Introducción

Mucho revuelo ha supuesto la última producción de Quantic Dream. Bajo el término de “revolución”, David Cage y su equipo de marketing han asaltado con ímpetu la prensa especializada para dejarle claro a todo el globo que Fahrenheit supone un antes y un después en el mundo de los videojuegos. No cabe duda de que por lo menos han obtenido los resultados deseados en cuanto a publicidad: Fahrenheit está en boca y mente de todos los amantes de las aventuras, incluso de aquéllos que miran este título con recelo. Híbrido de géneros, diversificación en la línea argumental, escenas de acción… son algunos de los conceptos que ya mucho se han escuchado (Charles Cecil se revuelve en su despacho), y de los que Fahrenheit hace gala a su vez. ¿Pero cuánto hay de aventura en esta “aventura revolucionaria”?

Argumento

Lucas Kane pasa un momento sombrío en su vida. Hace apenas un mes que ha roto con su novia Tiffany, lleva dos años sin ver a su hermano Markus y cada vez hace más frío en Nueva York. Es por ello que intenta salir de casa lo más posible y despejar así su mente de pensamientos. Al entrar en una cafetería para comer algo mientras lee un buen libro ni se imagina lo que le sucederá en los próximos días. Poseído por una fuerza misteriosa, Lucas asesina a un hombre en el cuarto de baño sin poder controlar sus acciones. Una vez perpetrado el crimen, nuestro inocente protagonista huye del café con la intención de averiguar qué ha ocurrido y por qué, y encontrar las respuestas a sus preguntas antes de que la policía le encuentre a él. No estará indefenso, dado que desde aquel terrible crimen, algo cambia en su interior, es más fuerte y ágil que nunca, es capaz de ver las cosas antes de que ocurran y puede ver a través de los ojos del auténtico asesino.
Este crimen de tintes rituales no es el primero ni será el último. Por la ciudad se suceden asesinatos que siguen el mismo modus operandi. Carla Valenti y Tyler Miles, los detectives encargados de seguirle la pista a Lucas, irán descubriendo a su vez que bajo estos crímenes se esconde algo mucho más peligroso de lo que creían en un primer momento. En Nueva York está a punto de librarse una batalla que podría acabar con toda la raza humana.

Comentario

Arrancado el programa, una de las primeras cosas que llama la atención es que en vez de figurar la opción “Nuevo juego” en el menú principal, lo que vemos es “Nueva película”. La explicación se encuentra en que este título ha sido promocionado desde hace tiempo como una fusión entre cine y videojuego. Y en ese aspecto, cabe decir que no les podía haber quedado mejor. Tras una pequeña introducción con voz en off de Lucas Kane, la escena inicial se abre con un plano de la nieve cayendo sobre Nueva York para después pasar a centrarse en la cafetería en la que se cometerá el crimen. En llamativo formato panorámico, las imágenes que vemos recuerdan efectivamente más al cine que a los videojuegos, por sus movimientos y ángulos de cámara. Esto se mantendrá a lo largo de todo el desarrollo de los eventos. Tanto en escenas de reposo como de acción, nos deleitaremos ante secuencias bien “filmadas”, primeros planos, travellings, filtros de imagen… Entre los diversos mecanismos visuales, uno que particularmente sorprende (y al que se le ha dado mucha publicidad) es el montaje dividido (o sistema MultiView). A veces se usarán en vídeos en los que no controlamos al protagonista, pero otras veces moveremos al personaje mientras observamos al mismo tiempo lo que está ocurriendo en las cercanías, o incluso en otro escenario. Junto a esto, los desplazamientos de cámara no suponen por sí mismos un interés, pero sí lo hace el auténtico trabajo de realización que ha habido para que tales movimientos brinden imágenes espectaculares. Como ejemplo podemos dar el del pasillo de la casa de Agatha: Mientras Lucas avanza hacia el final del mismo, la cámara realiza un movimiento descendente desde la puerta, creando un efecto impactante como si los bordes de las paredes se distorsionasen y el pasillo se alargara. Otro a mencionar también sería el desplazamiento atrás de la cámara a la vez que zoom-in a la cara de un personaje, creando una ilusión de que el mundo se abalanza sobre el protagonista, recurso que resulta siempre impactante. Son sólo dos de los muchos detalles que se encuentran repartidos en toda la aventura.

Pero no solo de la cámara vive el ojo, y es por ello que la baza del aspecto visual no termina aquí, porque no solo importa el cómo se filma, sino más aún el qué. La mayoría de los escenarios gozan de una buena calidad: la cafetería, los apartamentos de los protagonistas, los exteriores…, todos ellos contienen un gran diseño y una calidad aceptable. Eso no quita que se vean un par de fallos molestos para ojos muy sensibles: algunos objetos que no pegan con el escenario (como una foto apoyada en una mesa, que parece un amasijo de píxeles), unos bonitos efectos de luz, huérfanos por la omisión de las sombras que deberían producir... Aunque, a diferencia de ciertos juegos de reciente factura, como los polémicos Syberia, estos escenarios en ningún momento transmitirán el sentimiento de vacío. En la calle pasan coches, en los parques hay niños jugando… Y tanto estos extras como los propios personajes principales cuentan con unas animaciones muy realistas. Caminar, correr, saltar, agacharse… todos los movimientos han sido claramente muy estudiados, utilizando el sistema de motion capture (recurso usado ya en cine, en Final Fantasy o El Señor de los Anillos, entre otros). En los vídeos de making-of podremos ver a varios individuos con pelotas de ping pong pegadas en su cuerpo realizando todas las acciones que se producen en el juego, ya sea peleas de artes marciales, esquivando peligros, o simplemente recogiendo algo del suelo. Y estos movimientos no son los mismos para todos los personajes. Hay pequeños detalles que son los que al fin y al cabo más sorprenden, como las distintas posturas y actitudes: Uno saca más pecho, otro es más retraído y tímido, otro es más arrogante en sus posturas… Estos detalles se reflejan a su vez en las expresiones faciales: los rostros de Lucas, Carla, y de todos los demás reflejan una gran variedad de expresiones; se muestran irónicos, angustiados o enfadados, miran por el rabillo del ojo lo que ocurre al lado… Si están quietos en exteriores, se calentarán las manos, o bostezarán o mirarán alrededor. Si se sitúa al protagonista frente a algún sujeto, su mirada se centrará en la del otro, y se observarán o dejarán de hacerlo alternativamente.
En suma, todos estos aspectos y sobre todo los pequeños detalles son los que hacen del aspecto visual de Fahrenheit una verdadera maravilla.

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