Hace algo menos de un mes os informamos de que el sin par intérprete ScummVM permitirá en un futuro próximo jugar a varios de las aventuras clásicas de Sierra sin tener que pasar por el engorro de hacer que un juego diseñado para el sistema operativo DOS de Microsoft funcione en ordenadores modernos. La última novedad es que los daily build (esto es, las versiones de trabajo diarias de ScummVM donde van mostrando los avances para la próxima versión) son ahora compatibles con dos clásicos de la Infocom tardía, cuando la empresa de Cambridge formaba parte de Activision: Leather Goddesses of Phobos 2, el cierre del díptico de Steve Meretzky sobre diosas alienígenas-ninfómanas, y Return to Zork, la reapertura de la serie de este peculiar universo.

Leather Goddesses of Phobos 2 es sólo recomendable por su gran sentido del humor y su incorrección política, aunque no por todo lo demás: es considerada por muchos una de las peores aventuras gráficas que han visto la luz del sol. En cualquier caso, Meretzky, gran escritor de aventuras conversacionales como Planetfall, Sorcerer o la saga Spellcasting o híbridos como Eric the Unready o el muy interesante Superhero League of Hoboken se ha ganado un lugar en la memoria colectiva del género.

Return to Zork es la primera y probablemente la peor (pero, ojo, bastante notable) de las tres aventuras basadas en el universo de Zork que Activision encargó para resucitar la franquicia. La siguieron Zork Nemesis y la magnífica Zork: Grand Inquisitor, la última de la serie hasta ahora y, seguramente, hasta siempre.

Junto con estos dos añadidos, la gente de ScummVM menciona dos juegos infantiles-educativos que utilizan el mismo motor (el MADE de Activision): The Manhole, de Cyan Worlds, un remake de la aventura homónima que los creadores de Myst desarrollaron en 1988; y Rodney’s Funscreen, un engendro de 1992 del que casi es mejor no hablar y que tiene más bien poco de aventura.

Se nos están acabando los calificativos para referirnos a este proyecto y a su equipo, cuyos esfuerzos para mantener accesibles al público aventuras gráficas clásicas son dignos de los mayores halagos.

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