Introducción

Penumbra era inicialmente el nombre de una tech demo que unos estudiantes presentaron como proyecto de fin de carrera, un medio para mostrar las bondades de su motor HPL. Tan grata fue la acogida que decidieron fundar Frictional Games, una pequeña compañía indie que trataría de expandir la idea original a lo largo de una trilogía de juegos en formato episódico. Fusionando elementos de diferentes géneros como las aventuras gráficas, los first person shooter y los survival horror, el primer episodio salió a venta de forma online, reuniendo al poco tiempo un gran reconocimiento por parte de los medios especializados.

Argumento

Philip recibe una carta de su padre, misteriosamente desaparecido treinta años antes y al que siempre había dado por muerto, el día que entierra a su madre. En la misiva le indica la localización de unos documentos y le urge para que los destruya con presteza y se olvide de todo el asunto. Atosigado por una curiosidad insaciable, Philip desoye sus órdenes y guarda los documentos, que revelan la ubicación de un complejo en Groenlandia. Durante un año prepara meticulosamente el viaje con la esperanza de encontrar allí pistas sobre el paradero de su progenitor. Una vez en el congelado paisaje queda sorprendido por una tormenta. A punto de morir de hipotermia y completamente extraviado se da de bruces con una escotilla que promete refugio. Desgraciadamente, al bajar por la escalera, esta se rompe, y Philip queda atrapado en una mina, sin otra alternativa que adentrarse en ella.

No tardará mucho en percatarse de que algo terrible sucedió allí, donde los mineros atrapados hace tiempo que enloquecieron y donde todo tipo de horribles criaturas acechan en cada sombra.

Comentario

Lo primero que debe saber el jugador incauto que se adentra en las profundas oscuridades de la saga Penumbra es que es un juego de naturaleza híbrida. Aunque el componente principal es la resolución de puzzles, utilizando objetos y nuestras capacidades cognitivas, también se apoya en elementos como el sigilo y el combate, todo desde una perspectiva en primera persona. Puede que muchos al oír estas palabras ya se echen para atrás. Sería un tremendo error, dado que si a veces este enfoque tan especial puede perjudicar al más obtuso jugador de aventuras gráficas, no consigue en ningún momento lastrar la experiencia hasta tal punto que resulte injugable.

Durante este episodio exploraremos las recónditas excavaciones de una mina plagada de monstruos, siendo el más letal y el más corriente un perro infectado con un extraño virus que le hará actuar de forma extremadamente violenta. Estos seres se encontrarán por los pasillos de la mina, haciendo la ronda, atentos a cualquier signo de nuestra presencia. La visión de estas aterradoras criaturas acelerará el pulso y la respiración de Philip, lo que les facilitará nuestra localización. Pulsando una tecla podremos hacer que Philip se agache y se oculte entre las sombras, y de esta forma tratar de pasar desapercibido. No es tarea fácil, porque casi siempre aparecerán en grupos, y por lo tanto la dificultad de este procedimiento es severa. Sin embargo encontraremos a lo largo de nuestro periplo pedazos de carne seca que podremos situar en el suelo para atraer a las bestias y así burlarlas. Si no contamos con la paciencia necesaria siempre podremos hacer caso omiso de las recomendaciones de la prudencia, y pulsando otra tecla ponernos en modo carrera para atravesar los pasillos a toda velocidad. Las puertas que separan las diferentes secciones no pueden ser atravesadas por estas criaturas, lo que ciertamente jugará a nuestro favor.

Eventualmente llegaremos a un punto donde por una u otra razón debamos confrontar a nuestros enemigos. Para ello contaremos con un escaso arsenal de armas como un pico, una martillo, una escoba y poco más. También nos servirán para abrirnos paso a través de escombros y obstáculos varios. Las armas se seleccionan en el inventario, y automáticamente Philip las equipa. No podremos usarlas para otro menester que no sea este, por lo que se diferencian ampliamente de otro tipo de objetos que iremos recogiendo. Para manejar las armas tendremos que hacer uso del peculiar control del ratón, pulsando un botón y moviéndolo como si agitáramos el brazo para dar un golpe. Philip se verá muchas veces en situaciones de verdadera agonía, como al atravesar un túnel claustrofóbico a toda prisa mientras se derrumba y un verdadero ejército de arañas gigantes venenosas le persigue. Es difícil mantener el control de la situación y avanzar sin percances, y no pocas veces acabaremos muertos. A todo esto es necesario recalcar que no es explícitamente necesario acabar con las criaturas, pero ciertamente nos hará la experiencia más fácil.

Una vez tratado el tema más controvertido y discutible del juego, vamos a pasar a enumerar sus virtudes, que no son pocas, y que hacen que la experiencia, pese al mal trago que supone el combate, resulte interesante.

El tronco central de la jugabilidad se compone de arreglar diversos mecanismos à la Myst para poder profundizar en los misterios de la mina, pero todo aderezado convenientemente para que nunca resulte una tarea repetitiva y sin sentido. Los puzzles de Penumbra: Overture se basan en encontrar piezas para máquinas que una vez en marcha nos concedan el poder seguir avanzando. Pero este sistema de progreso está tan bien implementado que siempre tendremos la sensación de avanzar, de que los eventos en el juego se suceden siguiendo un guión que conduce a algún sitio, que todo tiene un sentido específico y que el hilo argumental se desarrolla convenientemente hasta conducirnos a una catarsis final, una revelación que nos recompensará por todas las «penurias» superadas. Elemento capital en este engranaje tan complicado es Red.

Casi al principio del juego nos haremos con una radio de onda corta con la que nos comunicaremos con un personaje que responde al nombre de Red, supuestamente un minero atrapado en lo más profundo de la pesadilla durante largos años y que en la abominable soledad ha enloquecido sin remisión.

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