Introducción

Police Quest, una de las primeras aventuras de Sierra en aquel motor AGI que tan vetusto se ve más de 15 años después de que se utilizase, fue un éxito notable entre los juegos de la compañía de los Williams . El público agradeció el hecho de poder sumergirse en las interioridades del departamento de policía, y que esas anécdotas que tienen lugar alrededor del mundillo de los uniformados fueran plasmadas en un videojuego que seguía casi maniáticamente los procedimientos, y que además añadía personajes y un malvado interesante. Era un juego americano para un público americano enganchado a ‘Canción triste de Hill Street’, y quizás la primera vez que un videojuego trataba cosas tan terroríficamente reales como hijos enganchados a las drogas, metidos en la delincuencia, o la indefensión ante la inmigración ‘complicada’. Claro, que ya hice notar en su review cómo el realismo parecía más bien una peli de justicieros, con sus clichés acerca de bandas armadas y razas, pero estaba suficientemente bien escrito para que te enganchases a él. Su segunda parte es parecida, pero con algún elemento distinto, para bien y para mal, que os paso a detallar.

Argumento

Sonny Bonds puede respirar tranquilo, y con él su amada ciudad, Lytton. El peligroso Jessie Bains, capo de la droga y psicótico excombatiente del Vietnam, ya está a recaudo de las autoridades tras los quebraderos de cabeza que les dio en el pasado, y no se espera que salga hasta que sus huesos se hayan podrido en una celda. Con su captura, la víbora del crimen ha sido descabezada y la vertebración de las mafias locales ha sufrido un duro varapalo. La desorganización hace presa en las bandas y el negocio de los estupefacientes empieza a decaer. Es necesaria la presencia de un gerifalte que de nuevo vuelva a encauzar las actividades ilícitas de los muchos malhechores que aun quedan en las calles.

Bains no está dispuesto a perder su trono, y protagoniza una espectacular fuga que no solo tiene como objetivo volver a la cúspide de la pirámide del mal, sino cobrarse una deseada venganza.

Comentario

Police Quest 2, como os he contado antes, es ligeramente diferente a su primera parte. Si antes apatrullabas la ciudad e ibas conociendo a diversos personajes con tu uniforme de policía, Police Quest 2 es principalmente un thriller aceleradísimo en toda regla donde no paran de suceder cosas: Jessie Bains está completamente chalado, es inteligente, es rápido, y Sonny Bonds apenas tiene tiempo para adelantarse a sus movimientos o para seguirle. Y bueno, Sonny tiene un compañero, con lo que nos metemos en otro género también infrautilizado en los videojuegos: una mezcla entre buddy-movie (Limite 48 Horas, Arma Letal) con un thriller de psicópata (a lo Copycat, Blown Away, o demás películas con el asesino yéndose de las manos), con la seriedad de la segunda y la aceleración de la primera. De esta forma se eliminan gran parte de esos puzzles burocráticos que tantos quebraderos de cabeza (por pesados, que no por difíciles) causaban en su primera parte. Sin embargo, aunque el guión esté más trabajado, el diseño hace aguas por todas partes.

Antes os cuento el apartado técnico: Police Quest 2 utiliza el motor SCI, el primer SCI, el mismo que utilizaban King Quest 4 o Space Quest 3: gráficos a 16 colores (algo más apagados de lo habitual en este juego, por cierto), música MIDI (como es normal en Sierra, muy notable si tienes una MT-32), y el mismo interfaz de verbos aunque bastante más traicionero que lo habitual: en Police Quest 2, no es que haya puzzles especialmente ilógicos, sino que parece que eso de los sinónimos no es algo que lleven muy bien. Una pistola es una pistola, y no un revólver, y una guantera no es un armarito, sino un ‘compartment’. Cierto es que a veces el verbo ‘Look’, en general, ayuda a identificar objetos y nombres, pero otras muchas da exactamente igual, y como la cantidad de respuestas no es muy elevada, uno no sabe si es que no ha puesto el verbo correcto, si lo que hace no es la solución de un puzzle, o si tiene que poner la frase con otro orden porque el interfaz se comporta de esa manera tan peculiar.

Aparte, el píxel-hunting es MUY molesto y abundante. Si ya es difícil enfrentarse con la caza del píxel en un juego de Coktel, donde hay que pasar el ratón por el punto iluminado correcto para que te diga ‘moneda’, en uno donde no tienes ni idea de qué es lo importante, y que con suerte poniendo ‘look’ te indica qué tienes debajo de los pies, se complica todo de manera notable. ¿Qué pones? ¿’Look at thing’? Lógicamente eso no vale.

Hay puzzles a contrarreloj, donde si no los resuelves mueres, o lo que es peor, te es imposible seguir avanzando.

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