La moda de pasar el rato con un juego flash no ha sido tan pasajera como era de esperar y congrega a su alrededor un buen puñado de empedernidos adeptos. No es de extrañar, pues, que se busque más profundidad en esta clase de videojuegos que la de los entretenimientos de usar y tirar como aquellos que bien se prodigan por las webs de juegos online. Es lógico entonces que algunas mentes inquietas, probablemente hartos de asistir a la burda proliferación de juegos calco de otros anteriores se atrevan a crear algo que va más allá de lo que el grueso de jugadores flash está acostumbrado a ver.

Un claro ejemplo de esto son los ya famosos Samorost, que aquí no comentaremos por salirse del género que nos ocupa, pero que siguen un planteamiento de cambio más que interesante en un mundo online más que estancado. Pero Samorost no deja de ser un pasapuzzles y sus elementos narrativos, aunque presentes, son claramente limitados. Entonces, ¿qué mejor manera de introducir la narración en este tipo de juegos? La respuesta, claro, es evidente: la aventura gráfica, lo que no deja de ser beneficioso para éste nuestro género favorito.

Algo parecido debieron pensar en Omepet cuando se embarcaron en el proyecto de La Ínsula de Sancho, aventura online de la que os hablamos hace unos meses y que aprovechó el tirón del año del Quijote para salir a la palestra y aparecer en buena cantidad de medios, que aseguraron su éxito. Hay que reconocer que el éxito del proyecto no se debió únicamente a su publicidad, sino a que además entrañaba cierta calidad, de otra manera el boca a boca hubiera sido contraproducente. De modo que está claro que una aventura en flash puede tener sobrado éxito y acaparar un buen manojo de seguidores.

Hoy nos han informado de que siguiendo la estela de La Ínsula pero con un enfoque radicalmente distinto, sale ahora a la palestra otra aventura flash, La Piedra de Anamara, que forma parte del subgénero de terror que tantos representantes está teniendo últimamente. Creada por Gabriel Rodríguez, que la concibió como un juego de dos episodios, cuya primera parte ya está disponible en su página web, nos introduce en el angustioso (y recurrente) mundo del manicomio para presentarnos a su personaje principal, un fugitivo que al huir de la policía se topa con el misterioso edificio del Instituto psiquiátrico para niños del Dr. Alexander F. Graves y decide que es el lugar idóneo para su escondite. Como os podéis imaginar, el lóbrego lugar no está tan abandonado como parece y las fuerzas de lo sobrenatural campan allí a sus anchas.

Con un estilo gráfico bastante cuidado (con las limitaciones del flash), que recuerda a las primeras aventuras en primera persona, La Piedra de Anamara es otro título a tener en cuenta y una aventura más que pasa a engrosar las filas de los juegos flash. Para jugar al primer capítulo y llevar cuenta del desarrollo del segundo, no tenéis más que entrar en la la web del juego.

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