieron a la revelación. El alemán avispado, Wolfgang Kierdorf, se dedicó a ganar popularidad en base a crear expectación entre las miríadas de aficionados que le mostraban su apoyo incondicional y se hacían partícipes de las películas que en la web de la empresa se montaban para distraerlos.

Sam & Max: Freelance Police
Uno de los diecinueve minijuegos incluidos en Sam & Max: Freelance Police habría consistido en retar a una banda callejera a una lucha de bailes en el fin de curso del instituto de la imagen (pulsa para ampliar).

Por desgracia, muy poco después descubrimos que todo aquello no había sido más que un engaño, una quimera en la que la empresa alemana se había aprovechado de la confianza de la comunidad del género para hacerse publicidad gratuita, una impresionante campaña viral basada en la candidez del boca a boca virtual: la inexistencia de verdaderas negociaciones entre Bad Brain y la compañía de George Lucas más allá de una conversación telefónica reveló la falsedad del asunto, y se hizo oficial, entre polémicas y amenazas —nosotros nos vimos obligados a retirar temporalmente una información si no queríamos pasar por una demanda—, que LucasArts no tenía intención alguna de desprenderse del material disponible de Freelance Police para cederlo a la engañifa germana.

La decepción volvió a hacer mella en la comunidad, pero pronto salió a la luz que los derechos de LucasArts sobre la franquicia vencían en marzo de 2005 para volver a manos de Steve Purcell, que anunció entonces su colaboración con la compañía independiente Telltale Games. Continuaron, esta vez sí, las aventuras de Sam & Max, y pese a la reticencia a las aventuras por episodios al estilo Bone que tan poco nos convenció a los que hacemos Aventura y CÍA, Telltale consiguió llevar a la pareja de policías freelance a un esplendor que ni en LucasArts gozaron nunca. Lo habréis comprobado aquellos que hayáis jugado las dos temporadas y vislumbrado, dada la superioridad de la segunda, los que hayáis disfrutado de la primera, ya publicada en castellano. Y la historia no ha acabado aquí, porque para principios de 2009 está prevista una tercera temporada que, si las cosas no se tuercen y la compañía de Dan Connors y Kevin Bruner mantiene su curva de progreso, ha de ser, esperamos, la mejor de todas.

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