El envite de la aventura en Kickstarter sigue imparable. Desde Paradigm, tan exitoso que aún tiene margen para doblar su objetivo, hasta Loki’s Exile, Albino Lullaby, Bolt Riley o Jenny LeClue, la última oleada de proyectos ha contado con el beneplácito de los patrocinadores particulares del género. Duke Grabowski, Mighty Swashbuckler! aspira, a falta de seis días de campaña, a contarse entre ellos. Esta comedia de piratas está capitaneada por Bill Tiller, Gene Mocsy y Jeremiah Grant, que han trabajado juntos desde el incompleto A Vampyre Story, y cuenta con la colaboración de Dave Grossman, uno de los portentos creativos de LucasArts y, hasta el pasado agosto, jefe de guionistas de Telltale, donde también había desempeñado el cargo de director de diseño.

«Dave y yo vivimos en Petaluma —explica Tiller—, junto con no pocos ex de LucasArts. Oí que ya no trabajaba en Telltale, así que le llamé para que nos ayudara con el diseño. Espero que trabajemos juntos más asiduamente ahora que ambos somos autónomos». Además de colaborar en el diseño, Grossman hará un cameo como uno de los personajes, igual que su ex compañero de LucasArts Larry Ahern, codirector de The Curse of Monkey Island. «Es uno de esos encuentros fortuitos —toma la palabra Grossman— que se dan de vez en cuando. Bill buscaba ayuda con el diseño y yo necesitaba un artista para uno de mis proyectos. Nos estamos echando una mano el uno al otro, que siempre es una buena excusa para tomar un café o comer juntos, ya que estamos en la misma ciudad. Además me propuso un cameo: sonaba divertido y dije que sí (tenía la espinita clavada desde que recortaron mi papel en el episodio final del Regreso al futuro de Telltale por problemas de espacio). Seguro que Bill me deja escribir mis propios diálogos. Supongo que tendré que hablar como un pirata, será mejor que empiece a practicar».

Duke Grabowski, Mighty Swashbuckler! trata, en palabras de Tiller, temas como la presión social, lo peliagudo de seguir ciegamente a la grey y el proceso de cambio y maduración de una persona, aplicado todo ello al protagonista, un cruce entre Hulk, el personaje de Mongo en una de las grandes películas de Mel Brooks, Sillas de montar calientes, y el jugador de fútbol americano Brian Urlacher, de los Chicago Bears (Grabowski es, de hecho, como se conoce cariñosamente a los seguidores del equipo de Illinois).

Duke, un bonachón algo corto de entendederas, ha seguido toda su vida a su mentor, el capitán Amerigo, que acaba de perecer en medio de una tempestad que casi acaba con el Filo Descarado, su barco. La tripulación, una panda de bestias y maleantes que le temen por su tamaño y su fuerza, pero a la vez se ríen de él a sus espaldas, no puede evitar estallar en carcajadas cuando se postula como nuevo capitán. Duke sufre entonces un brote de DEI, Desorden Explosivo Intermitente, y empieza a vapulear a sus camaradas hasta que el Viejo Caracortada le hace entrar en razón y le propone una prueba: se ganará el respeto de la tripulación si demuestra que es un auténtico bucanero espadachín, como Amerigo; un donjuán siempre rodeado de bellas féminas. Así, habrá de conquistar a tres zagalas de Bahía Temeraria. «Ya tenía en la cabeza el personaje de Duke —comenta Tiller— y había dibujado el escenario de la taberna del Narval Beodo. Pensé: “¿por qué querría Duke entrar en el Narval Beodo?”. Se me ocurrió escenificar una parodia de la típica escena de discoteca, pero con ambientación pirata: Duke quiere entrar, pero el puerta no se lo permite. Esa noche hay hora feliz para las chicas, podría ser que quisiera entrar para ligar con ellas; una premisa demasiado aburrida. Podría ser que tuviera que probar que es capaz de ligar; una premisa demasiado sexista. La realidad es que todo es una maniobra de distracción: le han pedido que entre a ligar al Narval Beodo a modo de prueba pirata, pero solo quieren librarse de él». Mientras la tripulación repara el barco y gana tiempo para dejarle en la estacada, Duke aprenderá que el comportamiento machista de Caracortada no tiene razón de ser, descubrirá que en realidad no quiere una tripulación de esa calaña y se ganará el respeto de tres mujeres, que le prestarán su ayuda.

Para evitar el halo de moralina naíf, Gene Mocsy, a cargo de convertir la trama ideada por Tiller en un guión sólido, contará con la ayuda de Alyssa Clark. «Me gusta mucho el trabajo de Alyssa —continúa Tiller—, guionista de la serie de la MTV Teen Wolf. Somos viejos conocidos de LucasArts. Quise contar con su talento y su perspectiva para el juego porque tocamos temas complicados como la relación entre hombres y mujeres, aunque desde el humor: es un juego de piratas con monstruos, acción y magia. Le va como anillo al dedo a Alyssa».

El proyecto surgió de una prueba de Jeremiah Grant con el motor Unity. Lo que iba a ser una demo de uso interno reutilizando modelos de Ghost Pirates of Vooju Island se acabó convirtiendo en un juego corto, de entre dos y cuatro horas de duración con entre nueve y doce escenarios. «Me gustó tanto la idea de Duke —finaliza Tiller— que les dije a Gene y a Jeremiah que debíamos hacer un juego, no una demo interna. Así nació Venture Moon Industries. Gene es versátil y se le dan bien campos como la promoción, el arte, la programación, el guión o el diseño; hasta es bueno como productor. Jeremiah es estupendo a nivel económico, tecnológico y de planificación. Yo me encargo del arte y del argumento. Pensamos que es una buena combinación de habilidades complementarias. Además, llevar una compañía uno solo es un trabajo agotador y complejo. Teniendo socios las cargas se reparten. Y cada uno puede echarle un ojo a las decisiones de los demás, lo que esperamos que asegure que hacemos lo mejor para el juego y para la compañía».

Uno de los motivos por el que el equipo se ha decidido por el micromecenazgo, a pesar de que están seguros de que podrían encontrar financiación por otros medios, es el fondo Free the Games de OUYA, que doblará el presupuesto del juego si la campaña de recaudación tiene éxito. «Si hablo por mí —confiesa Mocsy—, prefiero Kickstarter porque es directo. Los acuerdos legales y sociales son simples. Si consiguiéramos la financiación por otra vía, querrían algo más que una copia del juego a cambio, el mundo funciona así. Además, es divertido entablar una relación con el público a través de los comentarios de Kickstarter. Es novedoso. He trabajado en algunos juegos de los que estaba terminantemente prohibido hablar con nadie fuera de la oficina».

Es evidente que Duke Grabowski, Mighty Swashbuckler! no es el más sugerente de los proyectos que han recurrido a Kickstarter, aunque sí de los más desenfadados, pero lo que queda patente es lo contentos que están Tiller, Mocsy y Grant de seguir trabajando juntos. Previsto para PC, Mac, Linux y OUYA, podremos comprobar si esa actitud se materializa en interés en octubre del próximo año.

Imágenes relacionadas